Pablo
            de Rokha es un poeta que no puede separarse de su
            biografía ni de la historia socio-literaria de la
            época en que vivió. Autor de 38 libros de poesía,
            3 ensayos de estética y varios trabajos
            histórico-sociales, también escribió artículos de
            periódico, ensayos coyunturales de política
            contingente, cartas y discursos. Considerado por unos
            como un gran poeta latinoamericano y por otros como
            un desaforado retórico de escaso valor literario,
            ejerció una considerable influencia en las
            generaciones posteriores de poetas y narradores. A
            pesar de ello, esta influencia no se refleja en las
            investigaciones críticas sobre su obra, que se
            pueden resumir en sólo tres libros con una
            aproximación mayormente biográfica y unos 20
            artículos y reseñas que van desde el análisis
            periodístico sobre algunos de sus libros hasta los
            panegíricos de algunos amigos. En cuanto a la obra
            del propio de Rokha, publicada en libros de ediciones
            limitadas y pagada por el mismo autor, se encuentra
            ausente de las antologías de poesía
            hispanoamericana y a a veces de las propias chilenas.
            
            Una
            revisión de la crítica rokhiana sirve para mostrar
            la insuficiencia de los análisis, así como la
            perspectiva en que los críticos tradicionales vieron
            el trabajo del poeta. Entre los autores que
            escribieron juicios negativos están Hernán Díaz
            Arrieta (Alone), Raúl Silva Castro, Bernardo Cruz,
            Hugo Montes y otros que se identifican en ese momento
            con una concepción de la literatura que proviene del
            modelo romántico y naturalista. Algunos críticos
            intentan hacer una interpretación que incluya la
            vida y la obra, pero que siendo demasiado general se
            mantiena en el terreno de lo superficial. Tales son
            los casos de la crítica de Fernado Lamberg y Mario
            Ferrero, cuyos libros aunque informativos, enfatizan
            la figura del poeta y dejan la poesía casi ignorada.
            Otros analizan la poesía rokhiana en función de una
            visión cultural europea, como pasa con el
            teleologismo histórico de Antonio de Undurraga en su
            libro El arte poética de Pablo de Rokha
            (1945), que aunque novedoso, divaga en farragosas
            disquisiciones. Entre los trabajos más originales,
            hay artículos de Carlos Droguett, Fernando Alegría,
            Hernán Lavín Cerda, Juan de Luigi, Mahfud Massís,
            Humberto Díaz Casanueva y Fidel Sepúlveda Llanos,
            que como se puede apreciar son en su mayoría
            escritores. En ellos se encuentra al menos la
            intención de rescatar los elementos de ruptura y
            continuidad que están presentes en la poesía de
            Pablo de Rokha. A ello habría que agregar el libro Pablo
            de Rokha. Una escritura en movimiento (1988) de
            Naín Nómez, que responde al intento de hacer un
            análisis global de la obra del poeta.
            
            Pablo
            de Rokha nace con el nombre de Carlos Díaz Loyola el
            17 de Octubre de 1894 en Licantén, provincia de
            Curicó, según consta en su acta de bautismo. Sus
            padres fueron José Ignacio Díaz y Laura Loyola, que
            tenían veintiún y catorce años respectivamente
            cuando nació el poeta. Por el año 1897, don José
            Ignacio se encuentra trabajando como jefe de
            resguardo en las aduanas cordilleranas y viaja con
            Carlos, su hijo mayor. El poeta pasa su infancia en
            el fundo Pocoa de Corinto, que administra su padre.
            En 1901 empieza a estudiar en la Escuela Pública Nº
            3 de Talca, cuyo director es el padre del poeta Max
            Jara. En 1905, al trasladarse su padre a Lonquimay,
            el poeta interrumpe sus estudios por un año, para
            ingresar luego al Seminario Conciliar de San Pelayo
            de Talca. Allí permanece hasta 1911, cuando es
            expulsado por ateo. Sus condiscípulos lo apodaban
            "el amigo Piedra". Ese mismo año viaja a
            Santiago y se instala en una pensión de la calle
            Gálvez, cursa el sexto año de humanidades y se
            matricula en la Universidad de Chile para seguir
            Derecho e Ingeniería. Conoce a varios escritores,
            entre ellos Jorge Hübner Bezanilla, Daniel de la
            Vega, Angel Cruchaga Santa María, Juan Guzmán
            Cruchaga y Vicente Huidobro. Escribe para los
            periódicos La Razón y La Mañana y
            publica sus primeros poemas en la revista Juventud
            de la Federación de Estudiantes. Descubre la
            filosofía de Nietzsche y la poesía de Walt Whitman.
            Vuelve a Talca en 1914 y allí recibe de regalo un
            libro de poemas titulado Lo que me dijo el
            silencio, cuya autora es Luisa Anabalón
            Sanderson, más tarde conocida como su esposa Winétt
            de Rokha.
            
