Proyecto Patrimonio - 2006 | index | Pavella Coppola | Sergio Ojeda Barías | Autores |




Quemarse hasta no dar más

Por Sergio Ojeda Barías

(Presentación de Boceto del desborde, de Pavella Coppola, 7 de diciembre de 2006)

Boceto del desborde, de Pavella Coppola, es un libro extraño, lo digo casi como lugar común y en el buen sentido de la palabra. No encaja en categoría de géneros o estilos; a lo que más se acerca podría ser al ensayo.

Por lo tanto, nos enfrentamos a un texto que requiere del lector ojos abiertos, corazón prendido y por sobre todo visión poética.

Digo esto porque en los diversos capítulos y acápites que conforman el universo que construye Coppola predomina el lenguaje poético, los objetos que aborda son metaforizados y llevados a su máxima posibilidad.

Es una especie de libro objeto sobre objetos que se puede leer de atrás para adelante, de adelante para atrás o partir desde donde uno quiera. Este juego literario, al símil de Julio Cortázar en Rayuela, le agrega un elemento lúdico que ayuda a meterse en la aridez de alguna de sus propuestas.

Pavella arriesga en cada momento, ataca con insolencia y se mete en honduras con el arte flamenco, la poesía urbana chilena, la oscuridad poética de Díaz Casanueva o la imprecación de Zurita.

Escuchado así podríamos decir, qué enredo, qué manera de complicarse la vida. Sin embargo ella misma da la pista cuando define su tesis central que es la que cruza y determina los textos del libro, dice la autora: "Entiendo por Estética del Desborde la gestación de mundos artísticos desde la experiencia de la iracundia del hombre, del sujeto creador, cuyos modos de exploración representativa participan de la variedad de lenguajes artísticos, pues los lenguajes de producción simbólica son infinitos tanto como infinitas las realidades construidas mediante él".

Y ahí es cuando uno empieza a confrontarse con el libro, es en ese momento en que se nos aparece la vital pregunta sobre la vida y lo paradójico que es el acto creador, por un lado crea y por otro destruye.

Porque escribir, filosofar, crear obras de arte, según mi lectura del libro, es un acto que requiere tanta pasión que termina desgastando. Porque sino es un mero simulacro o una parodia. Para Pavella se necesita de esa rabia o primer motor que arranca a todos los demás, que el proceso creador se convierta en una hoguera que vaya quemando violentamente al artista.

¿No sería eso lo que hace Ginsberg con "El aullido", Kerouac con sus viajes interminables o la desesperanza que se observa en parte importante de la poesía chilena contemporánea?

El desborde entonces es salirse, arrancarse o dejarse llevar, insisto: quemarse hasta no dar más.

Por lo tanto los intentos por explicar el sentido de la vida o la felicidad, la construcción de discursos y obras de arte, en definitiva aparecen representados como lobos que acechan en el follaje y al menor descuido nos recuerdan que somos frágiles y que a veces todo es una herida. No se crea que prevalece una visión pesimista en el libro, ni menos ingenua sobre las preguntas básicas que nos hemos hecho por siglos los seres humanos.

No es así, pienso que hay un insistir y una búsqueda acerca de la condición humana, y de lo mal que nos hace eso a veces, pero por otra parte de lo libre que nos puede hacer sentir.

 

 

 

Proyecto Patrimonio— Año 2006 
A Página Principal
| A Archivo Pavella Coppola | A Archivo Sergio Ojeda Barías | A Archivo de Autores |

www.letras.s5.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez S.
e-mail: osol301@yahoo.es
Quemarse hasta no dar más.
Por Sergio Ojeda Barías.
Presentación de "Boceto del desborde", de Pavella Coppola
7 de diciembre de 2006