Rosamel del Valle .........


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RESURRECCION DE UN VIAJERO ALUCINADO

Podríamos pensar las obras completas como un ataúd, pero cuando constituyen el esfuerzo por sacar a luz una escritura tan magnífica como esquiva al reconocimiento público, quizás pueda ser un camino para resucitar a la poesía del olvido. Hace unos días se lanzaron las de Rosamel del Valle (1901-1965), que en realidad nació como Moisés Gutiérrez Gutiérrez. Fuera de poeta y linotipista, desde 1946 domingo a domingo deleitó a los lectores de La Nación con sus crónicas de viaje desde Nueva York. Vaya de esta forma nuestro modesto homenaje.

por Elisa Montesinos
Fuente:PrimeraLínea

... No dejó descendencia, su esposa y la mayor parte de sus amigos muertos, hoy sólo pueden hablar por él los libros, propios y ajenos.
Adiós Enigma Tornasol, El Joven Olvido, Fuegos y Ceremonias, El Sol es un Pájaro Cautivo. Títulos plenos de imágenes, condensadores de múltiples y enigmáticos sentidos; invitan a transitar por mundos oníricos y visiones.

 

 

 

... La vida de Rosamel del Valle (1901-1965) fue una búsqueda constante de experiencias mágicas y un intento de penetrar lo invisible. Viajero alucinado al que le interesaba el tarot y el destino trazado en los jeroglíficos de las manos, no supo descifrar las claves de su propio fin. Fue después de un 18 de septiembre bien comido y regado cuando defintivamente lo sedujo la fatalidad; no sobrevivió a los excesos de su propia vida impetuosa.

"Y a veces todo es como respiración
del equilibrista en la cuerda"

... Insistente en la marca del recuerdo, en el no olvidar, en la memoria. Se identificó con un pájaro ciego. Quizás la fuerza de su visión residía en otros sentidos. Se ha dicho que era como un mago. Premonitor, tal vez. Uno de sus libros fue País Blanco y Negro, que en 1929 se anticipaba a la polarización creciente que vendría.

... Debemos recurrir a la palabra escrita, para invocar el recuerdo de los más cercanos. Juan Florit compartió las juergas y veladas poéticas de juventud. Se conocieron cuando ambos tenían 18 años. "Nos reuníamos en las tardes o a veces en la noche, en la casa de un poeta y pintor en ciernes, llamado Urbano Donoso que vivía Mapocho abajo. Formábamos un grupo de amigos que después de una buena suma de tiempo, se destacó en la poesía chilena". Junto a Fenelón Arce y Gerardo Moraga Bustamante, leían en voz alta sus primeros trabajos en la zona de Quinta Normal, a orillas del pequeño lago, o en alguna cantina de mala muerte, donde bebían "vino negro, pobre, no etiquetado. Y gozábamos viendo pasar a una airosa y brillante locomotora, llamada Curimón."

De esos años data su memorable seudónimo, herida o trofeo del idilio con una obrera llamada Rosa Amelia del Valle. Por 1925 vivía en un cité de la calle San Francisco. Allí nació el Grupo Ariel y se publicaron dos números de la revista del mismo nombre; después vendría Panorama.

RECONOCIDO POR POETAS

... Orlando Cabrera escribía en Ercilla el año 1945: "Diremos, entonces, que Rosamel del Valle es moreno, de un moreno tostado, ancho de espaldas, de leve bigote negro y de manos ásperas. Es linotipista. No ha querido salirse de ese oficio, porque es enemigo contumaz de la rutina oficinista y de los puestos moderados. Debe tener unos 35 años y debe ser santiaguino. Debe, también, haberse criado en un ambiente de lucha y de esfuerzo. Lo acusan sus gestos, lo delata su mirada triste"

... La modesta situación económica de su juventud lo obligó a luchar por el diario sustento, desempeñándose como obrero en la imprenta de La Ilustración y luego en el correo, donde incluso debía barrer. Esto no le impidió contar con una gran biblioteca desde la cual se autocultivó. La experiencia unida a su especial sensibilidad no podrían sino desembocar en una actitud profundamente crítica y comprometida con los movimientos sociales. Como buen escéptico, se mantendría alejado de militancias partidistas, actitud que Neruda no le perdonó.

... Postergado de la consideración oficial, más de una vez fue postulado al Premio Nacional -ya entonces polémico- sin llegar a obtenerlo. Sin embargo, ni premios ni figuraciones eran de su interés; más bien le atraía la compañía de sus amigos y el silencio necesario para escribir y escribir. Trabajo que le valió el reconocimiento de sus pares, quizás el más difícil de todos. Huidobro lo alabó en una carta, en que le agradece haberlo reconciliado con Chile. Mucho más tarde, es el joven poeta Leonardo Sanhueza, quien tras años de lecturas incansables, recopila por primera vez toda la poesía publicada e inédita en esta Obra Poética reunida en dos gruesos tomos de más de 700 páginas (J.C. Sáez Editor). Sólo se excluyeron los Poemas Lunados, primer libro que el mismo autor destruyó. De esta forma, 35 años después de su muerte, se salda parte de la eterna deuda de Chile con sus poetas.

