Andrés Sabella

 
 

 

 

ANDRÉS SABELLA
Autor y Personaje

Por Miguel Moreno Monroy
Revista de Educación, mayo-abril de 1980

Un doble norte rige su existencia: uno, el telúrico y natal donde reside; el otro, el espiritual y magnético de la poesía.
Hijo de un joyero, Andrés Sabella Gálvez (Antofagasta, 1912) prefirió trabajar con otros materiales preciosos -los del lenguaje-, engastando cual líricas gemas las palabras.
Nacido veintitres años después que Gabriela Mistral, su aporte en el campo de la literatura infantil es equiparable al de la insigne poetisa. La contribución de Sabella se encuentra fundamentalmente en sus libros Vecindario de palomas (1941), Martín Gala (1952), El caballo en mi mano (1953) y Canciones para que el mar juegue con nosotros (1964), todos de poesía. Una selección de ellos, a la que se agregaron dos nuevas obras suyas, Infancia de cinco estrellas y El azar de la veleta, se incluye en la antología Un niño más el mar (1972). Además, es autor de Chile, fértil provincia (1945), un hermoso libro de prosa poética para los niños de la patria.

La poesía infantil de Sabella es de gran originalidad; se advierten en ella un profundo sentido del ritmo y un notable dominio de la forma. Novedosas imágenes, fantasía, ternura y juego se funden armoniosamente en sus versos; alcanzan, así, esa gracia, esa ligereza, esa feliz alianza de lo cotidiano y de lo maravilloso que los niños verdaderamente comprenden y gozan.

ENTRE CÓDIGOS Y CANTOS

De padre ítalo-palestino y madre chilena, rastreando el posible origen de su vocación literaria, el poeta expresa: "Tal vez, por eso, nací para escribir, porque había mucho sueño disperso en la sangre de mis antepasados. No lo sé, pero sí sé, y lo cuento sin ninguna arrogancia, por cierto, que, desde los tres años, yo andaba con un lápiz en la mano y rayaba paredes y ropas"
... Como un extraño presagio de lo que será su destino, teniendo como bondadosas maestras a sus tías Delia y Martina, aprende a leer en obras de Rubén Darío.
Ingresa al colegio San Luis de Antofagasta y, después de terminar ahí sus estudios secundarios, viaja a Santiago, incorporándose a la Facultad de Derecho de la Universidad Católica. Su creciente interés por la literatura y la actividad política de esos días le lleva a interrumpir sus estudios universitarios. Pero más tarde los prosigue en la Universidad de Chile, hasta concluirlos. Sin embargo, pese a que llegó a ser Ayudante de la Cátedra de Derecho del Trabajo, no se consagrará posteriormente a las leyes, sino a las letras. La historia de su deserción a éstas ha sido contada por el propio protagonista:
"Santiago fue para mí el París de mis sueños literarios.
Pense que vivir en Santiago era, exactamente, lo mismo que vivir en París, sólo que París estaba un poco más lejos y Santiago lo tenía a mano. Para mí, la revista "Letras", que dirigían Salvador Reyes, Hernán del Solar, Manuel Eduardo Hübner, Luis Enrique Délano y Angel Cruchaga Santa María, fue el dulce pan que Santiago me ofrecía, mes a mes. Esperaba, desde el año 1927, la aparición de "Letras", para empaparme de esas voces, de esos espíritus que, desde Santiago, me llamaban como diciéndome:
-¡Tú eres de los nuestros, ven, ven!
Fue lo que hice. Fui a Santiago a hacerme escritor, no a hacerme profesional de ninguna carrera. Esto explica por qué me demoré, prácticamente, once años en terminar mis estudios. Iniciados el 32, de ahí hacia delante, los dejaba, daba exámenes de vez en cuando, o, sencillamente me olvidaba de darlos. Así, cuando los terminé, era realmente una especie de "Campeón de resistencia universitaria". Pero me sumergí en la vida político-universitaria: dirigí revistas, conocí mucha gente, di mis libretos a mucha gente, convencido de que nunca abriría mis códigos en un bufete profesional. Por de pronto, los regalé, porque fue como arrojar lejos armas que no me correspondían, dejando sencillamente, en mi poder, las armas que yo quería: los libros de poesía, los grandes libros de la creación literaria."

TIEMPO Y OBRA

Narrador, poeta, ensayista, periodista, crítico literario, miembro de la Academia Chilena de la Lengua desde 1978, Sabella cumple, por estos días, cincuenta años de permanente creación literaria.

Fundador y director de muchas revistas, publica en la actualidad los cuadernillos de poesía "Hacia", en los que durante veinte años ha proclamado lo que constituye todo un programa de esperanzada humanidad:

"HACIA la tierra
madura de paz y abundancia.
HACIA el hombre
jubilosamente libre.
HACIA la poesía
en hermandad con la justicia".

