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ENCLAUSTRO

Tortuga Samurai Ediciones, 2022

Ricardo Olave


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Te regalo mi cáscara

“Al privilegio de la desnudez, al ruido que aceche”
Ricardo Olave

Leer Enclaustro es leer a Ricardo Olave, un joven autor que, en esta obra, nos deja entrever sus costuras más íntimas; jirones de nostalgia y pesadumbre, que comulgan con un vilipendiado optimismo y las bondadosas intenciones por despertar de este letargo que perecemos día a día.

Veremos cómo un debutante se desviste a través de la palabra, en textos, que, a ratos, pareciesen ordenarse de modo arbitrario, atropellado y caprichoso, como patente de una juventud que se desborda en su meditación y que luego, busca encerrarse y sosegarse en la oración. Es la versificación, una experiencia en sí misma, porque logra concebirla vida como un recipiente que contiene sensibilidades castradas, dolientes exhalaciones y una retahíla de voces que, con humildad, advierten la sensación de pérdida, el desdibujo del mundo, de los orígenes, de las edades, de las siembras. En Enclaustro, hay intentos por hallar verdades y será la concepción poética, el ejercicio predilecto para escudriñar en el espejismo de lo humano y sus insondables finitudes.

La consciencia de la peste, el elogio a la muerte y la desesperación por volver a respirar, constituyen, las urgencias vitales que pretenden no mostrarse como tales, batallando contra su propia naturaleza. El lector notará a un hablante necesitado de contemplación, pero a la vez, inquieto por volver a ser testigo del movimiento de las cosas, con el deseo de expresar su afecto hacia una colección de amuletos personales. Acá se tributa el viaje, el crecimiento, el cándido recuerdo, pero también se vislumbra la voluntad de sumergirse, de hallar escondites, plantear diálogos inciertos con desamores rumiantes, ordenar palpitares y deslizamientos cuyas pasiones físicas yacen hambrientas, caquécticas, pungidas.

He aquí una voz consciente de cómo su realidad se desquebraja y ahora se empeña en recuperarla, revisitando una memoria traslúcida, que evoca los escombros de la ciudad que le vio nacer, los fríos que le amamantaron, los follajes que sirvieron de ropajes y de los juegos que compusieron la identidad de un hombre adulto; accidentes que detrás de la lluvia no resisten lamentos.

El aliento marcará el ritmo y la migración iniciará en un cuerpo cuyas temperaturas y tempestades obligan a la relectura y valoración de lo vivido. La biografía servirá de excusa y lo lárico dejará de ser adorno y fotografía, como el sur dejará de ser aquel paraíso mudo, valle de contradicciones y relato de linajes que no van a ningún lado.

Me atrevo a decir que Enclaustro es —y siempre será—una carta de presentación, pero también de despedida. La confesión para quienes tenemos la gracia de compartir brebajes y cánticos con su autor. La insinuación para quienes hoy en día, posan sus ojos donde los demás no podrán verlos.

Diego Rosas Wellmann



 

 

I. Enclaustro

“I watched a snail crawl along the edge of a straight razor. That's my
dream; that's my nightmare. Crawling, slithering, along the edge
of a straight razor... and surviving”

Coronel Walter E. Kurtz - Apocalypse Now

 

 

1. A modo de introducción

He vuelto a la ciudad que abandoné
Pensando que solo sería un suspiro
Pasan las horas
. . . Sin darme cuenta
. . . . . . He regresado
. . . . . . . . . Al mismo día que vi por última vez
. . . . . . . . . . . . Las huellas de una capital en desgracia
Estoy perdido en el umbral de mi enclaustro
Solo seré libre en mi mente
Al ver mi cuerpo prisionero en una habitación de hotel
Consumiré recuerdos como la droga más adictiva
Esperando volver a sentir tan cerca
Ese mundo que alguna vez habité

 

 

2. Enclaustro

Ante la incertidumbre
Perdimos la cuenta de los días
Por mi ventana entra el ruido
. . . . . . . . . . . . /del columpio rechinando
El viento lo mece
Esperando
Impaciente
Al niño sin rostro

 

 

3. Pez

Hay noches en que me refugio
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Al final de la cama
Es un tipo de oscuridad
. . . . . . . . . . . . . . . Indescifrable
El oxígeno es escaso
Como las ideas expuestas en este cautiverio

Las sábanas se mecen y entregan ráfagas de aire
Que enfrían al cuerpo
Me transformo en pez
Esperando el anzuelo que me quite la vida

Miro la frontera que limita al mar
Una red me atrae hacia lo alto
Quiero flotar
. . . . . . . .Quiero flotar
Al salir, dejaré de ser yo
Al salir, será otro mundo

 

 

4. Frambuesas

Si algún día llegas
A leer este poema
Quiero que sepas que soñé contigo
Estaba en tu casa y tu voz provenía de la leñera
Todo estaba igual que antes
Las espigas de tu abuelo
La lámpara plástica debajo de la escalera
El fuego sofocante por la leña seca
La Radio Mirador a mediodía

En el sueño camino hacia la cocina
Estaba el jugo de frambuesa natural
Que tanto te gustaba prepararme
Con una taza de azúcar
Que nunca era suficiente dulzor
¿Que si bebí un vaso en el sueño?
Sí Se sintió tan real por mi garganta
Me recordó a tu amor que explotaba fuego
Del que estaba siempre cerca
Para no pasar más frío

 

 

