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Ángel Valdebenito Verdugo | Rodolfo Hlousek Astudillo | Autores |

 


 


Entrevista a Ángel Valdebenito Verdugo

"¡Aquí No Hay Patria Para Perros!"

Rodolfo Hlousek Astudillo

 

Ángel Valdebenito Verdugo, nació en la comuna de Freire (región de La Araucanía), el año 1978. Desde ahí irrumpió con "Papeles de la Villa Hostil", su primer libro, texto que mereció el prólogo del poeta Jaime Huenún donde inscribe lo siguiente: "Es un trabajo poético que registra, mediante una escritura alejada de los tópicos y formas costumbristas, los flujos y reflujos vitales de un sujeto alimentado y a la vez acorralado por la cotidianeidad pueblerina en la que instala y desde la cual emite su discurso" (Editorial Pewma, 1999).

No debo soslayar que todos estos libros desaparecieron luego del incendio producido en la casa de su abuela, quedando desperdigado uno que otro libro sólo entre sus amigos.

Luego de 8 años, amarra su segundo libro "Inventario de Especies", un texto duro por su objetividad y discurso, donde constata las evidencias de un mundo de mercado y orfandades, desde la capital nacional, Santiago.

En el marco del primer encuentro de poesía "Violento Sur", desarrollado en Temuco, me impulsó la necesidad de realizar una entrevista a uno de los poetas que más me ha sorprendido por su rigor y humildad. Además para mí Ángel representa un perfil contemporáneo de los escritores Víctor Domingo Rojas, José Santos González Vera, e incluso Kafka.

Sentados en una mesa al sur de Chile, y acompañado de los poetas Ernesto González, Guido Arroyo, Roxana Miranda, Héctor Hernández y Gerardo Quezada, respondió sin pavoneos, con inflamadas respuestas y con humor a la relación con su origen, método de escritura, generación y las claves de su poética, entre otras inquietudes.


- ¿Cuándo te iniciaste en la literatura?
- Como lector, desde chico, - leyendo diarios antiguos con los que envolvían la hierba -, y empezó a gustarme la literatura con Edgard Allan Poe, como a los 14 años. Tampoco sé cómo me llegó Huidobro a mis manos, pero fue a los 16 años.

- Tu primera obra fue "Papeles de la Villa Hostil", el año 99, por editorial Pewma, Jaime Huenún hizo el prólogo. Yo tiempo después hice una crónica acerca de ese libro. Hoy, luego de ocho años de la edición, me gustaría que te refirieras a los personajes que confluyen en ese texto.
-
Son personajes muy decadentes, pueden ser incluso un poco livianos, pero son luces de pueblos también, donde aspiran a muchas cosas, pero chocan frontalmente con su entorno que es precisamente hostil, esto los hace enfrentarse hacia ellos y hacia lo que aspiran.

- ¿Su entorno es un paisaje rural?
-
Un pueblo chico, un micro clima de tonteras.

- Sin embargo, la diferencia pareciera estar en ti, en tu trabajo, donde son los personajes los que hablan. ¿Esos personajes son amigos tuyos, o son personajes que tú vas recuperando o descubriendo?
-
Yo creo que son proyecciones de mí y algunos amigos. Ese poema de los muchachos que desde el barranco se tiran piqueros, somos nosotros, amigos.

- ¿Tu método de escritura, como es Ángel?
-
Digamos, un poco desordenado, en cuanto a como nacen. Parten como imágenes, imágenes sueltas y no con tantas ideas. Hay poetas que trabajan con más ideas, más planeadas. Yo empleo las imágenes, que luego van tomando formas, se van limpiando.

- ¿Y tu manera de eliminar el ripio, cómo lo desarrollas?
-
Parto corrigiendo durante la misma escritura, y después también. Tiene que ver mucho con el oído, tiene que ver mucho con la música. La frase tiene que ser convincente como música.

- Luego, haz escrito "Inventario de Especies", ¿es la continuación de "Papeles De La Villa Hostil"?
-
Haber, es más impersonal, más figurativo, más frío. Ahí utilizo personajes. Es trabajar más con la fabulación, hablar indirectamente a través de ciertos personajes.

- ¿Tu visión es un tanto derrotista, o no?
-
Yo creo que sí, podría ser. Un poco triste, incluso. Y ese libro trata de ser más frío. Como también intento sacarle esa cosa melodramática que tenía el primer libro, que era más chillona, incluso en la expresión de las emociones. Inventario trata de ser más heladito, más neutro, incluso.

- O sea, ¿podríamos decir más cercano a la objetividad?
-
Claro, se trata de acercar a la objetividad.

- De tu generación, ¿qué podrías hablar?
-
No la conozco mucho, sólo algunos cercanos como Ernesto González que está acá presente, a él lo considero tremendo poeta. Y gente cercana que ha venido trabajando hace tiempo, aquí en el sur como Gerardo Quezada, y tú.

