Gabriela Mistral
 
 


Bendita mi lengua sea
Gabriela Mistral


ODIO
"Leer este texto es casi un imperativo porque está repleto de rencor pero también de belleza. Con Bendita mi Lengua Sea, tal atractivo permanece con ese morbo suave"



por Alvaro Bisama

Tal vez el mejor de los escándalos literarios recientes fue el del año pasado, cuandos se puso sobre el tapete la presunta inclinación lesbiana de Gabriela Mistral. En un paisaje de realismo mágico, Chile se puso de pie para defender casi como un dogma la heterosexualidad indeclinable de nuestro premio Nobel, que terminó, como siempre, en boca de todos por cualquier cosa, menos por la literatura. En ese contexto Bendita mi Lengua Sea, la recopilación de prosas que Jaime Quezada (1942, un especializado en biografías de los santos varones y damas de nuestras letras) armó a manera de diario íntimo, sigue por ese camino de defensa y apología. Eso, a pesar de que el texto mismo niegue el perfil de madrastra triste y profesora cariñosa de su autora para entregarnos a una Mistral en carne viva, doliente, despechada y por sobretodo, antipática. Humana.

..... Cubriendo confesiones desde 1905 hasta su muerte en Long Island en 1957, los diarios de la autora de Tala son el ejemplo de una escritura ejecutada con el máximo de libertad y el mínimo de prejuicio. Contraviniendo a su aura pública la Mistral se muestra acá egoísta, ofendida y entrenecedora: "Viví aislada de un sociedad analfabeta cuyas hijas eduqué y que me despreciaba por mal vestida y mal peinada", "Chile no tiene sesos aún, no tiene madurez. Rezo también por él", "Soy -pobre de mí- una criatura increíblemente sola, sin afirmadero en secta, partido, ni siquiera clan", "Mis paisanos me declaran una perezosa y un escritor de dos libros".

..... Con esto, Gabriela Mistral aparece como una autoexiliada que odia a su país con la vehemencia de una amante despechada. Como tal, es celosa y paranoica. No cree en nada ni nadie y sus viajes por el mundo sólo son la constatación de su desprecio por el paisaje de la vida nacional, capitalino, frívolo, mediocre y envilecido. No es una visión agradable, pero es una visión honesta. Así, Bendita mi Lengua Sea es más testimonio que literatura, más tripas que corazón. Gabriela Mistral niega así a sus propios biógrafos, al puñado de reseñas que le hacen vudú en los textos escolares y a su propia condición patrimonial para configurar su prosa como una declaración de principios vitales.

..... Leer este texto es casi un imerativo porque está repleto de rencor pero también de belleza. Enrique Lihn había intuido esa dicotomía al comparar, tiempo atrás , a la Mistral con Ingrid Bergman. Ese atractivo permanece con ese morbo suave, porque a pesar de su diplomacia triste de secretos revelados (suicidios, un par de amargas frases sobre Neruda, sobrenombres malignos para un par de presidentes, el odio intermitente al magisterio) se convierte en algo peligroso e incómodo por su escritura hecha para expiar el dolor. Una escritura que dice que la lengua de la Mistral es verdaderamente la de una maldita. Poderoso.



Bendita mi Lengua Sea
Gabriela Mistral
Editorial Planeta/Ariel- 290 páginas.

en La Tercera
5 de agosto de 2002

 

 
 

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letras.s5.com , proyecto patrimonio, GABRIELA MISTRAL: Bendita mi Lengua Sea, de Jaime Quezada. Crítica por Alvaro Bisama,en La Tercera 5 de agosto de 2002.

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