5. Cuándo volveré a hacer el amor

Yo no sé cuándo volveré a hacer el amor
No disfruto de tocar un cuerpo sin poder mirarlo a los ojos
Mientras tanto armo playlists
Esperando la ocasión para enviárselas a ella
Sé que estará con insomnio una noche de miércoles
Quiero preguntarle cómo fue su día
A lo que enviará un audio llorando
Diciendo que la vida no es suficiente
Me encantaría responderte que
Si estuvieras cerca
Mi vida sería mucho más
Pero no me atrevo
Me pierdo entre los ruidos de la calle
Que me hacen volver a pensar
Cuándo volveré a hacer el amor

 

 

6. Estación en Trance

Me robaron el otoño
Los besos debajo del árbol
Y la mano que avanza
Hasta sostenerse en la cadera ajena
Me impidieron patear las hojas
Que sin perder su color
Brillan solas en el asfalto
Se llevaron las brisas
Que llevan a mis manos frías
A buscar calor en los bolsillos
Se llevaron la estación en trance
Aunque nunca fuera mía
Y me dejaron solo
Mirando por la ventana

 

 

7. Orígenes

Ibacache
Herencia encontrada
En un acta de Concepción
Sangre materna
De un abuelo que no conocí
El azul me llamaba
Lo siento muy real
¿Qué más esconden
Las ocho letras detrás del apellido?
Por dónde andará cabalgando
El antiguo que hoy me protege
Quiero creerlo
Quiero encontrarte

Mutel
Apellido negado
A 3 pequeños
Condenados a ser huachos

A Juana Olave, tu sirvienta
La dejaste con sus niños
Y negaste tal encuentro
Ya no era asunto tuyo

Tiempo más tarde, no sé cuando
Les dejaste un par de tierras
Creyendo solucionar el vacío
Que en esos años no se hablaba

Hoy no importa que no porte
Ese origen germano
Olave vengo, Olave voy
Una raíz conectada
Con el futuro incierto

 

 

8. Pulcramente

Aún siento en mis nudillos
Ese olor a plástico
Que emana de los guantes
Con los que me obligan a tocar el mundo

Todo es tan confuso
Han pasado horas
Y el olor persistente
Se siente de lejos
El sudor de mi mano temblorosa
Que quiere tocar
Otra piel
Un arbusto
Mover mis dedos en tu cabeza
Lentamente
Mientras digo susurrante
Todo va a estar bien

 

 

9. Gato

Escuchando un ruido
Buscando su origen
Ondas que se mueven
Atrapan tu instinto
Un sonido convertido en un secreto
Te pertenece / Añoras descubrirlo
Una aventura que detiene tu paso

 

 

10. Puerto de pinos (o breve historia observando por mi ventana)

Hay árboles que no están preparados para sobrevivir a temporales. Les da vergüenza admitirlo, aunque dentro de sus corazas sepan la verdad.

Los pinos al borde del mar, jamás reconocerán ante sus pares que, frente a un período de mal clima, sus raíces no tendrán la fuerza suficiente como para sostenerse en la tierra. Hace años, cuando la isla fue embestida por un maremoto, los pinos fueron plantados en fila, en la tierra en la que alguna vez se erigió un puerto fluvial. Ellos están ahí por una sola razón: detener el paso de las olas del Pacifico cuando pierda el control, impidiendo que su fuerza llegue hasta la orilla. Los pinos, desde que son una pequeña planta escondida en un almácigo, cuando asumen su posición de árbol, están conscientes que fueron a parar ahí para velar por el cuidado de una ciudad que nunca han podido ver a sus espaldas. Las esporas de las acículas murmuran que a lo lejos hay un par de luces, y que de noche aparecen muchas más, como las luciérnagas, generando una sensación inexplicable para un árbol.

Los pocos leños que ceden ante las ráfagas de viento, siendo zamarreados hasta caer, logran ver durante un par de segundos el pueblo escondido. Logran ver las luces que se contraponen al azul del mar y el tiempo se paraliza. Pese a la belleza del momento, el pino que no logra cumplir su propósito, sabe que sufrirá una condena sin retorno: ser reducido a pedazos, por los mismos que alguna vez vinieron a enterrarlos frente a las olas. Por eso los árboles nunca comentan sus inseguridades. Prefieren cumplir en silencio la tarea. Los pinos vigilan el mar que promete alguna vez reaccionar. Una espera por la cual el sacrificio del tronco será resistir.

 

 

11. Efecto del muchacho típico del salón

Escondido entre la segunda y sexta fila
Mira a la pizarra con sus lentes de vidrios gruesos
Viste con la misma ropa hace años
Siempre llega en silencio
Y si se moviera nadie se daría cuenta
No sabe qué se siente gritar
Porque su voz está escondida en un panal de abejas
Aunque a veces levanta la mano, menea su cabeza
O empuja con sus hombros para pedir permiso
Llora sin entender por qué caen lágrimas
Come y cena en silencio
Tan solo el choque de los cubiertos
Interrumpe su mente, dejando agreste su calma

Ni él mismo comprende
El deseo que se encamina
A conjugar los verbos
Sentir la vibración y los sonsonetes
Que están ahí
Buscando un poco de libertad

 

 

12. Temuco

Un territorio
Reducido a la palma de mi mano
Entre sus líneas y cicatrices
Dan forma a calles oscuras
Con el asfalto destruido por el paso del tiempo

En el centro del palmar
Una machi mira al sureste
Los habitantes, pequeños seres
Se mueven sin mirarse los rostros
Transitan en lo que alguna vez estuvo
Y los días se cansaron de buscar