- ¿Sientes que hay un hilo en común que reúna a estos hablantes líricos?
-
Qué podría ser, que se nos está yendo el tren... Lo que decía Héctor Hernández, que estos cabros chicos son más hiperventilados, pero que tienen más certeza de estar en ciertos espacios. El mismo Guido Arroyo ha escrito en revistas, tiene una editorial independiente. Tienen espacios más claros donde participar. Nosotros estamos en que nos agarramos de los de antes, y tampoco agarramos muy fuerte a los de ahora.

- ¿Eso se debe a una falta de compromiso, o es la mirada?
-
No sé, quizás seamos más apáticos, encerrados en nosotros mismos.

- Y tú visión de mundo, ¿cuál es Ángel?
-
Está todo perdido (ja..ja..). Mi visión de mundo está en mis libros. Mi visión de mundo está variando.

- ¿Y tus autores también fueron variando?
-
Claro, también...

- Ahora, ¿cuáles son los autores que tú lees?
-
Todavía estoy en mí proceso de aprendizaje pre básico (ja...ja...). Eeeh, bueno, Flaubert, por ejemplo, sus cartas marcan mucho, esa actitud de vida frente al arte; el compromiso frente al arte. El compromiso frente al arte tiene que ver con la realidad, y esta tiene que ver que precisamente no la tengo. No tengo una vida entera abocada al arte. Asimismo siento que otra gente de mi generación, sí la tiene, como Ernesto que vive para el arte. Me gusta leer a esa gente que ha llegado hasta los extremos.

- ¿A qué te refieres con llegar hasta los extremos?
-
A trabajar el 100% en lo que es poesía. Respondo un poco a tu pregunta sobre visión de mundo, eso tiene que ver con mucho trabajo, porque el arte es mucho trabajo.

- Ahora tú participas en lo que se ha denominado tiernamente "La Capillita"; taller Santa Rosa 57. ¿Cómo ha sido tu experiencia en ese taller?
-
Llevamos casi 3 años, y es una experiencia vital, en el sentido de que ya es parte de lo que uno entiende como arte; trabajando y estando en el arte. Y trabajar es someterse a crítica de mentes bastantes lúcidas: Juan Pablo Pereira, Marcelo Guajardo, Ernesto González, Enrique Winter, Guido Arroyo, gente que es muy lúcida de lo que están haciendo, gente con visiones que pueden ser distintas.

- ¿Y por qué optaste a trabajar en un taller y no de forma solitaria? -no estoy descalificando el hecho de agruparse-, sino sólo me gustaría que me explicarás tu inquietud por formar parte de un taller literario.
-
Porque el taller es una instancia de trabajo, más que una agrupación de autores o de estéticas, es una instancia de trabajo que tú puedes aprovechar, sin sumarse a un movimiento, sin nada. Es una instancia donde uno puede trabajar y corregirse, lo que siempre tengo presente a la hora de trabajar. Entonces, es el lugar en donde tengo acceso para corregir. Además, es el lugar donde puedo ser leído. Bueno, está Santa Rosa 57, y está Jaime Huenún que es mí maestro; tengo el privilegio de ser leído por él, y recibir su visión, sus consejos.

-¿"Inventario de Especies" es un libro terminado o está en proceso, y qué viene ahora?..., trata de dejar en claro, desde el otro lado de la mesa, Ernesto González.
-
Bueno, "Inventario de Especies" ya está terminado, se publica el próximo año (2007) por ediciones Alquimia, por la atenta edición de Guido Arroyo, y ya es un libro cerrado. Lo que viene ahora es un libro que partió hace poco, se llama "Patria". "Patria" es una vuelta al desenfado de "Papeles de Villa Hostil", desligándose a esa suerte de objetividad que pudo haber tenido Inventario, pero ya con otro peso. El peso de la experiencia laboral, por ejemplo, está presente en el libro, y es parte importante del libro. Es el afianzamiento de ciertas cosas que están ahí flotando.

- ¿Haces consciente el tema de la explotación laboral?
-
Claro, pero el tema tiene que ver con la subordinación, de cómo un ser se subordina, porque el rollo es mucho más profundo de que te exploten, de estar contra el sistema. No es una cuestión tan abstracta, o tan lejana como un sistema, por ejemplo, cito un verso: "Un honor faenable en las mejores manos, la cercana". El tema de la explotación laboral no está en una institución lejana, grandota, totémica, sino que está en personas que tú tienes al frente y que son cercanas a ti, también te han entregado cosas buenas, gente con las cuales has aprendido, gente que haz entregado confianza, te ha valorado, pero que la relación implica esfuerzo, implica exprimir jugos de otra persona. Ese es el tema, y eso también choca con lo familiar, cómo se construye el prestigio de alguien dentro de su familia, dentro de un grupo, dentro de su sociedad también. La idea de progresar tiene que ver con acumular, con hacer una carrera, con mantener en el tiempo esa subordinación al trabajo. Es un libro más sobre vida, que sobre arte, lo que también es una opción. Yo no escribo mucho sobre literatura.

