Pablo Cassi

 
 

 


El Amor se Declara Culpable
Pablo Cassi
San Felipe, Primavera de 2002


"Si los amantes del vino y
del amor se van al infierno,
cuán vacío debe estar el Paraíso"


(Omar Khayyam)




POESIA DE VIVENCIAS EN BUSCA DE UN DESTINO


... Hace ya casi ocho años, tuve el agrado de prologar "Veinte años de poesía". Libro en que Pablo Cassi reunió tres poemarios suyos escritos entre 1984 y 1989.
... Tras leer ahora este nuevo volumen suyo, percibo que podría válidamente presentarlo reiterando muchas de las afirmaciones que entonces formulé.
... ¿Significa ello que el poeta no ha evolucionando, no se ha renovado? En modo alguno. Mis dos asertos fundamentales, los de que ya en aquellos tiempos era un poeta joven-maduro y sanfelipeño-universal, siguen vigentes, y explican que esta cosecha de hoy conserve en mucho la impronta del mismo sembrador: su amplitud temática con obvias preferencias dentro de ella-, su modo de organizar sus textos, la soltura de su lenguaje poético, entre otras manifestaciones muy marcadas de su identidad lírica.
... Pero, a la vez, se han enriquecido y complejizado sus experiencias es cada vez menos joven y más maduro- y ha ido ensayando una mayor diversidad de modalidades expresivas, en una clara línea de libertad y flexibilidad creativas dignas de encomio.
... La voz que puebla estas páginas con sus confesiones es la de alguien que se identifica como "poeta" y "bohemio" y que a todas luces sufre de "soledad", vocablo el más recurrente en su decir. La soledad es un conflicto que se lleva dentro, pero que al mismo tiempo está condicionado por el contexto en que se vive y por la carencia de plenitud en la relación con los "tú" con quienes necesitamos compartir.
... En la primera veintena de estos poemas que hoy se nos ofrecen, el poeta bohemio busca saciar su soledad recorriendo nuevos ambientes el fascinante mundo europeo, con París, San Sebastián, Hondarribia, Lisboa- e intentando en él efímeras vivencias eróticas. Su saldo evidente, en la inmensa mayoría de los casos, será el de la nostalgia de fugaces momentos ya inevitablemente irrepetibles, si bien "A veces me pregunto qué haríamos el uno sin el otro" y "No imagino mis próximos días sin tu existencia" y, en ese marco, se propone en contrapartida- el olvido, resignado, empero, a que "el olvido está también lleno de memoria".
... En medio de esa tensión de sentimientos encontrados, el viajero retorna a su hábitat natural: "mi calle", "mi pueblo", a sus lares regionales La Ligua, Putaendo, San Felipe, Catemu", más ocasionalmente a otros puntos de Chile San Fabián de Alico, Santiago-, y allí lo invaden sensaciones de melancolía acentuadas por la disconformidad ante tiempos nuevos y afanes bastardos-, conciencia de envejecimiento, percepción de cercanía de la muerte.
... Esta última es el leitmotiv de la tercera parte, constituida por un manojo de evocaciones de ilustres difuntos, poetas, bohemios. Es como la premonición de los siguientes tramos de la propia bitácora...
De ahí la desazón de la sección final, que nos parece quintaesenciada en ese verdadero mensaje global del libro condensado en uno de sus poemas:

"Es difícil imaginar algo distinto a la incertidumbre,
creer en la existencia de alguna esperanza,
desafiar a la majestuosa pena de andar con el cuerpo a duras
penas",


pero que es no menos visible a través del tono de antipoesía que con su óptica de sórdidas marginalidades y con su realista lenguaje concreto la traspasa, como proclamación de desesperanza, hasta rematar en el verso de cierre "Después de todo nadie sabe hacia donde vamos". Es esa sección final es donde Cassi alcanza, nos parece, su mayor grado de libertad y flexibilidad poéticas en medio de su itinerario lírico que siempre las ofreció.
... Con todo, nunca la amargura es absoluta. Nuestra precariedad, si somos sensibles, nos agobia, ciertamente, mas no nos condena inexorablemente al abismo sin salida: busca una puerta hacia otro abismo que pueda trascenderla y confiarnos su sentido íntimo profundo.
... Y ese vislumbre está en el preciso lugar donde debía estar: en la parte segunda del poemario, la ambientada en nuestra cotidianidad. Allí hay alguien que, aunque aparentemente extraviado, lleva la dirección correcta:

"Amanece, el ruido de los tranvías
inventa el idioma de la mañana.
La vida transcurre más temprano que de costumbre.


A dos metros de la esquina
Se extravía un hombre que lleva la dirección correcta.
Dice ser hijo del
Hombre...

No porta credencial alguna,
tarjeta de crédito
ni registra domicilio conocido.

Esta
noticia no será titular en ningún diario de mañana".


("El Idioma de
la Mañana").

No importa. Es suficiente mensaje, noticia interior para el poeta bohemio que, en su soledad, buscó lejanos o ineficaces lenitivos. Ahora sabe que ahí, a dos metros de la esquina en su calle, en su pueblo, un hombre lleva y propone- la dirección correcta.



Ernesto Livacic Gazzano
Premio Nacional de Educación 1996
Miembro de la Academia Chilena de la Lengua
y Presidente de la Comisión de Literatura
Santiago, enero de 2003.

 



Conflicto Sentimental

Este día de lluvia París no fue amable contigo,
podríamos viajar a Sudamérica
a una flor que te espera con su perfume
y ese vicio de amarnos sea capaz de torcer cualquier conflicto
y tu nombre se ordene en la almohada de mi siesta.

Ella sabe qué recuerdo construyó esta historia,
una palabra en la primera página del diccionario.

El amor se declara culpable,
las caricias se atreven más allá de las palabras.

Convivo con su nostalgia que no sabe vivir sola,
sus ojos me restriegan el alma.

Algún día habrá tiempo para querernos lo suficiente.


País Vasco

La estación de San Sebastián se despoja de sus únicos pasajeros,
rostros que reflejan la tenue luz de un andén
el latido de un reloj que echa marcha atrás el minutero.

La noche cae como el vestido que lleva puesto
y mis manos vuelven a transitar por su cuerpo
con la existencia indesmentible
que su mirada viene de otro tiempo.

A una hora cualquiera de este verano
es posible que la lluvia tropiece en una esquina del cielo
deje en un café de Irún la silueta de un beso.

