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Aclaración desde los potreros:
Acerca de Cantares, algo desafinados


Cristián Cruz
20 de diciembre de 2004


Tanta es la voladera de opiniones sobre la mentada antología zuritiana, que desde mi precaria opinión desearía aclarar ciertos temas al respecto, y decantar sobre ella mi postura personal, que por lo demás, no le interesa a nadie y menos al grupo mayoritario que la componen.

Soy un poeta de segunda división, un poeta que completa en los partidos, digamos, puedo estar en la galería avivando la cueca o en la cancha sudando La gota gorda. Pero algo me hace pensar que siempre, siempre esa condición de segunda división en la poesía, me hace mirar el asunto con más soltura, nada pierdo, nada gano.

De la muestra puedo aclarar que, a pesar de estar en ella, soy un autor que no sobresale en la misma tanto por las razones anteriores, por mi lejanía de la urbe y por mi relación distante con el compilador. No lo conozco ni estuve de la mano con él, aquel día de su proclamación universal en las letras chilenas.

Pero es difícil creer que en tan poco tiempo, tantos poetas, digamos, al modo de los caracoles, salgan a la luz de manera bautismal, como si una generación espontanea los lanzara a la calle. Tampoco eso es un problema, hacemos mención a nuestro cartel "Chile país de poetas". Con todo esto, el clima que se genera es otro, creo ver entre las sombras, a unos cuantos consejeros de Zurita, Jóvenes por lo demás, y a otro chungo importante, léase en la segunda mitad de la muestra, practicando un canibalismo como arma destructora de la tradición poética chilena.

Todos dirán con esto; este tipo ya nos quiere dar la cacha con eso de que debemos mirar a nuestros antecesores literarios, sagradamente y sin saltarse las fronteras del respeto. O dirán, para qué convertirnos en un refrito de Teillier, Cárdenas o Barquero, quién quiere ser Lihn. Pero me pregunto: y Hahn, Silva Acevedo, Llanos Melusa, Aristóteles España, Pedro Lastra. Cuántos más puedo nombrar, Miranda, Harris, Figueroa y tantos otros.

No existen?, o me los imaginé en una volada poética extraterrena?.

No, para este grupo no existen, no cuentan, molestan las articulaciones lectoras entre nuestros pares mayores y nuestros borroneos secundarios.

La poesía a la manera de Barquero, para quien los oficios eran tan valiosos como la palabra, se ha olvidado. La poesía escrita actualmente por los más jóvenes no quiere rescatar a nadie, no quiere salvar a nadie, no busca a ese eterno semejante como citara Teillier y de quien vienen tantos aciertos en la poesía chilena.

¡Ah!. pero ya salió con las gallinitas y el olor a pradera, éste que debiera darse con una piedra en los dientes por salir citado en tan magna obra.

Del autor no me interesa hablar, como dije antes, no lo conozco, pero creo firmemente que tiene lo suyo en poesía.

Pero, de quién es esa voz que habla a la distancia o revuelve el gallinero, un desdichado patan que no está a la moda o un excéntrico al cual se le cerrarán hasta las puertas del infierno por las declaraciones que tocan la fibra, o simplemente no la tocan, porque no creo que esta nueva masa poética halla leído firmemente la poesía chilena, o la foránea.

De eso me puedo jactar, de ser un buen lector.

Nada que no pueda avizorar en las páginas de la mentada antología.

No porque esté en la primera parte de la muestra, pero creo que se ven buenos puertos en donde atracar nuestras naves.

El crítico de moda, el muchachón exitoso deberá estar pensando con mano ajena cuidar la granja para así salvar la honra de su mentor.

Vamos a jugar en los potreros como los de segundita muchachos, lo descollante está por verse, pues en esa neblina enmarañada de la pseudo poesía nueva, el que no corre vuela.

 

 


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por Cristián Cruz.
20 de diciembre de 2004.