            El
            primer libro de Pablo de Rokha se publica bajo el
            nombre de "Versos de infancia" en
            una antología de la revista Selva lírica y
            muestra todavía la huella del romanticismo y de la
            filosofía de Arthur Schopenhauer y Friedrich
            Nietzsche. También influyen en los temas de este
            texto las ideas anarquistas que predominan en Chile
            con la emigración al país de intelectuales y
            obreros europeos. Posteriormente el poeta publica "El
            folletín del diablo" en la revista Claridad
            y se gana la vida con la compra y venta de productos
            agrícolas. En 1918 publica un pequeño libro en
            versos alejandrinos titulado Sátira. De 1922
            es su primera obra de estructura mayor, Los
            gemidos, de la cual no se vendieron más de una
            docena de ejemplares. Paralelo a "Desolación"
            (1922) de Mistral y a Veinte poemas de amor y una
            canción desesperada (1924) de Neruda, el libro
            fue recibido con indiferencia por la crítica y el
            público. Con Los gemidos se inicia una
            poesía de ruptura. Publicado en el momento de mayor
            vigencia de los movimientos vanguardistas europeos,
            especialmente del futurismo, encuentra afinidades en
            Chile solamente con la poesía de Huidobro. La
            mayoría de los críticos chilenos descalificó el
            libro, que constituye un extenso canto en prosa
            poética cuya temática y composición expresa la
            crisis nacional y la fragmentación del proceso
            social. Para ello, el hablante poético integra
            elementos de la economía, la política, la
            religión, la sexualidad, la vida cotidiana, la
            repersión sexual y asume todas las contradicciones
            del vivir actual como parte de la condición
            degradada del ser humano. Los gemidos es un
            libro que rompe con la tradición naturalista y
            modernista por medio de la búsqueda de una escritura
            que se identifique lo más posible con las
            contradicciones sociales e históricas de Chile y
            América Latina. Es también el primer texto
            antipoético del país.
            
            Entre
            1922 y 1924, Pablo de Rokha reside en san Felipe y
            luego se traslada a Concepción, lugar en donde funda
            la revista Dínamo. En ella publica parte de
            su libro Cosmogonía en 1925. Entre ese año y
            1927, el poeta publica cinco libros, cuatro de
            poesía y uno de estética. El estilo narrativo se
            convierte en versículo libre y se continúan las
            técnicas de composición surrealista. En todos
            ellos, permanece la visión del Yo angustiado,
            intensificada por la soledad y la pena, que fluctúa
            entre la aspiración tradicional de carácter
            romántico-metafísico y un deseo de insertarse en la
            vida concreta y los sufrmientos cotidianos. Heroísmo
            sin alegría (1927) es un ensayo sobre el arte y
            la estética, mientras que Suramérica y
            Satanás, también en 1927, son libros centrados
            en las vivencias del poeta y las nostalgias. Satanás
            toma uno de los temas fundamentales de Los gemidos,
            el que representa la lucha entre Dios y Satán, el
            Dios incomprensible y el anti-Dios que esta caído
            como el hombre, un tema que deriva de Nietzsche. La
            libre asociación de imágenes adquiere su máximo
            logro en Suramérica, un libro construido como
            una pura cinta verbal sin puntuación ni separación
            de párrafos. El texto, enteramente manuscrito por
            Winétt en planchas de linóleo, representa un
            experimento único en la literatura chilena, al
            aparecer como un núcleo de imágenes estructuradas
            por el Yo. El otro libro de ese momento, Heroísmo
            sin alegría, es un intento estético con
            diversas temáticas, que se basa en las ideas de
            Sigmund Freud y Friedrich Nietzsche. Enfatiza el
            concepto del artista como un superhombre de raza
            dionisíaca que posee una fuerza cosmológica capaz
            de comprender y recrear el universo. De esta manera,
            el creador imita a Dios y a la Naturaleza en su tarea
            de ordenar la vida por intermedio del lenguaje.
            