La nada silenciosa se adueña del país Vasco,
una habitación en el tercer piso del hotel Jauregui
instaura el aniversario de una despedida.

Un aeropuerto que no sabe de geografía
convive con la nostalgia del último vuelo.


Todo Momento tiene su Misterio
(No siempre el aire que respiramos será suficiente)

Reescribo en mi confuso inventario
un poema que se quiebra en tus labios.

Tu mirada me seduce de impaciencia
la guerra la perdí en tu cintura.

Antes de tí quizás no había nada,
antes de tí la vida fue un ensayo.

No sé en qué coordenadas hoy te sitúas,
bajo cuales estrellas te contemplo.

Necesito volver a respirarte
tras ese encuentro en Hondarribia,
traducir la fragancia de tu alma
y quedarme a la orilla de tu nombre.

Déjame llevarte hasta la que no fuiste
y no serás sin mí,
fusionarte en dos tiempos con un intenso deseo.

Toda historia tiene su misterio.


Tu Sonrisa

Cada noche tu mirada es un anhelo diferente,
te desnudas a conciencia con mis besos
y en mi cuerpo tejes un traje de deseos.

Estos versos son todo cuanto tengo
a la hora de
soñar contigo,
mi pequeña historia que se instala en tu oído
la memoria se equilibra en un viaje hacia el recuerdo.

Tradúceme el secreto lenguaje de tu mirada
el rito unánime donde se ajustan los labios
y las palabras cumplen lo que prometen
darme la hermosura de una sonrisa.

Atravieso nuevamente el mismo pueblo,
recojo la tristeza de tus ojos quebrados
el vuelo indiferente de algunas palabras.

Tú eres bella como las mujeres que el poeta conoce
en el ejercicio de sus primeros versos.


Prófugo de Ti

No imagino mis próximos días sin tu existencia.

La luna ingresa por una hendija
es la única señal de la noche.

Aparece la sombra y las hojas callan un secreto.

Puedo descifrar cada palabra en tus labios
ese antifaz que esconde tu tristeza.

La muerte se pasea por una calle padeciendo de vida,
lejano a mi...
nada fue como dice el insomnio
en su presagio de rumores.

Prófugo desaparezco en una copa vacía
y pregunto si aún me esperas
cuando despierte de este sueño.


Diccionario Bilingüe

Si fuera sólo encontrarse
y después seguir el viaje
nada sería como dicen
ni siquiera las viejas cicatrices
que empujan al centro del olvido.

Todo es uno y lo mismo
por más que digamos que venimos de la nada,
tú y yo vamos unidos como diccionario bilingüe.

Algún día volveré a París
recorreré cada calle de Monparnasse
y el aire perfumará de poesía tu existencia.


Déjame Enfurecer tus Deseos

Labios que sin ostentar sensualidad
susurran mi nombre desde el otro lado de la ventana.

La observo tras el cristal,
la desnudo con el mismo deseo
de aquellos amores que surgen espontáneos.

¿En qué primavera te graduaste de ilusión,
qué árbol te cobija en un bosque impensado?.

Déjame arrinconarte en un pasillo
de esta casa,
enfurecer tus deseos con la química de un beso
y embriagarnos simultáneamente de este instante.

Sé que me recuerdas en una orilla de tus labios
en la tristeza ocasional que deshoja una sílaba,
en el difuso aroma de una alameda en la madrugada.

No será fácil que me olvides
mientras mis lágrimas horaden la quietud de tus días.


Un Fantasma Más

Puse en su rostro mi beso,
un botón que se aferra en el último hilo de su blusa.

Guardo el calor exacto de sus medidas,
construyo los sueños que otros prometieron
con superfluas apariencias.

Quizás sea posible encontrar en una calle su memoria,
su nombre de novia triste
sin anillo que se aferre a su dedo
la mirada de luto que ingiere con torpe apetencia.

Si pudiera conocer algunos de sus secretos,
la carta marcada de su baraja
no sería uno más de sus fantasmas.


En el Lado Opuesto

Me situaré en el lado opuesto de la melancolía,
la noche se sentará a mi lado
y vendrán otras noches caminando a pocas horas.

A escasos centímetros de mis ojos una lágrima muere,
hereda la osamenta de tu rostro
la temperatura confidencial de todas tus tristezas.

Tú que no eres promesa de nadie
sé mi amante en el aliento de un beso,
no pretendas olvidarme
ni confundir mi rostro
en el precario equilibrio de un sueño.

Silencioso el calendario dejará pasar dolores indemnes.


Ella Continúa Olvidándome


Una canción antigua suspira por la orilla
y sólo por la orilla recorro nuestra historia.

Caí en la trampa de sus labios.

Hubo enormes razones para perderme
no obstante se me antoja su boca,
desnudarla cada día con un poema distinto.

Ella en mi ausencia continúa olvidándome,
construye su propia historia
y mi vida empieza con una herida en los labios.

La conocí para perderla,
el olvido también está lleno de memoria,
el tiempo deja siempre una huella.

Los mejores instantes no pertenecen a este mundo.


Te Diré a lo que Vine


Un paraguas se llueve de tristeza.
Este es un error más de la lógica racional.

Muero definitivamente en el luto de mi vecina

en la sonrisa de novio pobre que se eterniza en mi semblante.

Tú, intuyes la nostalgia fundamental de mis días
vislumbras la maldita costumbre de cruzar a destiempo por tu vida.

Esta noche te diré a lo que vine
si esto ayuda a armonizarte
si acaso por error todavía me esperas,
si crees en la posibilidad de coincidir alguna vez en algo.

Pero no digas a nadie
que me has visto transitar por esta calle,
apoyado de farol en farol
con una canción de Joaquín Sabina
que hice mía sin más testigos que la aurora.

Mientras sueño con tus besos
tu cuerpo modifica la temperatura de mi rostro
y no puedo evitar que mis ojos te desnuden.

Donde hubo un beso tuyo,
hoy arden mis labios.


La Hora Propicia


Nada podrá detenerme.

Esta noche llamaré a las puertas de tu ciudad
y seré el único habitante de una calle que lleva tu nombre.

Abriré tu blusa perfumada a Chanel
con la lentitud del deseo que sabe esperar la hora más propicia
y apagaré ese incendio que permanentemente te consume.

Gradualmente me impregnaré de tí,
entonces será oportuno que pierdas al menos el 50 % de la estricta razón.

Bajo el amparo del silencio
conjugaremos el verbo amar en todos sus tiempos.

No cabe duda,
ni en sueño la naturaleza pudo haber creado una mujer tan perfecta.



