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"Cuentos en sepia" de Raúl Cañete. La Trastienda, 2009, 164 páginas.

Dispersos y frágiles

Por Patricia Espinosa
Las Últimas Noticias, 12 de febrero 2010



A un cuando el estilo tradicional de hacer cuentos está cada vez más en retirada –lo que algunos denominan cuentos “redondos”, es decir, con un clímax y un claro desenlace que se mueve entre el logro o el derrumbe de las expectativas de los personajes–, Raúl Cañete ofrece Cuentos en sepia, un volumen de esa línea tradicional, que pese a su dispareja factura contiene algunos atractivos relatos en torno al fracaso amoroso en contextos rurales y urbanos: pueblos sureños abandonados por la modernidad o el casco antiguo santiaguino, con atmósferas adornadas de bares viejos, wurlitzers en los que resuenan tangos y reservados para amantes.

Por momentos los relatos adquieren un tono dramático y otras veces hasta jocoso, matices que dan movilidad a cada historia; sin embargo, todo sería mejor si el autor se olvidara de cerrar los cuentos, dándoles un toque de forzada ambigüedad. Un ejemplo al azar lo constituye el cuento “Circunstancias”, donde el hijo de un nazi luego se vuelve agente de la dictadura y años después consigue la paz cuando se encuentra en un hospital psiquiátrico con el individuo a quien torturó salvajemente. El cara a cara los lleva a la reconciliación, al extremo de compartir hasta un pedazo de torta en el patio del hospital. Es aquí donde podría decirse: suficiente. Estos desenlaces happy end fisuran cualquier buena escritura, sobre todo cuando el tema ha sido tratado de forma dramática.

Cañete, a pesar de lo anterior, consigue armar personajes con cierta intensidad, como sucede en “La señorita Trini”, donde aborda el mundo de los burócratas con sus rutinas y vicios ocultos, o en “El Once”, donde el protagonista vive el bombardeo de La Moneda desde un edificio cercano; con una mezcla de temor y odio el narrador logra acercarnos a una escena vívida y angustiosa. Del mismo modo se presentan los hechos en el cuento “Grande”, en el cual se aborda a un campesino a quien su mujer lo abandona con una hija y debe lidiar con las burlas de los habitantes del pueblo a costa de su dignidad.

A ratos Cuentos en sepia parece ser el resumidero de todo lo que ha escrito el autor en diversos talleres literarios, donde por lo general los maestros incitan y publican a toda costa a sus alumnos en editoriales propias. El afán desesperado, por un lado, de publicar y, por otro, de hacer negocio con las expectativas de escritores literariamente inmaduros genera este tipo de libros dispersos y frágiles. Cuentos en sepia incluye un relato sobre Javiera Carrera, otro sobre un seductor amante londinense que se codea con la nobleza y un pequeño segmento de microcuentos de múltiples temáticas que vuelven aun más desarticulado el libro. Cañete tiene, además, una tendencia a iniciar varios relatos con un “Cuando”, lo cual obviamente revela que falta un trabajo de edición riguroso en este volumen que, por momentos, parece ir hacia cualquier parte.

 

 

 

 

 

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Dispersos y frágiles.
"Cuentos en sepia" de Raúl Cañete. La Trastienda, 2009, 164 páginas.
Por Patricia Espinosa.
Las Últimas Noticias, 12 de febrero 2010