El árbol que sobrevive al incendio
El niño que duerme con los perros en un paradero
La olleta gigante que el campesino distingue a lo lejos
El hotel destruido sin su balcón
Que quizás nunca vuelva a erigirse

A lo lejos
Un mirador a medio construir
Como postal de un pueblo soviético en desgracia
Desde su azotea distingo el barandal oxidado
Donde ella y yo nos besamos hasta que oscureció
Y los autos cruzaban bajo de nosotros de lado a lado

Todos esos trazos
Que aparecen difusos entre tardes rutinarias
Quedan reducidos a la palma de mi mano

 

 

13. Nostalgia contenida en un viejo celular

Buscando las huellas de un pasado no muy lejano
Despierto la conciencia de un viejo celular
Lo primero que reviso al ingresar a este recuerdo
Son los mensajes de texto que tú y yo nos enviábamos
Poco comunes y tan sutiles
Fragmentan un momento difuso
Que ya no recuerdo

¿Todo bien?

Ya de vuelta del cementerio

Llegué y está todo bien.

Once familiar con ambos tíos y la Choni. Te amo también.

¿Estás bien?

Final 3-3 Portugal Empata

¿Te veo hoy o mañana?

Espero que hayas llegado bien.

Gracias por venir estos días, te amo.

¿Amor, estás bien? Me tienes muy preocupada

 

 

14. Soy el sur

Soy el sur
. . . El viejo que pasa frío en el invierno
. . . La ranchera que suena en la radio
. . . La harina tostada fresca en la feria
. . . El perro que se esconde del frío
. . . El adoquín que resiste ante el cemento

Soy el sur
. . . Me repliego entre ráfagas
. . . De viento de humo contaminado
. . . Que respiran cada uno de los que echan
. . . Leña húmeda en sus salamandras
. . . Exhalo un poco de aire
. . . Moléculas que calientan mis manos por un corto tiempo
. . . Tan minúsculo como se evapora la esperanza

Soy el sur
. . . Vivo intranquilo entre rumores
. . . Repartidos por el polvo de las escobas
. . . Que las vecinas ventilan mirando hacia el frente
. . . Vuelvo a enumerar cosas
. . . Una calle llena de baches
. . . Herraduras que suenan, más cerca, más distante
. . . Piñones cocidos, castañas recién cosechadas
. . . En la olla comienza a ebullir
. . . El calor del fruto que un antiguo probó
. . . Cuando esto, todo lo que veo
. . . Convivía entre susurros

Soy el sur
. . . Mi abuelo fue huacho, mi padre fue pobre
. . . Corría descalzo desde su casa hasta el Cautín
. . . Disfrutó de los veranos,
. . . Caminó por la orilla en primavera
. . . Hoy nada de eso existe
. . . La casa de Melipeuco con Cornelio Saavedra se pudre
. . . Sus maderas no resisten un invierno más
. . . Adentro sigue la Virgen que instaló Don Willy
. . . Donde rezó hasta su muerte en vano
. . . Hoy paso por la Costanera y miro de reojo
. . . Todo avanza, solo queda la nostalgia

Soy el sur
. . . Los lugares en los que te criaste
. . . Hoy son torres departamentales
. . . Nada de lo que guardas en tu memoria importa
. . . Alguien como tú añora un trozo del pasado
. . . Lo comparte en Facebook buscando revivir algo
. . . Lo observas, apretas unos botones, sigues de largo
. . . Afuera llueve y siguen pasando las micros
. . . Que mojan a los transeúntes
. . . Se inundan en decepción
. . . Se detiene todo

Soy el sur
. . . Un punto cardinal que encuentra el inframundo
. . . En mi cabeza veo todos los rostros
. . . Nadie sonríe, solo respiran
. . . Nos convertimos en gorriones
. . . Que reposan techo por techo
. . . Antes que alguien abra la ventana
. . . Me encuentro con bandurrias
. . . Que descansan encima de un canelo
. . . Yo también soy parte del paisaje
. . . Muy pocos lo consideran
. . . Al frente, carretas tiradas por bueyes
. . . Son iguales a quienes las divisan
. . . Avanzan, sin saber hasta cuándo

Soy el sur
. . . Podría ser muchas cosas
. . . Mi existencia se resume a tres letras
. . . Que evocan algo más que el frío sobre mis mejillas

 

 

15. Aquí y allá

Aquí, la neblina comienza a disiparse
Los extraños rayos de sol mezclados
Con este frío que cala los huesos
Me estremece, desaparezco

Allá, el ruido de los autos en la calle no te deja dormir
Es medianoche en Hangzhou
Caminas a la farmacia más cercana
“Otra vez los dolores de mierda” pensarás
Conseguiste unos remedios de hierbas naturales
Extraídos de las tierras del sur
De otro sur, donde los campos de arroz
Se extienden en horizontes impensados
Piensas en eso, pienso contigo

Aquí, mientras avanzo entre lentos pasos
Me pregunto si abrirán las fronteras
Camino pensando en el noroeste
Desde acá alcanzo a ver lo que sucede
No lo sabes, una idea sin respuesta

Allá, los problemas laborales son los mismos
Solo que en un dialecto que suena más violento
No quieres ir a trabajar, buscas algún pasatiempo
Vuelves a mirar por la ventana
Nuestras miradas se conectan en el océano

Aquí y allá, se pierden entre las olas

 

 