Propietaria de esta Calle

(Aquella lluvia de Lisboa aún moja mi corazón)

Cierra la puerta desde adentro
y por la ventana del décimo piso
arroja sus recuerdos.

Propietaria de esta calle
tiene un rumor a silabario de antigua escuela pública,
empieza por el ojo y termina ciega.

Heredera de la tarde trae la invención de su mirada,
despeinar la calma que la habita.

Es cierto que la amo con el mismo enigma de un secreto
le susurro un cambio de vestido en mitad de la vía pública
acariciarla de improviso en el horizonte de una playa
cerca de un lugar que resulte conocido,
un recuerdo que no pueda emigrar a otro sueño.

La belleza transitoria de la vida
como la vida misma es pasajera.


Ciudadano Ocasional

Admito hace tiempo
que una ausencia viene anunciándose a sí misma,
gestos de mínimo romanticismo
en la unanimidad de las pupilas.

Me abandono a la emoción de sentirme solo,
ávido de distancias y nuevas ciudades.

Si pudiera sorprenderme
con la mirada de otros ojos
declararme neutral o simplemente un ciudadano ocasional,
no indagaría s u nombre en los libros de Joaquín De Montezuma
en las flores que no han perdido sus pétalos después del otoño.

Esa noche estaba resuelto,
no habría para nosotros esa versión inteligente de los amantes


Prójima Inevitable

Quieto como árbol en verano
mi memoria desaloja antiguos poemas
para mis prójimas inevitables.

Voy por el mundo observando las piernas de cada muchacha,
esas sombras largas que precipitan la imaginación
y el romanticismo que surge con la nostalgia de los boleros.

Un profundo anuncio humedece mi rostro,
busco una verdad donde pasar el invierno.

La noche defiende mis recuerdos de bohemio,
la luna en la ventana más próxima a mi vecina
y ella reafirma su juventud
con una mirada en el espejo.

--Palidece ante el rumor generalizado,
por una historia suya publicada en un oscuro folletín,
"La Espantosa Virginidad de las Feas y Otras Historias".

Sin más abrigo que sus calcetines de lana
guarda bajo sus gafas un deseo ferviente,
insistentemente golpea a mi puerta,
con la química suficiente para este instante.

-- Dice -que será algo breve.


Enagua de Soltera

Conocí en ella
el último instante que nunca es el mismo,
el inexpresable gesto de la mirada
los misteriosos laberintos del desencuentro,
ese gracioso modo que tiene de olvidar la tozudes del pasado.

Con su caligrafía más triste ha escrito
lo que sus labios no se atreven a decirme
-- que aún me espera en aquella plaza
para saludar a la primavera
y echar por la ventana su enagua de soltera.

Escoge el amargo camino del olvido
se viste con su mejor traje de misterio
y se va en búsqueda de un destino diferente.

Un murmullo de antiguo disco de acetato
se desliza por su cuerpo disidente,
tiene ritmo de bandoneón por falta de bohemia.

Conozco sus colores, sus aromas, su música
la conocí en un tiempo anterior a este siglo.


El Lado Oscuro del Segundo Piso

El día escapa por la cerradura,
entumece el aroma de las palabras.

Un verso se sumerge en los labios,
la antigua casa se echa a morir
en el lado oscuro del segundo piso,
espera el regreso de los gorriones
y la queja en si bemol de las goteras.

Nunca sus habitaciones han estado tan sombrías,
tan tardíamente pensativos los umbrales
como si careciera de mejores tiempos
en el índice de su primera biografía.

La noche golpea con un bostezo
la antigua estirpe de su sombra,
huele a lluvia la mampara de otros inviernos.

A la hora del té
desnuda el alma de viejos anhelos,
consume el escaso kerosene del farol,
contagia de muerte a su propio cadáver,
muros que no sobrevivirán al ruido de la autopista
cuando subliminalmente la ciudad sea sitiada
por el progreso.


Una Mujer Lee Poemas de Bécquer

Vive desconocida en el silencio de su propio retrato.

Amo a esa mujer triste
que cada tarde lee poemas de Bécquer,
cierra los ojos y arde de impaciencia.

Convertido en sombra desde el otro lado del pensamiento
me entrego a la complicidad de su mirada,
a sus labios que sobreviven a la orfandad del deseo.

El tiempo se ha encargado,
de desarmar algún posible romance
asfixiar en su cuerpo la exacta respuesta
para cada pregunta del deseo.

Aunque a veces su rostro exterioriza una sonrisa,
la timides con su alevosa indecisión
congela el más mínimo de sus rubores.


Los Cotidianos Comentarios de la Noche

La oscuridad extiende su mano, apaga la vela
el eco de una sombra cae irremediablemente
siempre existe una zona de vacío,
esa sonrisa extraña que cruza el prodigioso ejercicio de mirarnos.

Conversemos en torno a esta caminata de recuerdos
arrimando tu voz a la mía,
a los cotidianos comentarios de la noche,
acostumbrándonos a vivir con las multitudes que habitan nuestros cuerpos,
lejos del viejo armario de tus prendas íntimas
en la geografía infinita de las emociones.

De aquí no te vas,
ni los deseos que genera tu cuerpo.

Envejeceremos conversando con los pájaros,
partiendo cada error en dos.

A veces me pregunto que haría el uno sin el otro.


Como sí nos Hubiésemos Conocido en otra Vida

La encontré una tarde paseando por los astilleros de Hondarribia
-- una mujer como ella podría romper el horizonte
tan sólo con detenerse en un espejo.

La soledad corre por un río paralelo que ha perdido
el deseo de conciliar el sueño.

Una sonrisa escapa inadvertida de sus labios,
titubea como la lluvia antes de humedecer el aire,
rompe el silencio que había puesto en su boca
y apacienta la incertidumbre de las palabras inmortales.

La invito a compartir un café en la Galería del Jardín
y me instalo cómodamente en su vida,
reeplanteándome mi olvidado oficio de poeta.

Sin nada que ofrecerle, salvo este casual encuentro
hemos hablado como si fuéramos viejos amigos
como si nos hubiésemos conocido en otras latitudes.

Nos enamoramos aspirando el perfume de una flor
y recojo en ese encuentro una historia diferente
que podría ser perfectamente nuestra.

-- El azar que todo lo une también desune
suponiendo que estaremos a la misma distancia
en la profundidad oceánica del Pacífico o el Mediterráneo,
siempre próximos a un corazón con setenta y siete latidos.