            Hacia
            1929, Chile sufre la peor bancarrota de su historia
            con la crisis económica del mundo occidental y la
            súbita caída de los precios del salitre y del
            cobre. Pablo de Rokha, como los otros poetas
            nacionales de avanzada (Huidobro, Neruda,
            Díaz-Casanueva, Rosamel del Valle, entre otros),
            continúa fundamentalmente preocupado de la
            originalidad de la escritura y el descubrimiento de
            nuevas formas de decir. Los dos libros publicados en
            ese año, Escritura de Raimundo Contreras y Ecuación,
            forman una continuidad con los anteriores. En Escritura
            de Raimundo Contreras se tematiza la vida de un
            campesino de la zona central de Chile, que
            paralelamente llega a ser una especie de símbolo
            suprafísico de los valores nacionales. Este
            personaje que nos recuerda al propio de Rokha, es un
            arquetipo de lo exuberante y lo dionisíaco que el
            poeta ve en el campesino chileno. Raimundo Contreras
            es una reinterpretación del mito y de la realidad
            del campesino chileno y con este carácter el poeta
            propone una visión de lo nacional que es un punto de
            partida y de búsqueda para un nuevo compromiso. En
            este mismo sentido, el libro Ecuación intenta
            codificar en unas pocas frases la idea del poema como
            una expresión del orden universal. De Rokha necesita
            hacer del poema un receptáculo de las
            contradicciones existentes entre conciencia y
            realidad y esta búsqueda es la que intenta
            sintetizar en el personaje Raimundo, con un heroísmo
            que aspira a los valores de un mundo suprarreal. Con
            este texto termina la primera etapa del trabajo
            poético de Pablo de Rokha, con un desarrollo propio
            de la escritura, una temática basada en el mundo
            chileno y latinoamericano y la formalización de
            personajes y acciones que se poetizan en imágenes y
            metáforas.
            
            Desde
            1930 se inicia un nuevo ciclo en la obra poética que
            se caracteriza por el contenido social y bíblico.
            Son los años en que el poeta ingresa al Partido
            Comunista, es candidato a diputado y luego expulsado
            del partido en 1940. Trabaja en la Facultad de Bellas
            Artes de la Universidad de Chile, es presidente de la
            Casa América y colabora entusiasmadamente con el
            Frente Popular. Nacen sus hijos: Carlos, Lukó,
            Tomás, Juana Inés, José, Pablo, Laura y Flor.
            Varios de ellos murieron: Carmen y Tomás muy
            pequeños, mientras que Carlos y Pablo ya mayores y
            trágicamente. El poeta, a partir de 1932, también
            contribuye al periodismo a través de artículos en
            el diario La Opinión, que continuó
            escribiendo hasta 1938. En esta etapa hay un intento
            de reconciliar las raíces idelistas de su
            pensamiento estético con las nuevas ideas aportadas
            por el marxismo. Sin embargo, el impulso artístico
            de origen nietzscheano continúa siendo importante en
            su estética, por medio de la búsqueda de una unidad
            entre las percepciones oníricas e inconscientes y el
            uso de la inteligencia racional y lógica. Esta
            mezcla de conceptos materialistas e idealistas se
            expresa también en los artículos de periódico, que
            se proyectan a la esfera política y estética.
            Durante aquellos años, la enemistad con Pablo Neruda
            se profundiza y encuentra cauce en artículos tales
            como "Epitafio a Neruda" (1933), "Esquema
            del plagiario" (1934) y otros. El centro del
            ataque rokhiano a Neruda se basa en la acusación de
            plagio y de falta de compromiso político. De Rokha
            también ataca a Vicente Huidobro, a Joaquín Edwards
            Bello, a Eduardo Anguita, a Pedro Prado y a otros
            escritores. Obsesionado por un concepto de compromiso
            social ilimitado, extiende sus críticas tanto a los
            políticos de derecha como a los de izquierda, entre
            estos últimos Marmaduke Grove y Pedro Aguirre Cerda.
            Esta actitud de poseedor de la verdad absoluta en el
            terreno moral, representa en el poeta un foco
            dominante de su trabajo creativo. 
            