16. Perdido en Lican Ray

Este lago me hace pensar que puedo estar
En cualquier lugar del mundo
Piso la arena, cruzo hacia el muelle
Mi mirada se pierde en el azul
¿Has visto que el agua se mueve de formas diferentes?
Te desconcentras unos segundos
Vuelve a sorprender
Todo invierno encrudece el corazón
Hacia el horizonte, pequeñas olas se bifurcan
Me aferro al barandal
Cierro los ojos buscando un deseo
Pido que se me conceda algo banal
Sentir que estoy en cualquier parte
Aunque sean solo unos segundos

 

 

17. Tarde de sábado falsa

A la salida de un concurrido cine
Un niño extravía su juguete favorito
No volverá a saber de él
Llorará su ausencia
Se frustrará al sentir que no pudo proteger algo preciado
Sus emociones podrían colapsar
Hasta que el padre busque un objeto más grande
Que llene ese vacío de consumismo que crecerá con los años
Plástico perdido con sentido de pertenencia
Un auxiliar descubrirá el objeto
Mientras se cuestiona lo asqueroso que es
Pisar palomitas que cayeron de dedos grasosos
De personas drogadas por impulsos de energía
Que fácilmente olvidarán tras cruzar el umbral del salón
El chico mira el juguete con los retazos de luz
Que asoman por el proyector
Sus ojos se atrapan en los negativos
Mientras sostiene el objeto que no significa nada
Quizás puede dejarlo en el cajón de cosas perdidas
O dejar de disociar tras observar al revés los créditos
Que nadie decidió esperar
Decide creer que su vida es más que barrer
El juguete que instalará en su fría pieza
Sellará la recompensa de su oficio rutinario
Una tarde de sábado falsa
Utilizada para trabajar y no para escribir poesía
Como a él le gustaría

 

 

18. Te prometo que lo intento

Despierto antes de que suene la alarma
Fracaso. No puedo evitarlo.
Lo primero que hago es mirar al techo
Un espacio de conciencia en un lugar físico que nos recuerda
Que estamos aquí
. . . . . . . . . . . Que seguimos aquí

Cierro y abro mis ojos un extenso número de ocasiones
Hasta que el letargo de mi voz que suena en mi cabeza
Cuando evito pensar en volver a partir un nuevo día
Me obliga a sacar un pie de la cama
Me expongo como presa
Ante el invierno que tiene de prisionera a mi pieza

Paso una pierna por encima y renuncio al calor
Mi piel se transmuta con la escarcha del techo
Me vuelvo agua que se corroe
Soy tan solo algo párvulo. No me importa
Me alejo de todo, de lo que me hacen creer que es importante

Pienso en esto al correr la cortina
Veo a lo lejos una araucaria
Una cápsula del tiempo cuando no vuelva a correr la cortina
Sigue la lluvia, estiro mi cuello y vuelvo a mirar el techo
Siento caer las ojeras en mi rostro
El techo me repite que estamos aquí
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Que seguimos aquí
Solo quiero parar, se me es tan difícil
Te prometo que lo intento

 

 

II. Nueva vida

Este muchacho que va camino de Jerusalén, cuando la mayoría de los de su edad aún no se arriesgan
un pie afuera de la puerta, quizá no sea exactamente un águila de perspicacia, un portento de inteligencia,
pero es merecedor de nuestro respeto, tiene, como él mismo declaró, una herida en el alma y, no
permitiéndole su naturaleza esperar que la sane el simple hábito de vivir con ella, hasta llegar a cerrarse
esa cicatriz benévola que es el no pensar, se fue a buscar por el mundo, quién sabe si para multiplicar
sus heridas y hacer con todas ellas juntas un único y definitivo dolor.

El Evangelio según Jesucristo – José Saramago


Una calle llena de melancolía
Me enseñó el sonido que no olvidaré
Pasando los años, me siento tan lejos

Cumbia Triste - Jorge González

19. Se repite la misma cena en el bosque

Deja cargar la bolsa de té sobre tu taza
El conchito de vino se diluye en la espuma de los platos
No contengas el aliento
Libera al corazón enjaulado en undívagas raíces
Después de la sobremesa retorna la vida

Movido por óleos de pasión que recorre tus ríos
La muchacha conserva aún su piel suave
Si saturas con presión las cuerdas que te atan al roble
Podrás escuchar los roedores crepitar

 

 

20. Antes que Poncio Pilato sepa que has pecado

Decodifica la señal y acalla tus pensamientos
Deja que el peso del pecado encuentre su refugio

La ola avanza a mar abierto
Golpea el cuerpo que solo encuentra la luna

El agua entumece su carne
Con la misma textura que un beso forzado

Los labios hacen creer que roza la mejilla ajena
Una mentira más con la que puedes convivir

La luz de la madrugada
Se acerca a preguntar quién eres

No sabrás qué contestar
Te rodea la idea de volver a estar despierto

En los campos mentales
No puedes pasear por los parques que conoces de memoria

Los elementos se unen para volver
Por las grandes avenidas de los dominios perdidos

Solo así abrazarás a la madre de nuevo
Una luxación que cruje al otro extremo del continente

 

 

21. Puerto Saavedra

Me escondieron el horizonte, señor
Un bosque nos separa
Solo oigo a lo lejos
Un suspiro que se escapa

Su gente media inocente sueña con barcos que no llegan
Caminan condenada al letargo
Aunque del Pacífico un mesías viniese con su mensaje
No lo escucharán, su rezo sería enterrado