El aire construye su propio camino entre las estrellas
el vino transporta en cada copa el rumor de la existencia.

Quizás en este verano aprendamos que la vida es breve,
como las flores que se abandonan cada primero de noviembre.


No tiene distancia la palabra que se olvida

" Nada vuelve
todo es otra cosa
se van las flores y las hierbas
el perfume apenas llega como una
campana de otra primavera".

(Vicente Huidobro)

"Ahora quizás en un año de calma
piense,
la poesía me sirvió para ésto.
No pude ser feliz,
ello me fue negado -pero escribí-"

(Enrique Lihn)

"Mi poesía no está suavizada por
alfombras
no tiene la prosodia almidonada
ni anda con el acento de la última
moda"

(Efraín Barquero)


La Tristeza Diagonal


La tarde desciende a mi alma,
anestesia mi primer gesto de entusiasmo.

Un perro imprime un ladrido de venganza,
el raudo vuelo de su ira triza el silencio.

Amanezco a destiempo
con el ritual de la monotonía
y dejo que la mala suerte se aleje en su dirección correcta.

El sol urbano se descuelga del horizonte
congela mi última lágrima
y circunda la diagonal tristeza de mis horas.

Una sombra perfecta cae del muro
deforma la dirección exacta del odio,
rompe el hermetismo del lenguaje oficial.

Nada mejor que el olvido para olvidar el pasado.


No hay Camino al Fondo de la Vida


Estoy de regreso sin haberme marchado,
perdido en el fondo de un recado.

Echo llave a mi antigua costumbre de lector
y con desgano cuelgo este día
en el primer itinerario del otoño,
guardo en el lugar más oscuro los libros de filosofía.

Llevo más de medio siglo en este diálogo,
sigo la intuición cardinal que les asigna mi duda.

Me convierto en olvido lentamente
los días me sentencian
a un antiguo horizonte de rieles,
me sitúan en el límite del insomnio
en la vanidad de mis primeros versos.

No hay camino al fondo de la vida
otro lugar que no sea este instante.

La sociedad ha optado por el dinero
como su máxima virtud ciudadana.

Sé que no soy un buen modelo del género humano.


Vieja Fotografía

Afuera amanece en voz baja
la distancia duele como golpe de luna.

Por el corredor regresa el aire,
tatúa en mi rostro la complicidad de la incertidumbre.

Al fondo del comedor una lámpara ilumina
una vieja fotografía,
absorbe el tacto de mi mano
y la vida vuelve a contarme su propia historia.

La lluvia vertical regresa a mis zapatos,
viejos libros me confinan en la distancia.

Esta es la esquina de la vida
la que no hubiese querido doblar nunca.


El Sonido Azul de los Abismos

Un extraño aliento se derrumba en medio de la respiración,
allí me distingo de un canto,
pisadas que me recorren de temores
huesos que se rompen en mis huellas.

Convalezco una ajena enfermedad.

¿Qué difícil es morirse frente a uno mismo?
vestido de lentísimo tiempo geográfico,
juntar las ausencias
los infinitos aires de cuarzo
el sonido azul de los abismos geométricos
ojos anónimos que emergen del pasado
meses que huelen a tragedias.

Ando y desando mi húmedo camino
tropiezo con los ayeres y los entonces
el silencio sin rostro de médulas putrefactas.

Esta extraña enfermedad
sin semana, sin rumbo y sin un sitio exacto
agrava la soledad que me ofrece la indiferencia.


Otra Historia

Mi casa sigue siendo una calle miserable
en cualquier esquina de la vida,
un signo de vaguedad extrema
un vaivén de tardes innumerables.

Veinticinco años han transcurrido exactamente.

Esa fue la más grotesca de tus partidas,
dar cuerda a tu reloj imaginario
para inventarte en otra historia.

¿Qué recuerdo nos queda del mundo que tuvimos,
sumar al infinito la eternidad?.

Así vivo de enero a diciembre esta absurda peregrinación,
la soledad que no puede reconocer
una lágrima ensimismada en mi propio recuerdo.

Trazo una línea en medio del aire,
algo de nuestra existencia sobra en todas partes.


Esta Tarde

Cada mañana gano un poema,
el pan cotidiano se suma a la espera.

Maltrecho como un perro herido
hago y deshago siempre el mismo camino
como si fuera feliz repitiendo este oficio.

En una orilla de esta tarde
y con el mar de Papudo de fondo
decido que nadie humille mis sueños.

Cerca del muelle un buque de la armada
aparece con el peor rostro de la guerra.

Son las siete de la tarde y los marinos
amonestan con su presencia a los tranquilos alcatraces.

Mi corazón siempre fiel a sus obsesiones,
exige un espacio para la nostalgia,
amanecer en una calle de La Ligua.

Un callejón deambula por la oscuridad de la playa,
la fugacidad del instante que nunca muere.

Un descuido de la noche,
entre la línea recta y la plomada
la alegría piensa trágicamente en el sur,
un deseo inexplicable de perderse y sentirse perdida.


Dudosa Felicidad

No me mata el destino
ni la incertidumbre del tercer milenio.

Nadie espera a nadie a la vuelta de su miedo.

Ocasionalmente muero cada día.

Muero en los noticieros de la televisión
con los atentados terroristas en Cisjordania
en el fácil entusiasmo de la felicidad consumista.

Circunstancialmente muero cada noche
en cada imagen que vive el descontento.

Hace más de cincuenta años que mi silencio es insomnio
en mitad de la vida.


La Velocidad del Psicoanálisis
(a Putaendo y su vieja estirpe de pueblo abandonado)

Extraño la quietud de mi antiguo pueblo
el sentimiento que huye a la velocidad del psicoanálisis,
un cementerio colmado de domingos,
y el sombrío paisaje que en parte de pago deja la ausencia.

Llega la tarde cuando ya es demasiado tarde
reclama para sí el unánime juicio de la verdad eterna
y un dogma de vieja data justifica mi existencia.

A la deriva el viento deletrea el olvido,
un murmullo busca un pretexto
poco serio para ignorarme.

Por causa de mi existencia Dios agoniza en todas partes.


El Idioma de la Mañana

Por un descuido de Dios
este domingo se equivoca de siglo y semana.

Quizás no tenga importancia
puede ser que no la tenga.

Amanece, el ruido de los tranvías
inventa el idioma de la mañana.

La vida transcurre más temprano que de costumbre.

A dos metros de la esquina
se extravía un hombre que lleva la dirección correcta.

Dice ser el hijo del Hombre...