            La
            poesía rokhiana se vuelca en la defensa de la
            democracia, el socialismo y el antifacismo. En 1937
            publica Imprecación a la bestia fascista y en
            1938, Cinco cantos rojos. Ligados ambos textos
            al realismo socialista, en ellos se alaban figuras
            literarias y políticas como Stalin, Trotsky, Lenin y
            Gorky. Ademas de estos libros directamente
            militantes, de Rokha dedica largos poemas a figuras
            bíblicas: Jesucristo (1933) y Moisés (1937).
            En estos libros busca un equilibrio entre la épica
            heroica y el compromiso social. Este hibridismo que
            mezcla lo lírico y lo épico así como lo subjetivo
            con la descripción de figuras literarias, provoca
            una tensión entre los sentimientos expresados por el
            Yo poético y el universalismo simbólico de los
            personajes paradigmáticos. El poema Jesucristo
            exalta la figura de Cristo como conductor del pueblo
            judío, mezclando lo histórico con lo legendario. En
            él se unen el mesías, el revolucionario y el poeta,
            y es cronologicamnete el primer canto político del
            autor. Moisés continúa este mismo estilo y
            temática, aunque está estructurado en largos
            versículos en el estilo de la fuente bíblica:
            Exodo, Levítico y Deuteronomio. El poema narra la
            odisea de Moisés y del puebo hebreo desde el
            episodio de la zarza ardiente hasta la muerte del
            personaje en Jericó. Estos libros-poemas rechazan la
            tendencia realista militante que impera en otros
            libros y reaviva la permanente contradicción de la
            obra rokhiana. 
            
            Los
            principios idealistas de Pablo de Rokha, ligados a la
            sicología freudiana y a los estudios junguianos
            sobre el inconsciente colectivo se mezclan ahora con
            una embriónica intención social. Un ejemplo de esta
            busqueda de confluencias se expresa en su poemario Gran
            temperatura (1937), centrado en los temas de la
            soledad, el tiempo, la muerte y la liberación
            revolucionaria. Un leitmotiv fundamental es el
            tópico del ubi sunt, a traves del cual el Yo
            poético expresa su deseo de eternizar el amor y la
            vida. A la luz de la finitud y la limitación de su
            historia personal, el poeta opone la voluntad humana
            como entidad social que tiene valores fundamentales:
            el sentir, el pensar y el luchar. En 1939, de Rokha
            inicia la publicación de la revista Multitud,
            aparecida en un clima de gran actividad política,
            corroborada por el triunfo de Pedro Aguirre Cerda y
            el Frente Popular en las elecciones. En Multitud
            coexistían textos sobre urbanismo, poemas, crítica
            literaria, ensayos políticos, avisos comerciales y
            sesiones del Senado. La estructura general de la
            revista permite que el fenómeno singular se disuelva
            en lo total, haciendo coexistir autores tan
            disímiles como Rimbaud, Lenin, Gorki o Lautremont.
            
