Diego Muñoz Valenzuela (1956) es un escritor de larga trayectoria literaria. Ha publicado más de una veintena de libros, incursionando en el cuento, el microcuento y la novela. Su obra ha sido traducida a varios idiomas. Sus inicios fueron textos realistas para, a medida que su producción escritural fue aumentando, tomar un giro sorpresivo hacia la ciencia ficción, con obras representativas de este género literario, como Flores para un cyborg (1996), Las criaturas del cyborg (2010) y Ojos de metal (2014).
Hay que dejar constancia que en Chile el género de ciencia ficción ha sido muy escaso, salvo la excepción de Hugo Correa, que el año 1959 publicó la novela Los altísimos con gran éxito editorial y de crítica. Años después lo seguirían otros autores como Antoine Montagne, seudónimo del escritor Antonio Montero. No así como ha sucedido en el resto del mundo, en donde la ciencia ficción ha dado obras significativas, como La guerra de los mundos, de Herbert George Wells, o la exitosa novela Un mundo feliz, de Huxley Aldous.

Diego Muñoz Valenzuela
Si quisiéramos indagar una referencia cercana a esta nueva novela de Diego Muñoz, Un fin para un principio, tendríamos que recurrir a la obra alegórica Rebelión en la granja, de George Orwell, que trata, precisamente, de la fábula de un grupo de animales de una granja, que hastiados del abuso de los humanos, se rebelan y los expulsan para crear una comunidad propia. Sin embargo, en el transcurso del tiempo, el dominio de los dirigentes se transforma en otra tiranía semejante a la de los humanos. Está claro que el texto encierra una crítica explícita al régimen soviético en la época de José Stalin.
La narración de Diego Muñoz sólo se asemeja a la mencionada en el empleo de la fábula de los animales con características humanas. Pero acá no sucede una rebelión de los canes y los gatos contra sus amos, sino como consecuencia de la extinción de éstos. Ante esta catástrofe, un viejo perro gran danés se hace cargo en la organización de una nueva comunidad entre los perros y los felinos que pueblan el gran parque. Pero como siempre ha existido una ancestral animosidad entre ellos, recurre a un armisticio de convivencia pacífica, integrando a su comité al gato tuerto Morgan que ejerce un dominio soberano sobre sus congéneres.
La novela adquiere ribetes de ciencia ficción con el aterrizaje de una nave alienígena comandada por los aequus, unos extraños seres con apariencia de palotes, cuya finalidad es apoyar a los animales en su organización y defensa ante inminentes invasiones extraterrestres. Con este objetivo, desembarcan un grupo de escarabajos de Inteligencia Artificial, al mando de Greg Samsa, a cargo de prestarle ayuda y consejos bélicos. No obstante, la paz y la prosperidad de los animales es alterada con la invasión alienígena de los Karwack. Tras una cruenta guerra, logran derrocar a los invasores, gracias a la cooperación y los adelantos tecnológicos de los escarabajos luminosos de la Inteligencia Artificial.
Otro aspecto novedoso de esta novela, lo constituye el narrador en primera persona, que interviene a lo largo del relato y que corresponde a una suerte de espectro indiscernible, etéreo, invisible, que funciona como un observador y cronista, un ente con conciencia narrativa de características humanas. Así se retrata a sí mismo: “Quizás desde el inicio de mi tiempo he sido así: incorpóreo, abstracto conceptual; una ecuación dotada de vida”.
Como todo texto alegórico y ficcional, se refiere o representa una crítica simbólica a situaciones actuales o pretéritas de las sociedades. Con clara alusión al poder y la consiguiente influencia en los seres humanos.
La mayoría de la literatura realista se sustenta en lo arquetípico, en lo verificable. Lo novedoso de la escritura de Diego Muñoz, incluyendo sus tres novelas de ciencia ficción, cuyos personajes protagónicos lo conforman los cyborg, corresponde al ejercicio argumental que nos conduce indefectiblemente a un territorio voluntario y distante de la línea tradicional y realista, circunscrito a lo histórico.
Su escritura está más ligada en un marco referencial en el contexto de la literatura occidental contemporánea, como los relatos fantásticos o de la ciencia ficción. Un tipo de literatura de muy pocos cultores nacionales, salvo las excepciones expuestas más arriba y de algunos escritores jóvenes que experimentan con nuevos textos.
En el campo de la ciencia ficción y de la literatura abiertamente alegórica, como la fábula o la tergiversación de la historia, corrientemente recurren a elementos ucrónicos o relatos de ambientación fantástica. Lo real maravilloso pasa a ocupar un grado de verdad en la narración, resultando innecesaria la racionalidad lectora.
La escritura de Diego Muñoz se debe leer y analizar bajo estos parámetros. Lo extraño, lo excepcional que escapa a nuestra conciencia racionalista, nos conduce hacia una visión más insondable y sugerente, transportándonos a un mundo de fantasía más irreal y, no por eso, menos vívido.
Diego Muñoz, con esta nueva obra, demuestra un dominio narrativo, al desarrollar una eficaz interrelación de distintos elementos estructurales y de contenido. Un relato que nos permite desplegar nuestra imaginación a otros mundos externos posibles.