No porta credencial alguna,
tarjeta de crédito
ni registra domicilio conocido.

Esta noticia no será titular en ningún diario de mañana.


La Mirada de Impaciencia

Apoyado en la pena
pongo una mirada de impaciencia
en el calendario.

Temo a veces que sea el silencio
el que retrocede con el ocèano
esa sensación siempre misteriosa
que trae en los ojos la triste intemperie.

El aire pasa y nos lame con un perro
cierra el último pestillo de la ventana,
la humedad más antigua de la historia
aquella que sobrevive a los olvidos voluntarios.

No tiene distancia la palabra que se olvida.


Ignorado y Solitario


Perpetuo, ignorado y solitario
esta tarde al igual que otras
regreso a mis cotidianos paseos de extramuros,
conjugo la amistad con la sencillez de un abrazo.

En un andén y sin saber qué tren abordar
descubro a viejos desconocidos en el memorial del olvido,
siempre dispuestos a una partida de póker.

Aspirantes a no morir de melancolía
juegan a olvidarse de todo,
ebrios invocan a Dios como a un antiguo socio
y solemnizan en la imaginación este encuentro que ya estaba escrito.

Esta es la morada de los filántropos del otoño,
- dicen los profanos --
aquí supuestamente conviven los rasgos del sujeto original
que también fue un poeta.

Los párpados ceden al amanecer
y el diálogo ilegible desnuda a las utopías.

Alguien se detiene en un cementerio
a la hora exacta de la muerte,
oculta sus últimas intenciones en los botones de mi abrigo.


Intercambio de Adjetivos

La noche acumula vicios,
muere un poco asesinada or la desidia y el engaño.

No creo que sea este el momento de cruzar una palabra con la
historia.
Evito las posibles confrontaciones,
el intercambio de adjetivos entre la verdad y la mentira,
la inconsecuencia de tantas frases dichas
y la intolerancia de tantas secuencias.

Imaginemos no tanto para que sea creíble
sino lo suficiente para que pueda ser cierto.

Este es el momento de interrumpir con otra historia el silencio
de este siglo
y evitar cualquier confusión por favorable que sea.

Tenían razón mis adversarios
fui demasiado consecuente con mi oficio.


El Hombre Repetido

Hay una abeja extraña en este colmenar

Alguien ha denunciado su presencia.

Habrá que buscar en todos los panales,
en cada jardín de la ciudad.

Todo indica que se recompensará a quien la encuentre.

Ahora sólo falta que atrapen al hombre repetido,
al que llevo en cada uno de mis gestos.

Sin participación alguna en los himnos inmortales
abdico en el silencio del pasado sombrío.

Olvido vivir mientras concurro a mis sueños.

Duele comprobar que las cosas hayan cambiado últimamente.


Un Traje de Incertidumbre

Un río de pájaros opaca la tarde con su vestuario de cementerio
y el viento pierde el equilibrio en la última bocacalle.

Fue un acto de arrogancia
esa noche de concierto hace quince años,
concluir su jornada en el Teatro Municipal de San Felipe
y derrochar la fama sin titubeos en un Night Club
con una fuga de Bach que no conocíamos.

Desgastó su vida inútilmente en búsqueda de una pasión sin precedente,
herido por la muerte se suicida,
se borra simultáneamente de todos los caminos.

Duele comprobar que la ciudad haya perdido la memoria,
la paciencia de esperar a otros muertos,
la muerte que miente más allá de sus gestos habituales.

La humedad del invierno regresa con la lluvia
y no hubo tiempo para que él sobreviviera.

Liturgia del Pan

A veces se reúnen con los mismos gestos
en el diálogo de un cantautor favorito,
aquel que combate la vida con whisky y heroína.

Mientras ella se acostumbra a su mirada
se pregunta qué amamos el uno del otro
en la inconfundible liturgia del pan y del vino.

El presiente en el silencio innombrable,
una tristeza fundamental,
después de cada sueño,
la brisa exacta que inventa su rostro.

Enferma de tiempo y con los días contados
se observa en la mirada universal del planeta,
atraviesa el otoño de una alameda de San Felipe
y la orilla de su voz que no conoce el miedo,
lo invita a beber con los 120 valientes de Santa Rita,
a repartir promesas de amor después de cada borrachera.


Envejezco Irremediablemente

He creído demasiado en la existencia de Dios,
ensimismado en una tristeza que me habita,
agonizo a horas de su nombre.

Tengo pensamientos afines con la soledad,
nadie conoce mi nombre
vivo al otro lado de la parafernalia permanente
cerca del sereno movimiento que habita en el silencio.

Una lágrima, esconde la escritura de este verso,
el viento derrota a las hojas del morero,
e irremediable el paisaje me envejece.

No basta saber que he perdido mi sombra,
que busco mi lenguaje en otros labios,
un gesto que detenga esta angustia.

Hoy valgo la mitad de nada.


Intrascendente Historia

Cuelga la noche en la imaginación de los vagabundos
la calle desnuda con un abrazo a los amantes,
anuda una tristeza en el pañuelo,
el aire arromadiza de invierno el brillo de una
estrella.

Para esconderse del frío un perro busca la sombra,
una mariposa sobrevuela su íntimo espacio,
su intrascendente historia que se viste de silencio.

Sin olfato,
un ejército de hormigas le roba un trozo de pan,
ése que el hombre aún no ha contaminado con su boca.

Hay calles que no tienen nombres,
sólo el silencio inventa las historias verdaderas.


Con Aldonza por esta Calle

Don Quijote acaba de pasar con Aldonza por esta calle,
hacen caso omiso a las señales de tránsito,
a los límites de la propiedad privada.

Nuevamente atraviesan el aire más ausente,
el reloj que pudo haberse detenido
prefiere marcharse con las mariposas proscritas.

Bajo las hojas afables de la acacia
Miguel de Cervantes bebe en silencio su ocaso de vino.

La ausencia cierra con postigos las ventanas
el viento empuja el primer vuelo de los pájaros migratorios.

Al otro lado de la oscuridad
la impía escarcha del invierno
no alcanza a corregir el trayecto de la historia.

Dejemos en paz al último representante de una raza en extinción
a los molinos que se han extraviados en medio del camino.


Luna de Octubre

El eco cae al bosque como si los árboles hablaran,
buscan un sitio donde ganarle a la vida
humedecen el corazón de una estrella
y la luz baja por el alma de la montaña.

