Proyecto Patrimonio - 2006 | index | Omar Lara | Autores |

 

 

 

 

La poesía de Omar Lara
Embriología de la nostalgia

Por Camila Krauss

Alforja. Revista de Poesía, N°34. Otoño de 2005


 

No es fácil precisar si en la yema se concentraron los versos melódicos de siete y cinco sílabas de las cuecas y las seguidillas chilenitas; y en la clara, la expansiva nostalgia de Vallejo, los callejones de Trilce sin salida. La poética de Omar Lara (Nueva Imperial, 1941) es el cigoto: la vida probable, la contingencia.

Todo poema breve quiere abrazar la contingencia, el infinito que suscitan palabras, cromosomas y conjuntos que se encuentran. Entre sílabas, un mundo: de encallada a encanallada; entre versos, un tiempo de imposibles posibilidades: “Puedes amarme y todo nos separa / Puede que sí / Puede que no; entre lenguaje y silencio: …adivinamos el porvenir / encontramos una aguja en un pajar / y la perdemos / oh dios.”

Un yo herido, huérfano, que en la síntesis hace sus lazos consanguíneos y para ellos provee un tiempo de expansión y simultaneidad, donde un recuerdo indeleble de la infancia convive en la nébula, apremiante e imprecisa del exilio. Un tiempo de agar y suspensión para que cuajen amores posibles o no, la amistad de los caídos, la vida interior sin pasaporte.

Fernando Alegría, crítico de la obra de Lara, lo destaca como “maestro del boomerang, arte de pueblos fronterizos y civilizaciones de archipiélago”. Así lanza su juego en el poema “Toque de queda”: “Quédate / le dije / y / la toqué”; o en los versos que dan fin a “Lectura”: “Todo tiene su nada / La luz que hace tu rostro / la luz que hizo tu rostro.” Sonido y sentido combinados hasta en las pequeñas hélices del código poético.

Si no hay sinonimia verdadera, tampoco fidelidad y simetría en la repetición (sea de un fonema, un verbo, la persona enunciativa). “En el filo / en el fondo / o en la linde / me sostuve con ella, me sostuvo”, el sonido percute y se despliega, recrea la realidad evasiva, es punto de fuga y puerta de correspondencias. En “La imagen engañosa” la reiteración de un verso da una intención gráfica y ostensiva para precisar la imagen: “Esta flecha que atraviesa el espacio / en un momento vuela paralela / en un momento vuela paralela/ a los hilillos de la luz. / Esta flecha vuela y se revuelca / de vuelta a la sombra que la impulsa. / Ahí se desvanece.” La repetición, medida y asimétrica, quiere comprender y olvidar, dar permanencia y neutralizar; este recurso define los epigramas, romances, sonetos y cuartetas de Omar Lara.

Para el poeta, librero y traductor “es muy difícil separar [su] yo biográfico total, [su] yo histórico y social, de [su] yo poético.” Y afirma: “No me veo ejerciendo ni aun en mi niñez, una visión o relación con las cosas del mundo que no sea una relación poética […], un modo ‘conmovido’ de observar, muy cercano a la experiencia angustiosa de no entender nada y tal vez no querer entender nada, por la demoledora voluptuosidad que implica.” La demoledora voluptuosidad de no saber que Vallejo cifrara en “Los heraldos negros” (“Hay golpes en la vida tan fuertes… yo no sé”), respira en la obra de Omar Lara, que piensa el rumor del mundo como si fuera sordo y recuerda no a la amante, sino “aquel tiempo en que pudimos habernos amado / ese tiempo”. Su lenguaje reticente, “inimitable”, sufre con nostalgia y amorosamente.

El destino del cigoto, su sitio familiar e íntimo está en el futuro, en Portocaliu, lugar no imaginario, poético; reconocible por la armonía vocálica, las repercusiones semánticas, la rima cero, las hojas de nalca, las serpientes coral, el río y una bienvenida —no por muchos consentida: “Herido como estás de tu dolor tan cariñoso.”

 

 

OMAR LARA

POESÍA

Asedio

Mira donde pones el ojo
cazador
lo que ahora no ves
ya nunca más existirá
lo que ahora no toques
enmohecerá
lo que ahora no sientas
te ha de herir algún día.

 


Círculos

Pregunté entonces por el dolor.
Me dijeron:
Una ola fastuosa sobre el río.
Me dijeron:
El abrazo, la mejilla, el regazo.
Me dijeron:
Un verso de Ramos un verso de Carlos.
Me dijeron:
El sonido más amado de la lluvia que amas.
Me dijeron:
El viaje hacia tu propio corazón.

 


Poderío

Atravesamos muros
y vemos debajo del agua
hablamos con seres de otras edades
y adivinamos el porvenir
encontramos una aguja en un pajar
y la perdemos
..................... Oh dios.

 


En la laguna gata

En la laguna gata de mis pies
sin nada que tocar con la mirada
abro el escote vago de la nada
y todo me dijera que después…
Pende el columpio arriba en su revés
el sueño aún no se encierra en el abismo
que jugaba a espantarse de lo mismo
y nada me dijera que después…

Hago un nudo en la nada y ya no es
sino apenas cobranza y arrogancia
del alimento estéril que las ansias
me hartaron prematuro de después.

 


Calles sucias

Lo que una vez amamos nos pertenece para siempre
(debí decirlo en una carta a fines de 1970)
ahora lo recuerdo mientras recorro calles
con restos de frutas y papeles inmóviles
y con altos faroles y sombras
y otras cosas confusas.

 

 

 

_________________________
Omar Lara. Nueva Imperial, Chile, 1941. Fundó y dirigió el grupo de poesía Trilce y la revista del mismo nombre en 1965; esta revista se publica actualmente en su tercera época. Ha merecido varios reconocimientos de literatura, entre ellos, el Premio Casa de las Américas (1975) de Cuba y la beca de la Fundación Guggenheim en 1983. Residió sucesivamente en Lima, Bucarest y Madrid, fundando en esta última ciudad las ediciones Literatura Americana Reunida (lar). En 1984 regresó a Chile para establecerse en la ciudad de Concepción.
 
 

 

 

 

Proyecto Patrimonio— Año 2006 
A Página Principal
| A Archivo Omar Lara | A Archivo de Autores |

www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza
e-mail: letras.s5.com@gmail.com
Embriología de la nostalgia.
La poesía de Omar Lara.
Por Camila Krauss.
Alforja. Revista de Poesía, N°34. Otoño de 2005.