El pueblo se pierde entre pocas avenidas
Praderas extensas que devuelven la ilusión
Los niños sueñan con ver más allá
De los viejos árboles tras el servicentro
Sus vecinos anhelan conservar el color Saavedra de sus calles
Y los pájaros no se separan de sus nidos
Pequeñas óperas ilustran en las plazas

Todos esos detalles, rebosantes de belleza cotidiana
No los observan (¿será que el miedo no se olvida?)
Las cicatrices marcadas en el Maule
Son estrías que avergüenzan
No dejan avanzar
Terminan olvidando la foto de la animita
Del borracho que cayó a la laguna
El ruido estridente del océano absorbe
Aunque lo escondan entre los pinos

 

 

22. Hermanita

A Ayelen Olave

Estamos separados por un mar
Pronto serán dos
Hace mucho que pienso en ti
En ese trecho que nos separa

Disfruto de la hermandad epistolar
Dejando que cada uno respete los momentos
Vuelvo a pensar en ti; esta vez miro al cielo
Ubicando con la brújula el mapa de nuestra sangre

Pienso en tu rostro, distingo la sonrisa
Los lugares que tu lenguaje
No sabe cómo describir
Mientras cae el número tres en el folio de la carpeta

Toma la licencia de conducir
Avanza hacia tu casa en la isla
En casa te recordamos buscando una excusa
Cada receta resalta una duda que resolverías

Prefiero identificar el horizonte
Buscar los lugares que conoces
Pronto será mi turno
Hiciste de la motivación el momento oportuno

Mi rol ha sido siempre el mismo: ser el hermano que escucha
A la que carga con heridas sus papiros de Babilonia
Los que me enseñas con un abrazo a la distancia
Yo solo me inspiro enviando un beso otra vez
Al mar, al horizonte

 

 

23. Noche de Temporal

A Pía Monardes

Formemos un hijo del temporal
Cada hoja que escapa de los árboles inclinados por el viento
Será una oportunidad
Volver a ver la luz detrás del gris que nos absorbe

La vela conforma el camino con el espelma sobre el plato
Cada crujido del hogar es la señal para recorrer el mapa
Una excusa para pedalear por tus costaneras
Escuchar las olas golpear el cemento

Debemos poner pestillo a cada puerta
Asegurar que el viento no nos interrumpa
Deseo proceder sin retrasos el ritual de visitar tu espalda

Los eventos que escapan del reino estacional,
Que han devuelto la oscuridad total a los pueblos
No evitarán que vuelva a decir algo meloso
Cuando chocamos las miradas
Un verso tan dulce que brote por tus mejillas

Por la mañana, con la calma volverán las promesas
Que juramos pensando que la tromba
Se llevaría las pertenencias
La calma se dispersa entre las olas que ya no vemos

 

 

24. Sucesos de nocturno espectador (Esperando a Erica)

No tengo miedo de cruzar de noche
Los pastizales de concreto, tierra, musgo, semen, agua
. . . . . . . . . . Lúpulo, escupo, sangre
Las rutas acaecidas en calor ensuciadas con culpa
Me despegan del inerte momento de caminar entre vencidos
Ante un falso claro solar, la transeúnte cruza
Por la oscura curva en sentido contrario
Los conductores imprudentes, rutinarios, desgraciados
. . . . . . . . .Sometidos, desquiciados, reprimidos, ajusticiados
Podrían mirar de cerca su rostro
Hacer crujir los dientes extraídos de su piel
Un deseo al viento pide que el vehículo pierda el control
Así el cuerpo destrozado ronda por las noches
Cumpliendo la promesa de mirar sus ojos pálidos
La chica desnuda que no para de llorar en la pieza incendiada
Ella sabrá que el paradero está detrás de los edificios
Pedirá en su rezo que alguien se acerque
Que sus padres puedan descansar, que encuentren la calma
Aunque su caso sea olvidado, aunque su ser
Sea un clavo oxidado en el sur

 

 

25. La naturaleza controla al aromo

Lo han advertido, nada es eterno
El árbol contempla a su suerte el último temporal
Los vientos actúan
. . . . . . . . . IMPULSADOS POR LA IRA
. . . . . . . . . IMPULSADOS POR LA AGONÍA
Cruje solo ante el tibio cuerpo escondido en el hogar
El tronco sufre una herida que atraviesa el tejido subcutáneo
Y caerá, sin preguntar dónde irá
La prosperidad de las bandurrias

El viento silba, llora al ver un hijo desangrado
Solo un consuelo salva a quienes acostumbran a verlo de reojo
El tronco recupera la noción del tiempo
Post mortem, leerá sus años
Esfera a esfera el aromo se convertirá en calor
El árbol que no hay que llorar
Al ser insultado como un inmigrante de raíces
Controlar la especie
. . . . . . . .. . . Marchita mi florecer

 

 

26. Millaray

Millaray solo existe en mi mente
Ojalá la hubiera inventado, pero es solo un reflejo del deseo
Me espera sentada en la escalera del portal
Al verme, susurra ideas
Contempla en silencio a la gente sin memoria
Al abrazarme, respira en mi nuca
Su pelo genera cosquillas en el cuello
Con sus manos, sostiene las mías
Me ilusiona, contiene mi existir
Hay días en que viene a cenar conmigo
Tras olvidarnos de nosotros bebiendo vino
Decide dormir en el lado derecho de la cama
Tan acostumbrado estoy a dormir solo
Que por la madrugada desabrigo su piel
Una presencia que al acomodar las frazadas
Reacciono que no está
Que solo añoro ver a alguien despertar
Correr el cabello que cubre su morenidad
Pasar mi mano por su vientre, sentir su calor crepuscular
Ver el reloj a las 6.40 y escuchar su respirar
Al llegar la hora solo yo sigo en el mismo sitio
El insomnio es la alarma de los olvidados