La primavera cuelga en un paisaje de Catemu
lleva una luna de octubre en la espalda,
escribe su tristeza a la hora del angelus.

La antigua veleta humedece el viento
la oscuridad ingresa sigilosa
se viste con el sereno movimiento de la memoria,
transita con mi existencia en forma simultánea.

Silenciosa e indómita
la vida es una profecía.


Oficio Cotidiano

El diario me hojea en una mesa "Del Doménico"
un cigarro sostiene mi boca.

Me ausento de mi oficio cotidiano,
hago caso omiso a las señales de la inútil retórica,
una antigua voz me persigue.
Indiferente, el destino se asoma a mis ojos
sin más parábolas que el sol cuando atardece
ordena correlativamente el inventario de mis sueños,
las efemérides de famosos desconocidos.

Excuso mi ausencia con un beso en tu mejilla
y busco bajo la sombra el tatuaje de los árboles,
al que canta en sus raíces un himno sagrado.

Una palabra cruza el vocabulario...
el mutismo tenaz se oculta
y unánime en la demasía
la dialéctica pierde su gentileza.


El Ocasional Viaje de mi Alma

Llueve sobre la iglesia de San Fabián de Alico,
la humedad deja su oficio en un Cristo desnudo.

Alguien anda tras de mí los Domingos de Ramos
con el simulacro de una conquista espiritual,
descifrar los inmortales símbolos de la vida,
el ocasional viaje del alma hacia el espacio más oscuro.

El muro de los lamentos lo disputan moros y cristianos,
cancelan favores recibidos,
renegocian en cómodas cuotas
antiguos arrepentimientos.

No hubo señal de salvación alguna,
ni milagros a domicilio,
en esa subasta de dudosas intenciones.

Alcancé a decirte --- que la suerte nos acompañe ---
la misma que nos reúne un año más viejos,
atrapados y perdidos en los mismos ritos.


El Inefable Rito de la Sombra

Trémulo el sol agoniza bajo el rito de la sombra
absorbe los colores del olvido,
mientras otros caminan inmutables
súbitamente encuentro a un antiguo enemigo.

Un pájaro escapa al cañón de una escopeta,
calla como los árboles en tiempo de sequía
la vida se encierra a vivir en calma.

En la pradera de esta página el viento levanta
el misterio de su propia virtud,
ensaya el silencio en cada individuo.

Nunca el hombre estuvo tan triste por la muerte de este siglo.


Después de todo nadie sabe hacia donde vamos

" Sé todo en cada cosa,
nada tuyo exageres o
excluyas"

(Fernando Pessoa)

"Estación terminal todos los
pasajeros descienden del carro de
la derrota, menos uno.
- La poesía me salva de
morir como un perro-"

(Manuel Silva Acevedo)

"Era una mentira de los sueños,
la luz efímera que triza la
oscuridad"

(Enrique Volpe)

"Ocio increíble del que somos
capaces,
perdónennos los trabajadores de
este mundo y del otro,
- pero es tan necesario escribir
poesía".

(Enrique Lihn)


Bohemio Impenitente
(a Francisco Madrid, el desconocido más importante y solemne de la comedia humana).

Cerró la puerta en señal de nostalgia
y su gesto adquirió un carácter de tragedia.

Se marchó en el invierno de 1999,
recopiló todos los sueños después del insomnio
y buscó en una antigua mirada de mujer
-- la huella que le quemó los ojos --

Su pupila de bohemio sin reloj ni corbata
olía siempre a desvelos y frustraciones.

Sembraba en cada esquina un ritual de palabras
como si éste fuera su último discurso.

Una calle lo vio caer a medianoche,
la angustia dobló la esquina de su nombre,
expulsó su pasado de dudosa geografía.

En su alma los fantasmas no encontraron nada,
más bien echaron suertes sobre su precaria existencia.


A la Sombra de este Muelle
(a Guillermo Muñoz Saá, quien pernocta en el Pacífico)

Duerme a la sombra de este muelle
sin tiempo ni edad.

Sueña en el lento viaje de las gaviotas,
en el roce del agua.

Alguien levanta su modo de mirar
con la certeza de las acacias,
la tarde se resuelve fría y salada,
emerge de las rocas
peina de tempestad las casas vacías.

El perfume salobre revolotea como un pájaro
en el horizonte de febrero
fluye la espuma que ha perdido la brújula,
el ropaje gris de los días venideros.

Una ventana es testigo de una hora interminable
la marea arrastra los últimos guijarros.

Noche a noche muere un sueño.

Huyen antiguos rituales por el orificio de una palabra
y forjan recuerdos en una Logia Masónica.

La sombra de los hermanos hoy está de duelo.



Una Historia de Dudosa Alegría
(a Jorge Thellier en un bar de Matucana)

Llueve desde el poniente en Santiago,
mi rostro entristece la tarde,
mi camisa cae bajo la sombra de un transeúnte.

Ebrio y noctámbulo convoco a Jorge Thellier
para inventarnos historias de dudosa alegría,
mujeres que sonríen con guiños de complicidad
y juzgan con rigurosa parsimonia cada uno de nuestros gestos.

Tenemos cada día más de setenta años
un silencio sin límites nos envejece constantemente,
no culpamos al destino de la suma total de nuestros errores,
al hombre de otra historia que nos hemos convertido.

Viciosamente existimos
escuchando debajo de este puente
algunas historias de sus primeros habitantes.

A este vino le han quitado el derecho de brindar
por nuestra pena.


Nostalgia Gardeliana
(a Carlos Ruiz Zaldívar cada 24 de junio)

Prevalece frente a lo único que posee
una tarde que se extiende perezosa sobre la calle,
el ruido de un tren que atenta contra los días
y quiebra el orden natural de las emociones.

Un disco de acetato cumple la función de introducir la nostalgia Gardeliana,
transa el último camino existente
y aunque nadie lo conozca
cuelga en una percha su escaso entusiasmo.

El triste contacto de sus huesos
deja atrás los absurdos cálculos del destino
mientras el viejo candil de la cocina
alumbra por última vez el antiguo retrato de su infancia,
escribe una señal en la estación del ferrocarril
reafirma la tristeza que se oxida con el olvido.

Ingresa la noche y pesa en su memoria,
el dolor gris de los días cotidianos.


La Pequeña Historia Cotidiana
(A José Francisco Ladrón de Guevara)

Alguien colecciona en fascículos
la biografía de sus fracasos,
la posibilidad de que sus sueños se derrumben.

