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POESÍA


Margarita Rojas Parra
Castro, Chiloé


Abra la puerta...
cierre el silencio y
abra la puerta

abra la campana,

abra la ventana,

abra la mañana,

abra la neurona...

cierre su noche y
abra la puerta.

Las puertas son
un espacio sin tiempo
que separa el ahora
del después,
que cierran o abren
un mundo finito
y uno infinito...

Las puertas guardan
soledades,
dulces privacidades,
agrios y sórdidos
secretos.

Las puertas liberan
fantasmas
encerrados en
cuadrados espacios
de antiguos castillos de piedra
y estaño...

Abra la puerta...

 

Afuera la mañana helada y nada…
El sol, el aire puro con olor a invierno adherido y nada…
El mate tibio, la leña y nada
La mañana, la fuente, el mate nada….
Y nada me dice el sol…
Enmudecieron mis ojos de repente
Alguien apagó la luna
Y la nada se asomó como un tsunami…

 

Solo quería escribir…
Volar, cantar….escribir
Me abriste el pecho…
(Bueno solo un poco)
y brotaron las palabras…
yo escribo
por que la piel de mi alma
necesita respirar…

 

Jugamos a la primavera:

El sol se abrió un rato demasiado breve
Niños, pájaros, brotes transeúntes
jugaron a la primavera en la plaza recién inaugurada.

Cuando cayó la primera gota solo lo notó
la paloma instalada en la torre de la iglesia

Cuando llovieron las ráfagas
fue tiempo de huir…
pero no todos lo hicieron...

El sol se abrió un rato demasiado breve
Estamos todos jugando a la primavera,
pero es una que se parece todavía al invierno…

 

La puerta desnuda su canto
se desarman los retablos
que descubren sus bisagras
Entra la luz a destajo
por entre las nuevas vertientes
calma...paz...sinfonía
temblor...candor y agonía...

 

La niña de sus ojos

La música entra por sus oídos cercados,
manantial de viento y murmullos danzantes,
Susurros azules que atrapan pensamientos colgantes
en las burbujas que se expanden
en el espacio que hay entre el oxigeno y la nada.

Sigilosamente, entonces,
la niña de sus dulces ojos,
hacia el infinito, se escapa
y baila en alegre sinfonía
con estrellas y solcitos labriegos
lejos de esa celda de hospital

 

latitud sur…

Hace frío por aquí,
está húmedo
Llueve...

Se sube por un caminito
de atropellos repetidos
Se dobla por la esquina
de bajos aranceles económicos
y se toma la calle hacia la incertidumbre…

Mas abajo es posible hallar el
almacén "dictadores en desuso",
apuntando hacia la injusta impunidad.
Por favor no entrar...
Se despercuden con facilidad
Y se alimentan de la memoria frágil.

En el pasaje del olvido
haga varios minutos de silencio…

Si busca paisajes hermosos
es el lugar apropiado.
Está lleno de paraísos
con contrastes distintos...
Pero...apurese!!
Están a punto de desparecer
también son un paraíso para
Tratados comerciales norteacionales...

La hermandad esta jodida,
en el mejor de los casos
se reduce a vecindad,
Pero no digamos buena
Digamos solo vecinbecilidad…
Nos hacemos zancadillas y
nos da por disputar
Mientras ellos vienen y nos vuelven
a colonizar...mientras ellos vienen y nos vuelven a matar

Bueno usted me pregunta y yo le contesto
Aquí estamos...aun estamos

 

No había una vez...
habían muchas veces
y el calor se posaba
en las conciencias
sudorosas y pestilentes...
Las ideas quemantes
rompían el curso
de historias prematuras y resplandecientes,
vanos intentos de alzar el vuelo
vahos infernales,
oscuros poderes
opresiones y muertes
No había una vez, hijo,
hay muchas veces...

 

Rumor sutil y amaneceres
candíl de sol y amaneceres
sortilegio tu mirada
hebra blanca y transparente
que teje en mis huesos
el mapa inconfundible
de tu aroma...
rubor azulado y amaneceres...
suave brisa...amaneceres




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Poesía

 

 


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