Frustrado, cedo a la rutina de dejar todo ordenado
Solo así descubro cabellos negros extendidos en las almohadas
Hoy, vuelvo a respirar

 

 


III. Salida del Claustro


“Duele separarse, poco a poco, de los sanos a quienes
seguiremos unidos, hasta la muerte
separadamente unidos”

Enrique Lihn


27. Salida del Claustro

Prometí
. . . . .. Cortar mis rizos cuando la peste acabara
. . . . .. La pandemia terminó conmigo
. . . . .. Torturó mis articulaciones
. . . . .. Debilitó mis músculos hasta volverlos aire
. . . . .. Hizo añicos mis ideales para volverlos un panfleto
. . . . .. Me absorbió el horror
. . . . .. Una vez, otra más

Sucumbí
. . . . .. Al miedo de volver a despertar
. . . . .. Me encerró en el estante de la sala de clases
. . . . .. Llorando, sentí la orina pasar por mis muslos
. . . . .. Contraídos de vergüenza
. . . . .. Me quitó la risa, la ironía
. . . . .. Solo me dejó la poesía
. . . . .. Solo me dejó

Decidí
. . . . .. Luchar aunque a nadie le importase
. . . . .. Dejar la soga a un lado, mirar hacia lo incierto
. . . . .. Encontrar belleza en el dolor,
. . . . .. Hacer de la enfermedad un amigo fiel
. . . . .. Besar mis dolores
. . . . .. Reconstruir lo que alguna vez anhelé

Escapé
. . . . .. Del claustro al que fui sometido
. . . . .. Añorando por última vez
. . . . .. Ver las puertas del Purgatorio
. . . . .. Los 100 cantos que me amenazan
. . . . .. Con volver a sus cornisas
. . . . .. Añorar que la fruta exprimida
. . . . .. Devolverá dulzura en días trémulos

 

 

28. Carta de auxilio

Hay personas que destinan tiempo a sus vidas
Otros que dejan pasar el viento sobre sus cuerpos
Yo deseo ser una mezcla de ambos
Sentarme en la plaza del pueblo a mirar los columpios moverse
Sentir orgullo por el ex compañero de mesón/
. . . . . . . . . . . . . . que consiguió la casa propia
Y la adornará con flores extraídas de campos lejanos
Así como abrazar a la mujer, cuyo nombre no recuerdo/
. . . . . . . . . . . . . .antes de su intento de suicidio
Decirle que es suficiente, que encuentre una falsa expectativa
Entre las lágrimas que ensucian su maquillaje.
Me gusta estar ausente de ese paisaje/
. . . . . . . . . . . . . .que habito mirando al sur
Donde la gente sigue su curso y pocas veces me recuerdan
Mientras me olvidan, pienso que vivo en impulsos
Contenidos en la canción que solo le dediqué a una
Que me encargué de no repetir/
. . . . . . . . . . . . . .entre otras musas que me visitaron.
Vivo en el respirar tras correr la mascarilla desechable
En medio de un turno, en medio de un trabajo/
. . . . . . . . . . . . . .que podría ser mejor
Podrías acabar todo y dejar la ciudad para siempre
Solo tienes que ir a la oficina
Aceptar un café antes de renunciar y partir hacia la isla
“Lo único cortado es el café que se enfría”
Podría estar parado casi al frente de tu departamento
Reconocer los maceteros que muestras por fotos
Ver una planta crecer, tanto como yo crecí/
. . . . . . . . . . . . . .sin tu amor en la lejanía.
Considérate afortunado
Todo lo que ocurre tiene su pulso
Podría hoy mismo desaparecer
Aunque todo lo que necesite para seguir
Esté guardado en un bolso
Podría cerrar las cortinas
Dejar una nota traducida al portugués
Los utensilios tecnológicos descargándose
Tocando las canciones que elegí para el momento
Para este momento
Podría hacer muchas cosas
Tomar las cartas del tarot que me han regalado
Para definir los destinos de mis amigos más fieles
Imaginar escenarios donde respiran aire fresco
Beben agua del río tras una larga caminata
Amanecen abrazados por la persona que hoy los acompaña
O tiemblan de frío, de intriga, por no saber lo que vendrá
Mientras la pena que me atora
Me deja pensando en aquel transeúnte/
. . . . . . . . . . . . . .que me negó el encendedor
O el profesor que se burló que hablaba demasiado fuerte
Cuando llegue la oscuridad, contendré el dolor
Me sentiré cansado, me sentiré pequeño
Y seguiré viendo por años
La luz del poste que nunca falla.

 

 

29. Diario de Viaje

A Vanessa Ballesteros

Ligero tintinear se quiebra allá en la noche
Son los muelles, es la historia, algo se escucha en el acento
En este lado del mar, son las personas las que cambian
No las ciudades
Protegen sus muros, preservan los azulejos
(Aunque no gocen de todos sus colores)
Lisboa disfruta de una corteza dura y bien cuidada
Recibe el agua que necesita para crecer
No sufre de plagas que evoquen el peligro.