            Entre
            1938 y 1942, de Rokha trabajaba intensamente en
            actividades políticas, escribiendo poemas
            circunstanciales, discursos y artículos políticos y
            participando en actos sociales. También se publican
            algunos trabajos estéticos nuevos que más tarde
            formarán parte del libro Arenga sobre el arte
            (1949). Como una manera de verificar artísticamente
            estas ideas, el poeta publicó Morfología del
            espanto (1942), un libro que aspira a ser una
            obra que pueda dar cuenta del pasado, del presente y
            del futuro del ser humano. Es el intento de buscar
            una salida histórica al horror y al pesimismo de la
            guerra, cantando el heroísmo de las masas y la lucha
            del individuo por salvarse de un mundo que agoniza.
            En 1943, el presidente Juan Antonio Rios, le extiende
            al poeta un nombramiento para realizar una extensa
            gira por el continente americano. Durante el viaje
            escribió varios libros. El primero de ellos, Canto
            al ejército rojo (1944), había sido escrito
            antes de su salida y se trata de un extenso poema en
            verso libre, dedicado al ejército soviético y la
            lucha contra las fuerzas de Hitler. El primer libro
            escrito durante el viaje, Los poemas continentales
            (1945), comprende textos dedicados a los Estados
            Unidos y a México. El primero es una exaltación de
            Norteamérica como expresión de lucha contra las
            fuerzas del Eje. El segundo tematiza los valores de
            la historia mexicana desde sus orígenes indígenas.
            De otro libro de ensayos titulado Interpretación
            dialéctica de América: los cinco estilos del
            Pacífico (1948), sólo pudo publicar un volumen
            de un total de cuatro, porque el editor argentino
            suspendió el resto de la publicación. El libro más
            importante de este período es el citado Arenga
            sobre el arte. En él se incluye una serie de
            ensayos de estética, una colección de poemas
            publicados independientemente como Carta magna del
            continente y un nuevo libro de Winétt, su
            esposa: El valle pierde su atmósfera. La
            colección de ensayos insiste en la perspectiva de
            que el trabajo poético americano debe ser heroico y
            épico y debe sintetizar el pensamiento y el
            sentimiento para poder convertirse en tragedia
            social: La Epica Social Americana. Carta magna
            del continente es la aplicación de estas
            teorías y muestra una continuidad con los trabajos
            anteriores. Se presenta como una serie de poemas en
            verso libre, destinados a cantar los hechos del
            continente y la reconstrucción de su historia. Se
            destaca en este libro el texto Epopeya de las
            comidas y bebidas de Chile (Ensueño del infierno),
            un poema en el cual las comidas y bebidas del país
            se mitifican y con ellas también los seres y lugares
            comunes. Esta apoteosis exalta el mundo primitivo y
            natural de los campesinos, los mineros, los
            pescadores y el campo chileno. Un rasgo original
            consiste en mostrar una realidad que no aparece
            comúnmente poetizada en la tradición literaria: el
            comer, el beber, el juego y las diversiones del
            pueblo. De este modo, lo nacional-popular es
            reiterado como un arquetipo cultural y un símbolo de
            la existencia auténtica. La poesía de Pablo de
            Rokha ha llegado en esta etapa a un momento de
            equilibrio entre sus aspiraciones individuales y
            sociales. A pesar de su angustia y soledad
            individual, su poesía alcanza a América y al mundo
            con su abarcador compromiso político. La extensa
            gira que realizaron Pablo de Rokha y su esposa
            abarcó 21 países y terminó en Argentina cuando el
            presidente de Chile, Gabriel González Videla,
            reprimió al Partido Comunista y el poeta renunció a
            su misión.
            
            Winétt
            de Rokha muere en 1951, dejando al poeta muy solo y
            bajo la influencia de esta tragedia escribe Fuego
            negro, un texto en prosa poética que exalta la
            memoria de la amada y que adopta a veces la
            estructura de la elegía y el lamento desesperado.
            Por otra parte, las polémicas y disputas entre los
            intelectuales, continuaban alimentando odios y
            aversiones. Mahfud Massís y Julio Tagle, yernos de
            Pablo de Rokha, publican una pequeña revista llamada
            Polémica en la cual atacan a Neruda. Neruda
            responde por su parte, con poemas evasivos, pero de
            gran afectividad y agresividad en Canto General
            (1950), Odas elementales (1955) y Estravagario
            (1958). Con la publicación de Neruda y yo (1955),
            de Rokha culmina una serie de diatribas
            antinerudianas sobre la persona y la obra de Neruda.
            El libro es una imprecación rabiosa y obsesiva que
            intenta demostrar la invalidez de la poesía
            nerudiana y del compromiso político del Premio Nobel
            de Literatura. Para de Rokha, Neruda es un plagiador,
            un mistificador de los trabajadores y un artista y
            militante falso. Además de atacar a Neruda, en el
            libro se ataca el sistema literario chileno, que ha
            levantado la impostura de Neruda, siendo su principal
            culpable el crítico Alone.
            