Existe en la antesala de los hospitales
en la pintoresca farmacología
que ensaya en su brazo
el olvido de juntar todo su pasado.

Abandonado en mitad de la incertidumbre
relega al olvido la superficialidad de los halagos,
recoge de tarde en tarde la pequeña historia cotidiana,
la obsesión de adentrarse más allá de las intuiciones.

Es difícil precisar el diámetro de su enigma,
la ubicación jerárquica de sus desencuentros,
a menos que se encuentre el borrador más antiguo de su juventud
o la primera copia de su manifiesto filosófico-poético.

Una lágrima se desliza por el tobogán de su mejilla,
errónea e indescifrable
una tenue luz proyecta una sombra a punto de perderse.

--Entonces la breve historia cotidiana
escribe la biografía universal de la memoria --,
el origen de la primera versión,
la escritura que sólo podrán descifrar los primeros iniciados.

Democracia Caribeña
(a Mario y a los miles de cubanos que se impusieron la autocensura)

Sentado en la plaza de Santiago de Cuba
sacude el corazón de una pena,
bebe el áspero ron de la desazón
hasta perderse en su propia autocensura.

-- Nadie entiende la exacerbada pasión
por su infinita lucha antiyankee.

Cae el sol de una tarde que creía propia,
la oscuridad se levanta en medio de la incertidumbre
no hay dolor que doblegue su sueño caribeño
ni cafetales que prescriban el secreto anhelo de la democracia.

Inevitablemente La Habana el próximo primero de mayo
se poblará de los mismos discursos revolucionarios.

Fidel va definitivamente en dirección equivocada
repite las mismas consignas bolcheviques,
viste antiquísimos trajes de gabardina verde,
pretende ser la réplica exacta del perfecto héroe.

Huérfano y casi sin aliento el mayor anti-imperialista
divaga por su triste historia
como si nada hubiese ocurrido
en la última década del siglo XX.



El Secreto Sueño de los Fudres

Tu cuerpo huele a vendimia en esa camisa de febrero,
quiebra una sombra con su fantasía.

No sé en qué momento te traicionaron las palabras
mancharon de sueños el aliento que heredaste
bebieron el sudor salobre de la jornada
humedecieron el secreto sueño de los fudres.

No conociste a tiempo la exacta definición
de la muerte,
la sombra de tu pelo en la ventana
la cronología de tus dudas,
la sed que se eternizó en tu copa vacía

Padre,

¡Cuánto tiempo de adioses para el exilio de este mundo!


Lector Impenitente
(a Carlos Kauffmann en la eterna amistad de la poesía )

Debió haber permitido que la farándula proclamara su nombre
en una esquina de Putaendo.

Quizás se hubiera independizado de sus antiguos fantasmas,
el tedio que vistió de lluvia la aureola de su abrigo
la calle que asume una humedad de antigua data.

El lóbrego lector de novelas de caballería
alternó con el perfume de las historias románticas,
con el polvo de los anaqueles incrustados en sus uñas.

Entre viejos álamos amarillos
convocó a Goethe, Shakespeare y Cervantes,
la tarde y él concluyen a una misma hora.

Transcurrieron otras penumbras en el callejón de Los Lobos,
nadie ha pronunciado palabra alguna,
adiós ni buenos días.

Sólo existe la extraña prueba de su ausencia,
la secreta convicción que su historia permanece intacta
en cada esquina de este Pueblo.


La Doble Sombra del Silencio
(a Cristian Arratia en el gesto fraterno)

La tierra te abraza para siempre
tras veinte años de pisar el asfalto,
tres meses, siete días y tres mil quinientos siete segundos.

La Panamericana Norte en el kilometro 57,
ha inscrito tu deceso
fractura en el alma
con caída vertical en la doble sombra del silencio.

En un mes de abril se apagó tu hoguera de poeta
sin saber si aquellos versos
vislumbraban la proyección de tu nombre.

Una muchacha ilumina los suburbios de tu misterio,
ordena cada noche el rompecabezas de tu último sueño.


A este Vino le han quitado el derecho de brindar por nuestra pena

" No hay nada que defina esta hora
nocturna
tranquila como la luz más suave,
o como la llama que el aire no
sacude"

(Rolando Cárdenas)

" Oleré a mal vino y suciedad
enturbiando los limpios medios
días
y me haré el necio a propósito de
todo"

(Jorge Theillier)

" Andan los días a lo largo del año,
eres sustancia de lejanía
y no hay remedio,
los días andan en tu búsqueda"
(Vicente Huidobro)


Calle Sarmiento
(a mi pueblo que cada noche bebe el sarmiento)

Una calle como otras que existen en Putaendo
el erotismo cumple puntualmente su oficio,
trepa por los muslos de las escasas doncellas
que aún son vírgenes.

Abrumadas por la siesta del verano
leen novelas de amor,
inventan con gestos de vago fastidio
sus propias historias de sexo,
mientras otras aguardan vestir al Patrono del Pueblo
en el día de su aniversario.

Es posible que un par de locos
haga el amor en la calle Sarmiento sin que nadie se dé cuenta.

Si este pueblo no existiera,
existirían las palabras para inventarlo.


Tráfico de Influencias

El Colegio de Poetas Asociación Gremial,
ha manifestado públicamente su descontento.

Por quinta vez consecutiva la novia del señor Ministro de Cultura
ha obtenido el premio nacional de poesía:
lírica, trágica, satírica, democrática, económica;
satánica, cómica, erótica, subversiva y pornográfica.

¡Musas!.

Qué cresta ocurre con el tráfico de influencias.


La Noche es pura Ideología
(en un astillero de Cuba, él repara las últimas utopías)

La Habana con su borde de luto en la frente
corresponde al exacto formato de su discurso demagógico:
nada se afirma y nada se niega.

Habrá que preguntarle de quien son sus ideas,
donde aprendió a acomodar la saliva después de cada cita.

Reducido a un intrascendente saludo,
sus esfuerzos irremediablemente pasan de moda.

Esta mañana se ha levantado
con la hora más oscura del siglo XXI,
reparar en los astilleros de La Habana sus últimas utopías.


Opus Nº 25 en Fa Menor de Pérez Prado

(mi única canción será mi propio funeral)

¿Qué mal puede haber en que canten mis amigos
un mambo de Pérez Prado en el día de mi funeral?.

Soy inútil por excelencia
siempre oscuro y sonámbulo,
fumándome el último invierno del siglo XX.

Sospechoso y sin memoria me inundo de misterios,
Gardel canta en Moscú a los últimos seguidores de Marx
y Fidel enamora a la democracia en un hotel de Varadero.