De donde vengo son las ciudades y las personas las que cambian
Entre las pocas nostalgias que se golpean
Está la certeza que todo será distinto
Se atreverán a cortar otro árbol sin lamento
Esperarán con picota en mano
La oportunidad de derribar el muro
Derrumbarán todo lo que no importa
A mí sí me preocupa, y tan solo por una persona que lamente
La teja quebrada
El manzano en medio de un terreno
Las risas de la infancia
Ese espacio vivirá
Tan solo es un aspecto de los otros que aparecerán
No es lamento; solo es exaltación.

Los adoquines no se diferencian de un camino de campo
Cuando expongo mis pies en todas las ruas
Buscando una conversación pasajera.
El chico que cruza fumando un tabaco
Hoy podría ser mi amigo
Él no sabe que yo espero a que mire de reojo
Para hacer una consulta absurda
Es uno de los lisbonenses que caminan hacia sus casas
Para descansar de una otoñal semana
Disgustados por la llegada del invierno.

De donde vengo, mi carne trémula es aliada del frío
Puede resistir las corrientes que aparecen del Atlántico
Que empujan los carteles de los restaurantes.
Recorreré descalzo las estaciones
Vanagloriando anécdotas que no entonen la tristeza
Esperaré una canción acústica contenida en un mensaje
En la que alguien que dice tener mi confianza
Expone su fragilidad en la oscuridad de la cordillera
Se excusa que goza de múltiples realidades
Como aquel poeta de la capital portuguesa.
Le escribo desde una ciudad que no conoce
Esperando que toda decisión la lleve al verbo
Al fragmento, a la oración
De mundos que se eclipsan con las grandes avenidas
Yo escucharé la guitarra
Estaré solo, angustiado por un poco de diversión
Sofocado por la humedad que atrae la temporada
Pero escribiendo, siempre escribiendo
Esbozando versos en un castillo
Más antiguo que mis antepasados
Garabateando ideas que no verán nunca la luz
Me encantaría decir que puedo nadar un océano entero
Más mis pulmones me alcanzan para escapar
De los fiscalizadores del metro
Sepan que no es decepción lo que me tiene atado a la noche
Ya podré mirar de lejos a los personajes de la ciudad
El tiempo no transcurre hasta que algo nos mueve
Recién ahí sabremos que estarás predicando
Entonando las palabras que emulen la verdad.

 

 

30. Después del accidente

Me dijeron que la memoria es frágil
Que repitiera todos los nombres al golpear mi cabeza
En el dolor del tacto de mi piel con el vehículo/
. . . . . . . . . . . . . . . puse la información en la balanza
Mi dirección, mi rut, los cumpleaños de mis padres/
. . . . . . . . . . . . . . . mi corta vida juvenil

Sentí dolor, avanzó por sus vertientes/
. . . . . . . . . más los recuerdos seguían en el redil
En el suelo, sangrando, elegí guardarlos en una barcaza
Si ya es mi turno de partir, decido abrazarlos con nobleza
Mi nombre, mi barrio, el número de teléfono, /
. . . . . . . . . . . . . . . la chica con su sonrisa grácil

Perderé las piernas más no mi memoria
Aprenderé a caminar sin dejar de sentir la suela del zapato
En mis campos mentales habito con soberanía

¿O partir desde cero será el camino correcto?
Decido soltar los huesos o retener mis saudades
Soy producto de un gesto, una fragilidad con propósito

 

 

31. Allá en el sueño me tomabas la mano

Pensé que, tras reencontrarnos, luego de tanto tiempo
El sentimiento habría sido enterrado en tierra fértil
De la semilla apareció el sueño donde ya no lucías frágil
Empoderada, tomando mi mano, recorrimos el campo

Nervioso al creer que me odiabas/
. . . . . . . . . . . . . tú dijiste: yo no me preocupo
Tocaste mi espalda, pediste una canción/
. . . . . . . . . . . . . la vida te es más fácil
Deseaste éxito y amor, y contaste que cuidas tu vientre/
. . . . . . . . . . . . . para amar a un ser infantil
Al sonreír, el sueño se desmoronó/
. . . . . . . . . . . . . sin poder aferrarme al sumoscapo

Aparece cuando quieras por las noches
Extrañaba esa compañía cotidiana
Discusiones que en asfalto son acordes

Es extraño compartir con más estatuas que personas
y hay tan pocos hispanohablantes a quien recitarles la vida
Fuiste un suspiro, al que siempre regreso a darle las gracias

 

 

32. El privilegio de estar solo

Podré no dormir a esta hora de la noche
Conversando con mi sombra los motivos que me aquejan
Abstraído del sur y de las imposiciones que atentan
Al privilegio de la desnudez, al ruido que aceche

Mi soledad es particular, respeto sus condiciones/
. . . . . . . . . . . . .ya que hay otro que aunque luche
Llega cada noche a abrir una cerveza/
. . . . . . . . . . . . .sin dejar de pensar que es un crimen
Seguir vivo, levantarse obligatoriamente/
. . . . . . . . . . . . .no ser soñado ni por una ni por cien
Beberá hasta olvidar que no existe ungüento/
. . . . . . . . . . . . .para el vacío que su soledad parche

Al borde de la cama, siento lo inevitable del cansancio
Conviviendo con mi yo las angustias del presente
Me hacen dudar si quisiera estar abrazado/
. . . . . . . . . . . .discutiendo que amaneció
Aún no empieza el día y ya me siento lejano de la corriente
Que arrastra a la soledad por el caudal de mis pasiones
Responsable de la angustia/
. . . . . . . . . . . .de un privilegio que no es transparente