- Nos gustaría que dieras algunos consejos a los nuevos poetas que vienen, ¿qué le dirías a esos jóvenes en la adolescencia?, ¿qué le dirías a ese muchacho que está divagando, al que le empieza a gustar la literatura, a quien empieza a crecer con ésto?, pregunta con tenacidad, nuevamente el poeta Ernesto González.
-
Que aproveche su tiempo, y que en ese tiempo empiece a adquirir conocimientos necesarios de lo que quiera hacer para estar bien, como dice Flaubert: "Cuando tenga que aparecer, que esté armado hasta los dientes". Y lo otro (la poesía), eso se va dando con el tiempo. Hay una primera etapa de encantamiento, hay gente que siempre la ha tenido. Gente como Ingenieros Comerciales, o que está trabajando en política y que alguna vez tuvo un encantamiento con el arte, con la pintura, o que alguna vez tuvo una banda, y escribía versos. Después se pasa a una segunda etapa que es mucho más peluda y a la cual es donde sólo entran los valientes. Hay que saber transitar por ahí, ahí sucede el paso del encantamiento a la obsesión, y eso deja de ser bonito. -Ni siquiera es horroroso-, (respondiendo a Gerardo Quezada, que se ríe luego de dar alcance con un comentario). Siquiera es un espectáculo, no, sino que es una cuestión solapadamente terrible, que te va comiendo día a día, lentamente, sin aspavientos. Te va consumiendo -y no de la mejor manera-, no glamorosamente.

- ¿Qué sensación te dejó el encuentro "Violento Sur"?
- Como dicen "Los Tres", "De hacerse se va hacer", siempre que hay algo, se va a hacer, se va a hacer a pulso. Me parece más válido esto que otras cosas, independiente del apoyo oficial; esto que los mismos poetas realicen encuentros, está bien, porque saben elegir también. Aquí hubo buenos poetas que leyeron, y además se les da la oportunidad a los más chiquititos para que pudieran escuchar. Faltó, eso sí, una generación mayor que nos pudiera dar palos. Esta es una gran empresa, una empresa que hay que sacar adelante.-


(i)

Estamos sentados sobre la arena,
sumidos en cervezas y risas
a orillas de un río
que nos mira y nos escucha sin poder comprendernos.

Por ahora nadie
necesita un destino;
bastan sólo unos saltos con locura
algún piquero desde el barranco,
un grito triunfante al salir a flote
y luego otro sorbo de cerveza
para que la corriente no nos lleve este circo
ni apague las ganas de reír durante el regreso.

(ii)

Lloras
Por tu zapato perdido
Lloras por tu sonrisa
olvidada quizás en qué copa
Lloras por tu orfandad a medias,
Y dices
Que ni la desgracia te toma en serio.
Lloras como lo haría
Una isla sumergida si tuviese ojos…
Lloras
Todo lo dicho, pues nadie te cree.

(iii)

Llegamos a la villa
casi sin aire
bailando la danza de los perdidos.
Llegamos a la villa sorprendidos en extremo,
Porque partimos sin propósito ni rumbo.

En estas casas hay aire pero no hay fuego.
En estas casas hay fuerza
Y hay pan
Y zapatos que pesan
Y piernas que lloran,
pero la plaza no tiene corazón como en otras villas.
Simplemente es un pueblo habitado por rocas.
… a lo lejos, se asoma un morador
que nos grita: ¡aquí no hay patria para perros!

Textos del libro "Papeles De La Villa Hostil"

 

 


Arañas De Rincón

Nosotros somos el bullicio en los estrechos caseríos.
Vamos con euforia por la calle
convencidos de cualquier cosa,
menos de nuestro andar.

Ninguneados hasta el cansancio
por padres y parientes.

Abrazamos la humana libertad
a toda hora en la pantalla de TV.

Somos un solo bicho rechinando en el invierno,
escuchando con claridad
el zumbido de las micros
y los diarios alegatos de las casas vecinas.

Cicatrices y apodos
Nos dibujan el nombre.

Cansados ya a temprana edad
Y con los ojos moribundos.

Somos el silencio
En las ataviadas calles.

 


Educandos

Nos vociferaron gravemente:
"Darás a cada día un pedazo de tus sueños".
De ahí en adelante, nada.
Ni una palmada o mano siquiera
para uno pensar:
"están ahí atentos siempre
y reabrirán los libros aquellos",
pero nada,
tampoco hicieron sonar sus palmas
y nosotros,
ya héroes de nuestros vulgares días,
reescribimos los libros y
revisamos el sentido de cada frase
en las rondas y poemas,
conviniendo una nueva forma para nombrar las criaturas,
cambiando incluso el compás
en el crispar de los dedos.

Luego ellos reaparecieron,
pero ya habíamos avanzado lo suficiente
y teníamos un pedaleo casi espontáneo.

Los vimos murmurar entre si con intención de hablarnos,
pero nosotros los miramos con rigor
y los echamos de casa:
para que anden -dijimos-,
para que aprendan. !

Textos del libro "Inventario de Especies"


 



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"¡Aquí No Hay Patria Para Perros!"
Entrevista a Ángel Valdebenito Verdugo
Por Rodolfo Hlousek Astudillo.