            Los dos
            libros que siguen se estructuran en torno a un tema
            diferente. Idioma del mundo (1958), escrito en
            prosa poética, es una mezcla de ficción e historia.
            Hay aquí un intento por convertir la historia
            universal en poesía a través de una actitud
            reflexiva sobre lo que se dice. Actuando por medio de
            una acumulación de elementos, el poeta sitúa el
            trabajo poético muy cerca de una épica histórica,
            en la cual se describen, narran y establecen
            relaciones contextuales y se liberan conexiones entre
            los fenómenos sociales de diferentes culturas y
            épocas. El otro libro, Genio del pueblo
            (1960), muestra el camino que sigue el poeta para
            resolver el conflicto entre lo particular y lo
            general. En este libro donde dialogan 111 personajes,
            Neruda aparece con el nombre de Casiano Basualto y
            nuevamente es satirizado por de Rokha. Se trata de
            una exposición dialogada en que los personajes
            mayormente de extracción campesina, enlazan sus
            problemas cotidianos con el destino de Chile y del
            mundo. Aunque se mantiene los temas anteriores, este
            nuevo texto demuestra la necesidad de continuar
            aceptando vivir en plenitud a pesar del dolor y de la
            obsesión de la muerte. Este fresco de personajes
            tiene como foco dominante el tema de Chile y de su
            gente, que se expresa por medio de muleros, mineros,
            prostitutas, huasos, vaqueros, campesinos,
            "cantoras", pescadores, artesanos y
            marinos. También aparecen figuras nacionales como el
            bandido Joaquín Murieta, el dirigente sindical Luis
            Emilio Recabarren y Neruda. El autor mismo tiene
            varios alter egos que exponen sus ideas:
            Juan de Dios Pizarro, Raimundo Contreras, Juan de
            Dios Alvarado y otros. Uno de los grandes libros de
            ese tiempo es Acero de invierno (1961),
            formado por diez extensos poemas que incluyen tres
            estilos y temas primordiales: el de una épica
            nacional-popular, el de la angustia frente a la
            muerte y el de los cantos de estilo social. Ya sea
            cantando al poroto o al campeonato de rayuela, el
            poeta revive su contacto con las raíces vernaculares
            que había iniciado con las comidas y bebidas.
            Hombres, mujeres y objetos se transforman en actos y
            hechos simbólicos que muestran facetas de la vida
            humana generalmente incomprendidas por la lírica
            tradicional. Por otra parte, el Canto del macho
            anciano expresa toda la angustia del Yo degradado
            por el paso del tiempo y la decadencia social e
            individual. Se da una lucha mortal entre este
            presente que aniquila y el pasado mitificado por la
            memoria que lo transforma en un paraíso. El único
            encuentro posible se produce en un futuro que el
            poeta canta en imágenes visionarias.
            
            En los
            años siguientes, de Rokha afirma esta posición de
            compromiso con libros como Canto de fuego a China
            Popular (1963), el texto inédito China Roja
            (1964), escrito después de una invitación a China y
            Mundo a mundo: Francia, primer estadio (1966).
            Sin embargo, entre los últimos libros, el más
            importante es indudablemente Estilo de masas
            (1965),en el que una vez más el poeta eleva a la
            categoría de personajes épicos a figuras populares
            reales o ficticias. El mismo año 1965, de Rokha
            recibe el Premio Nacional de Literatura, el que llega
            demasiado tarde para estimularlo. Dirá que "me
            llegó demasiado tarde, casi por cumplido y porque
            creían que ya no iba a molestar más".
            
            El 21 de
            marzo de 1968 muere su hijo Pablo y el 10 de
            septiembre del mismo año se suicida el poeta, justo
            antes de cumplir 74 años, agobiado por problemas
            económicos, estados sepresivos y enfermedades. Dejó
            un libro inédito Rugido de Latinoamérica,
            unas memorias inconclusas publicadas en 1990 y
            fragmentos de dos libros más: Infinito contra infinito y  Cuero de diablo.
            
            El poeta intentó con su obra la gran tarea de crear una "escritura" que fuera capaz de equipararse a la complejidad de lo real en todas sus dimensiones: políticas, éticas, sicológicas, sociales, económicas, religiosas, filosóficas, afectivas. La escritura poética como producción imaginaria se convierte en representación histórica y social de la realidad, sin perder de vista su proyección como utopía liberadora,ligada a la  conciencia y a la praxis. La escritura rokhiana es así, la aspiración a convertir el lenguaje poético en un paradigma que mueva los sentimientos, los pensamientos y las acciones del pueblo. Con eso, la obra de Pablo de Rokha repite interminablemente desde el primero hasta el último poema, esa tensión dialéctica entre el yo desmesurado ahíto de pasión e infinito fástico y ese mundo caótico y alienado que aspira a ordenar y convertir en elparaíso de la colectividad humana. La poesía rokhiana se define en último término, por la tensión de un movimiento hacia lo inalcanzable. Escritura comprometida hasta las últimas consecuencias con la vida y el mundo, con los seres amados y odiados, con el decir auténtico expresado en todas las formas posibles de la "literatura", con el código ético y político de la honestidad personal, con la aspiración sobrehumana de fundir en la retórica poética el mundo en que se vive y las utopías con que se sueña.
            ..........
            en Poesía Chilena Contemporánea
            (Breve Antología crítica).
            por Naín Nómez. Fondo de Cultura Económica.
            Editorial Andres Bello, 1992.