 

 

33. De lo panóptico, de la inhumanidad

Lo anunciaron las primeras semanas de incertidumbre
“Seremos mejores personas después de esto”
Hoy solo veo indiferencia, control, inhumanidad. Yo protesto
Elijo creer que podemos escapar de la mansedumbre

Escarba usando tus manos, verás que cada piedra malasangre
Contiene liendres que llevan a la abuela a morir/
. . . . . . . . . . . .sola, senil, inerte
Médicos y enfermeras que lucharon sin épica/
. . . . . . . . . . . .desgastados por accidente
Perdiendo la esperanza, cuando afuera abunda el desastre

Naturalizamos enterrar cadáveres hasta eclipsar las pantallas
Que han venido a opacar el brillo de la genuidad
Dejando a la deriva lo que nos ata/
. . . . . . . . . . . .empujando al otro entre las alcantarillas

Si miran los libros de historia, no quiero escuchar piedad
Pudimos evitarlo, pudieron actuar para eludir el horror
Pero nos dejaron encerrados/
. . . . . . . . .. . . . . .. . .inventando excusas a la absurdidad

 

 

34. Yo sí salí del horroroso Chile

Pude burlar al maestro Lihn
Al escapar en un bote del Titanic
Sintiendo la vergüenza del ingeniero
Que no se hunde en su patria
Dejé al compañero de lucha en la trinchera
Lo miro defendiendo la frontera del sueño Allende
Yo sí salí del horroroso Chile
En viajes que son palpables
Salí del miedo a ver al extranjero un problema
Del patrón que grita con locura amenazas del comunismo
Aunque escapé, regreso todos los días
Encadenado a la pantalla, respiro el vapor de la olla a presión

 

 

35. El muchacho y la muchacha

El muchacho como yo se mira en el espejo
Alcanza a ver las cicatrices que esconde
Tras la ropa con que viste la vergüenza
De no ser suficiente frente a sí mismo
La muchacha como ella evita contar que está triste
No mira su teléfono al despertar/
. . . . . . . . .. . . . . .sin preocuparse antes de sí misma
Ordenando sus deseos ante el constante peso/
. . . . . . . . .. . . . . .del mundo que la acecha
También se mira al espejo, en él se refleja la fortaleza
El muchacho y la muchacha como muchos salen por la puerta
Que traspasan tomando el peso de la vida
Una canción que suena al azar, el dinero del pasaje
Una idea de que algo les espera si siguen avanzando
Los muchachos y muchachas como todos/
. . . . . . . . .. . . . . .deben conciliar el sueño
Desde afuera del departamento/
. . . . . . . . .. . . . . .descubres que están en sus cuartos
No pocos madrugan, tratando de ganar más tiempo/
. . . . . . . . .. . . . . .conscientes de lo que pudo ser
Un suspiro resignado, un mensaje motivacional repetido

 

 

36. Carta de presentación/despedida

Para acabar con el trauma
Libera el verso
La sangre se dispersa
El cuerpo atascado
En las rocas de un rastrero río
Limpia las heridas
Del hombre que busca descansar

Para acabar con el trauma
Grita en silencio
Piérdete en las calles
De un pueblo que no sepa tu nombre
Comunica con señas
El sueño gangrenado
Llora en el coro de la canción
Extiende el acorde que no quieres escuchar

Para acabar con el trauma
Repite la misma historia
El otro callará ensimismado
Su empatía es el alimento del ego destrozado
Perdido, convertido en una masa
La grasa del dolor

Para acabar con el trauma
Vuelve a escribir sobre tus apuntes
Las palabras que no comprendes
Pena
. . . .. .Nostalgia
Sueño
. . . .. .Culpa

Engáñate repitiendo el mismo poema
Con cual calmaste
La ansiedad de dejar un país
“Vendrán nuevos rostros
Vendrán nuevos días”

Recita ahora los trozos inentendibles
Escondidos en recuerdos de papel
Que escondiste hasta que no resististe más
No pudiste esconder los gritos detrás de la puerta

Te doy las gracias, noche
Al madrugar sentí que volvía a ella
En el balcón se escucha
Un beso que deja huella
Marcando su esperanza deshecha


Para acabar con el trauma
Recupera los valores de la vida
Escondidos en la cómoda rutina
Donde el privilegio estaba
En sorprenderse cada mañana.

 

 

 

 

La mayoría de los poemas reunidos en esta edición fueron escritos o boceteados durante la cuarentena del poeta tras un cuadro de COVID-19 entre diciembre de 2020 y enero de 2021, que se extendió durante 21 días, tanto el encierro en su hogar tras recibir los resultados, como el posterior traslado a una residencia sanitaria dada la gravedad de su estado. Tanto él como su madre quedaron aislados durante ese periodo, que los marcó a ambos tanto física como psicológicamente, en su camino a volver a habitar el mundo.

 

 



Ricardo Olave Montecinos Nació en Temuco en 1997. Periodista de la Universidad de La Frontera (Ufro). Ha trabajado en medios como Culto en La Tercera, LaRata.cl o El Austral de La Araucanía. Uno de sus poemas aparece en el libro "Poesía en Tiempos de Crisis", organizado por la Ufro, junto con ser parte de la selección de cuentos de la edición 2021 de “Araucanía en 100 palabras”. Actualmente reside en Portugal.

 

 

 

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Ricardo Olave