Proyecto Patrimonio - 2005 | index | Raúl Zurita | Autores |


CUATRO MIRADAS A RAÚL ZURITA


Por Iván Baca


UNO

Una de las características del poeta moderno es su situación paradójica de cara a la modernidad, no sólo siendo un agudo crítico de ésta, sino para recuperar su legado más valioso que es justamente la crítica tanto de su lenguaje como del mundo. "Arremeter contra los límites del lenguaje", diría Wittgenstein; en términos poéticos, esto sería ir más allá de las formas. Las vanguardias arrasaron con todo, dejando únicamente el esqueleto. Ante esta actitud, el poeta debe de ser ético y consciente de su momento histórico y social. Su postura ante una respuesta de desconfianza por parte del lector se entiende en términos de cambio.

En la soledad de su lectura, el poema dice la voz de la humanidad, pues incluso la misma soledad de la palabra está predibujada por la sociedad individualista, su carácter general vive de la densidad de su individuación, por eso pensar el poema como una obra de arte está justificado y obligado a preguntarse concretamente por el contenido social, a no contentarse con el vago sentimiento de algo universal y comprehensivo.

Entonces la situación del poeta es la de habitar no el mundo en sí, sino el nuevo mundo, desde las trincheras de la ruptura con las formas canónicas como una respuesta positiva ante la negatividad de no arriesgue de lo mismo por lo mismo, como sucede en casi toda la poesía latinoamericana, con sus excepciones, que son las que siempre salvan una época, un momento en que parece que la poesía tiende a desaparecer, entonces esos estados latentes de la poesía resurgen, me refiero a Héctor Viel Temperley, Coral Bracho, Gerardo Deniz, Raúl Zurita, Gonzalo Rojas. El quehacer poético no debe ser únicamente de impasse o de Paz como es el caso de México, la poesía tiene que ser piedra angular con sus múltiples caras y brillos, debe agotar todos sus recursos como modo de expresión, desde salir de la página hasta regresar a ella en un tenor de vitalidad nueva, nunca la misma, sin temor a equivocarse, sin pena ni miedo.


DOS

Un pensador, un escritor, un militante y por fin un poeta, un gran poeta que ha pagado, incluso con su cuerpo, el hallazgo de un acto agresivo contra sí mismo, de un poema, de un canto, de un libro tanto de dolor como de alegría, de desgarradura como de angustia, de un silencio; y esto a sabiendas de que la poesía es un acto total de compromiso y que lo que dice no es sino el riesgo asumido por aquel que ha querido hacer de las palabras del poema una poesía de vida en todo su esplendor trágico.

Cuando la página en blanco ya no es suficiente, cuando el silencio es significante, entonces el refugio de sus ojos es la vida nueva; epopeya mítica y redentora del amor.

Un mapa poético trazado, no sólo en la página, en la fotografía, en los electroencefalogramas, sino en las grafías del mundo: en la arena, en el mar, en el cielo, y hasta sus últimas consecuencias en el rostro.

En la vida nueva, el cielo se fragmenta en quince poemas, justamente en el lugar donde más lo necesitan, donde la gloria y el poder son el pan de cada día y la corrupción del hombre mancilla al mundo, justo ahí en el cielo de Nueva York, el dedo divino que me recuerda la obra de Miguel Ángel, donde lo humano y lo divino parecen dialogar, un hombre de carne y hueso tentado por la locura -el poeta-, envía un mensaje hacia el cielo. Esta vez ya no hay profeta, ese Dios que un día huyó horrorizado al ver su creación, recibe un mensaje de aliento y esperanza: aquí estamos.


TRES

¿Quién soporta tanta realidad? Es la respuesta que le da Demócrito a Hipócrates en su tratado sobre la melancolía, el hombre que la puede vivir, y no sentir el mínimo dolor ante estos actos de locura, o el hombre que prefiere introyectarse, para cuando menos pensar en su habitar como un punto de felicidad.

¿Cómo soporta uno el dolor humano? Este sólo se contrarresta con el dolor mismo: mi mejilla es el cielo estrellado, el dulce sabor de la cordura y la locura y, al igual que el acto de Miguel Ángel, sucede lo mismo: La creación. La escritura.

*

Masturbarse frente a una obra de arte no es un acto agresivo, sino de un alto grado de conciencia y creación, simbólicamente recrea otra obra, operación matemática de multiplicación, el poeta pretende reproducirse frente a una obra de arte -acto fallido biológico, acertado en lo artístico. Este acto a su vez representa una nueva obra de arte, en este sentido transgredir la realidad del arte es una manera de crear: performance.

*

Luz, luz material, luz corporal, luz espiritual, tres estadios del alma: Luz-Beatriz.
Cómo encarnarla si no conocemos la oscuridad total: amoniaco en su purificación absorbiendo la vida desde sus ojos, la vida nueva es una premonición de lo que vendrá, un mensaje a lo supremo, a lo terrenal. Su rostro no es la imagen de Jesús Cristo, es la imagen del Hombre, del dolor.

*

El cielo: lo inasible, lo invisible, lo inalcanzable, lo innombrable, un puente entre el hombre y lo divino: una mancha en el cielo está a medio día, Amor.

*

Desierto: metáfora de búsqueda, el camino al cielo, a la libertad, a lo imposible: ni pena ni miedo: un barco encalla en el desierto.

*

Arrecife: finitud y totalidad, el libro en el libro, el mundo en el mundo: la poesía

*

Las estrellas son los orificios órficos del exterior del gran día, sólo desde allá podrán ser leídos, respondidos. Los grandes mensajes, no grandes por su dimensión, sino por su intensidad y por su intención: mi mejilla estrellada, la vida nueva, ni pena, ni miedo, diálogo con Chile: el hombre se enfrenta a su ser, a su origen.


CUATRO

Y lo veremos ahí
Y su voz ya no será
Pero sí su mejilla estrellada
Y entonces miraremos al cielo al mar al desierto
Y él seguirá ahí

Y lo veremos ahí
Sin temor ni miedo
Y la noche no será
Pero sí su mejilla estrellada
Y entonces las estrellas cantarán

Y lo veremos ahí
En la vida nueva
Y sus ojos verán
Y vuelo de pájaro habrá
Y entonces el desierto hablará

Y lo veremos ahí
Y lo veremos ahí
El cielo,
El cielo siempre estuvo ahí
Tú no

Entonces no habrá voz
humana que lo pueda entender
entonces el cielo brillará
su mejilla sanará
esa cicatriz
será un canto a su Chile desaparecido
A su inmensa epopeya de libertad.

 

 

 


Texto leído en la presentación del poeta Raúl Zurita en la ciudad de Puebla, el 21 de noviembre de 2005. Este intertexto dialoga con las obras de Raúl Zurita, sean editadas en el cielo, en el desierto, en las cordilleras, en el mar o en la página en blanco.
Iván Baca es ensayista y poeta mexicano.

 
 

Proyecto Patrimonio— Año 2005 
A Página Principal
| A Archivo Raúl Zurita | A Archivo de Autores |

www.letras.s5.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez S.
e-mail: osol301@yahoo.es
Cuatro miradas a Raúl Zurita. Por Iván Baca.