Lento como final de película muda
me encuentro con Paul Eluard,
recogemos en el mismo pétalo de una rosa,
la antigua memoria de una calle de París.

Me exorciso en un rito con Baudelaire,
arroja sobre mi rostro el aliento de otras bocas,
y pone puntos suspensivos al recuerdo.


Bailarina de Topless
( a Karen Bahuer, la que conocí en la página C-7 del diario El Mercurio de Santiago, Agosto de 1997).

Acostados tú y yo,
somos alguien más que un par de sábanas que tienden un misterio.

Llega a mi vieja agenda
con la costumbre de otro rostro.

Su cuerpo de larga duración,
da vueltas en la imaginación de quienes la conocen
e inscribe su nombre en un año bisiesto
sin más suerte que la derogación de su propio onomástico.

No descarto que el móvil haya sido un error voluntario.

Ella se ha graduado de intérprete en una universidad privada,
lee a Shakespeare y a Goethe en sus horas de ocio.

Próxima, la noche se deja caer
con la timides de un espejo que ha perdido el reflejo
los primeros temores en su debut de bailarina de topless.

Quizás regresa al mismo farol
con la eterna duda de continuar desatando amores prohibidos,
que nadie sabe si existen a las cinco de la madrugada.

Que no llame a engaño tanta retórica,
ella debutará en su cama cinematográfica
con la experiencia de una mujer que tiene más de cuatro décadas.


Un Spot Fuera de Cámara

Suscríbase a la página del error cotidiano,
impídase el acceso de la poesía
a los programas de la televisión.

Confísquese el pensamiento de quienes no están de acuerdo
con la publicidad de este eslogan.

No busqué vivir en esta instancia del siglo XXI,
el cual ha decretado la supresión del diálogo
el arresto domiciliario de bibliotecarios y lectores.

Alguien se empecina en borrar la antigua memoria,
las primeras escenas de nuestro paisaje.

No podré contarte mañana quien está fabricando mi muerte.


Antiguo Discurso Anarquista

Lo vigila un ejército de abejas perpendicular a su boca
y en el círculo exacto de los labios
se encarama el polen de una tardía primavera.

Existe en la espera sin límites de una historia,
expele un aroma a Marxismo reciclado
y reescribe una vez más su antiguo discurso anarquista.

Para él las cosas existen como el Partido las interpreta,
es una víctima más de su propio discurso político
la absoluta confusión en medio del caos.

Las nubes esencialmente democráticas
mojan esta mañana la Plaza de la Revolución
con la misma intensidad de otros aguaceros.

Él, nuevamente se inmola en un monólogo de antiguas
contradicciones.


Gardeliando en un Bar de San Felipe

Concluye por reírse de los discursos institucionales,
las águilas desplumadas en el salón del consejo,
leones desdentados que caen de los escudos.

Sacude la piel del tiempo,
la dobla bajo el brazo y se hecha a caminar
calle abajo con una botella de brandy.

Lejano todo ...

Hasta la última puerta calla su secreto
en los ofuscados signos de la fuga.

Desea que lo sepulten en el mausoleo de los hijos ilustres
resucitar al tercer día sin que nadie lo sepa
y conocer más bien la dialéctica de los oradores,
de aquellos más preocupados de escucharse a sí mismos
que alguna breve virtud del occiso.

Así Gardeliaba en un bar de San Felipe
acuñando tangos y milongas,
hasta llegar al máximo rigor de la tristeza
reinventándose a su manera en su doliente metamorfosis.


Alcoba de Viuda

Desde que se marchó Silverio Constanzo
ella celebra su ausencia.

En esta batalla contra el tiempo
no olvida el último beso de su extinto marido poeta,
lo espera como algo que está a punto de suceder,
manos que recorren su cintura.

Con paso de antigua amante
acomoda el aroma de las sábanas
regresa a la boca de cada uno de sus amados,
al sudor y a la saliva,
a la sed de los deseos
a la original versión de cada encuentro.

Después de un tiempo de abstinencia
Dirá que vale la pena la vida que lleva,
Una forma de amar un tanto áspera,
La que revive en su alcoba de viuda
Y que no es posible fragmentar con el recuerdo.


Una Canción donde Caerse Muerto
(a un anónimo cantor analfabeto)

Clavel, canta un antiguo repertorio de tangos y boleros
en el Club Social de los Ferroviarios.

Lejos de la diversión y de la alquimia cartelera
cae su voz en los rostros trasnochados
que atraviesan la misma calle.

Ausente de entusiasmo canta por inercia,
una dosis de olvido en una orilla de la lluvia
se instala en cada hombre que trae a su alma
el tacto de una melodía.

Afuera los árboles se embriagan en su propia copa,
la madrugada gira en un rostro de antigua fotografía.

Es difícil imaginar algo distinto a la incertidumbre,
creer en la existencia de alguna esperanza,
desafiar a la majestuosa pena de andar con el cuerpo a duras penas.

No sólo en los labios él vive esta historia
también en las manos tristes de un cadáver.

Clavel,
insiste en reclamar un lugar en la sociedad,
-- al menos tiene una canción donde caerse muerto --


Concesiones

Escribe cada vez un verso menos.

Ignora las palabras grandilocuentes,
el triste oropel con qué han vestido a la poesía.

Escribe lo estrictamente necesario,
caduca todo tipo de concesiones,
el lenguaje almibarado de las flores.

Borra de tu registro a los poetas trasnochados
que cantan a la luna y a los amores imposibles.

No esperes el último día para hacerlo.


Existencia Proletaria

A Fidel no le agrada la actual situación de Cuba,
ser el adalid de una masa proletaria.

Es decir, mirar el destino directamente a los ojos.
Él sabe que el tiempo juega en su contra
que la revolución lo estafó con sus ofertas demagógicas.

Impaciente espera la posición en la que va a inmortalizarse,
elegir el ademán preferido
su última consigna anti - norteamericana.

Hace algunas semanas no duerme,
teme ahogarse en el océano de sus propias utopías.


Demagogos de Profesión

Se necesita vagabundos,
enanos que no sepan la estatura de sus tristezas
invidentes con ciertas dudas sobre la belleza,
corruptos de pésima memoria
noctámbulos mal agradecidos
sofistas que pregonan la nueva vida
demagogos de profesión
y todo tipo de charlatanes para encubrir fraudes del estado.

Después de todo nadie sabe hacia donde vamos.

 


 

 
 

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