VERSOS HONESTOS

... Su obra, como él mismo dijo, tendía "hacia esa zona que oscila entre la realidad y la ilusión". Inquisidor, buscaba en el lenguaje encontrarse con su verdadera identidad, cercana algunas veces a los recónditos paisajes del inconsciente.

... Rivalidades y críticas adversas no le faltaron, es sabido que lo acusaron de oscuro y que incluso hay quienes le apodaron "El Amargado". Se defendió diciendo que no sería condescendiente con el lector y que era su naturaleza la que lo llevaba a aislarse. Contradictorio y exigente consigo mismo, acabó con la edición de 1.000 ejemplares de su primera obra Poemas Lunados, por sentir que había allí algo no auténtico. Posteriormente buscó el libro sin poder encontrarlo. Afortunadamente sobrevive un ejemplar en la Biblioteca Nacional, donde justamente se acaba de celebrar el lanzamiento de sus obras completas.
... Casi hermano poético de Humberto Díaz Casanueva, amistad entrañable que testimonia elocuentemente el libro El Sol Ciego, publicado por el primero tras la muerte de Del Valle. En sus recuerdos aparece como un "poeta siempre asombrado de lo que llevaba en potencia, se compenetraba con el ser del mundo. Siempre detrás de un velo, pero sin embelezarse, descubría lo insólito en seres y semejanzas, con algo de taumaturgo o cabalista; luego lo amalgamaba en uno de los lenguajes poéticos más ricos y dignos que se hayan escrito en América"
... Uno de los pocos compañeros vivos del tiempo anterior a Nueva York, es Carlos Villagrán. Con 88 años, dice ser el último combatiente de aquella época. Cuñado de Humberto Díaz Casanueva, se encontraron en la casa de aquél por 1936 y se hicieron amigos inseparables, de esos que celebran fiestas familiares y almuerzan juntos los domingos. Muestra ejemplares dedicados de Poesía, 1939, y de Orfeo, 1944, autoeditados bajo un nombre con anécdota. "Cuando publicaron esto (Del Valle y Casanueva) tenían dinero para hacerlo, y en broma me dijeron hagamos las Ediciones Intemperie y me nombran gerente general a mí. Claro, les decía: voy a quedar en la intemperie".
... Todos los sábados se juntaban en el restaurante Club de Canto Alemán, en la calle Esperanza. Interminables tertulias de escritores se vivieron allí. Espacio en el que Rosamel dejaba desplegar su carácter alegre y bromista. Al parecer, era un provocador al que le gustaba disfrazarse y asumir distintos personajes. Homero Arce relata cuando el poeta lo visitó en Rancagua y vestido con un atuendo estrafalario se paseó en victoria por todo el pueblo repartiendo verduras que sacaba de un gigantesco canasto.
... El poeta dejó Chile y su vida más bien modesta en 1946, cuando Humberto Díaz le consigue un trabajo como corrector en Naciones Unidas. Después lo describiría como "pulcro, severo, puntual, cumplía con su trabajo en Santiago como en Nueva York. Pero al liberarse de sus quehaceres, en su casa, siempre hospitalario, olvidando asperezas y amarguras, emergía con su traje de astrólogo, masticando vidrio, con pasos de danza, riendo, charlando, recreando la vida, y todos con él, librados de inhibiciones, con mayor fraternidad".
... Viaja a Estados Unidos para quedarse 20 años. De su primera estadía en aquel país y su encantamiento con los barrios de la periferia, dan cuenta las crónicas escritas para La Nación a fines de los 40'.
... Villagrán lo recuerda "muy simpático, bueno para la broma". No hablaba de poesía, salvo cuando se juntaba con los otros poetas como Cruchaga Santa María o Casanueva.
... Al regresar compró una casa en José Domingo Cañas donde se instaló con su compañera Thérèse Dulac. "Aquí vivió intensamente, siempre recibía muchos poetas, siempre tenía grandes comidas en su casa...más tarde eso fue afectando su salud, hasta que en fue después de las fiestas de septiembre que se enfermó y se murió...Intoxicación, no sé". Algo se adivina en las palabras de su amigo Carlos Villagrán; sospecha que en el fondo el poeta se dejó morir. Generoso enseña fotos antiguas, facilitando una de ellas para ilustrar esta publicación. Un libro de regalo de Díaz Casanueva y una conversación con varias anécdotas que se agradecen. Así como los recuerdos de Leo Sanhueza, quien habla del escritor como de un viejo amigo con el que se encontró en los rincones de las bibliotecas y en las páginas de algún libro viejo y empolvado.

... Quiera que las obras prontas a publicarse resuciten a un poeta que no ha tenido el suficiente espacio, que corran de mano en mano, y sus versos vuelvan a leerse en voz alta. Quiera que no se conviertan en un hermoso ataúd.

"Así no sea
Y no amén"


Jueves, 12 de Octubre de 2000






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