Autor de alrededor de treinta libros, se da tiempo, además, para colaborar en diarios y revistas del país, participando, por otra parte, en audiciones radiales y en diversos actos públicos organizados por instituciones de Antofagasta que solicitan y obtienen su generoso concurso.

Es, también, un original dibujante, con exposiciones y premios, que admira, entre otros, a Matisse y a Picasso. Sobre éste, en un artículo aparecido en 1972 en "La Estrella del Norte", de Antofagasta, escribió: "Ya es hora de divulgar que si la paloma ha logrado conquistarnos es porque Picasso la retocó. Y si el mar está joven se debe al maquillaje portentoso que le hizo este artista".

Se comprende mejor así el título de uno de los últimos libros del poeta: El mar tiene veinte años.

EL MAESTRO

Doctor Honoris Causa de la Universidad del Norte, por "sus méritos intelectuales y por su obra al servicio del Norte de Chile", Andrés Sabella, académico fundador de la Escuela de Periodismo de la Universidad y docente del Departamento de Letras, es un profesor de selección. Sobre ello, un solo testimonio: en el acto de entrega de dicha distinción académica, en 1977, el Rector Delegado de la Universidad del Norte, Jaime Oviedo Cavada, manifestó:

"Los maestros y periodistas formados en esta Universidad han sentido el hálito de Andrés Sabella, llevan las huellas y el calor que él imprimiera en sus moldeables arcillas de alumnos. Llevan una lección maravillosa de entrega, de humanidad, de modestia, de excelencia académica y profesional.
Andrés Sabella, usted ha contagiado a sus alumnos y también a quienes no lo conocieron en la cátedra, sino en los claustros de esta Alma Mater, en sus largos pasillos. Los he visto parados a la sombra o a pleno sol, escuchando la magia de su palabra y absorbiendo la lección que no tiene pretensiones de tal, que se da sin pensarlo y que brota de lo más hondo de un hombre consagrado a la batalla del espíritu".

Ésa es la batalla de esta poeta de la pampa y del mar, del minero y del pescador, que ha cantado bella y hondamente a su patria, su región y su ciudad natal, Antofagasta.

Ésa es la victoria de Andrés Sabella, autor de una vigorosa y original obra, y, a la vez, perosonaje singular de una historia, la suya, que colinda ciertamente con la maravilla.

 

ALGUNOS LIBROS DE ANDRÉS SABELLA

Rumbo indeciso. Poemas, Editorial Nascimento, Santiago de Chile, 1930.
Gómez Rojas: realidad y símbolo. Edición de la Federación de Estudiantes de Chile, Santiago de Chile. 1937
Crónica mínima de una gran poesía. Chile en la Poesía y expresión de sus poetas. Libros y noticias de 48 poetas jóvenes. Editorial Nascimento, Santiago de Chile. 1941.
Vecindario de palomas. Poemas. Editorial Nascimento, Santiago de Chile, 1941.
Norte Grande. Novela del Salitre. Editorial Orbe, Santiago de Chile, 1944.
Chile, fértil provincia. Editorial Zig-Zag, Santiago de Chile, 1945
Sobre la Biblia un pan duro. Colección "La Honda", Editorial Cultura, Santiago de Chile, 1946.
Martín Gala. Ediciones Marsa, Santiago de Chile, 1952.
El caballo en mi mano. Ediciones Marsa. Santiago de Chile, 1953.
Pueblo del Salar Grande. Ilustre Municipalidad de Antofagasta, Antofagasta, 1954.
Semblanza del Norte chileno. Editorial Universitaria S.A. Colección Saber N°4, Santiago de Chile, 1955.
Poemas de la ciudad donde el sol canta desnudo. Colecciones "Hacia", Antofagasta, 1962.
Canciones para que el mar juegue con nosotros. Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 1964.
Hombre de cuatro rumbos. Antología del Norte Grande. Editorial Orbe, Santiago de Chile, 1966.
Altacopa. Libro-disco. Editorial Universitaria, S.A. Santiago de Chile, 1970.
Un niño más el mar. Selección, Prólogo y Notas de César Díaz-Muñoz Cormatches. Ediciones Nueva Universidad, Universidad Católica de Chile, Santiago de Chile, 1972.
Historias para el relámpago. Ediciones "Arbol de Fuego". Caracas, Venezuela, 1977.
El mar tiene veinte años. Editorial Nascimento, Santiago de Chile, 1978.
La paloma de cemento. Editorial Nascimento, Santiago de Chile, 1978.

 

JUICIOS ACERCA DE SU OBRA

….. "Los que conocemos a Sabella no ignoramos que una de sus características más visibles es la de representar la realidad o el sueño en una copiosa sucesión de imágenes. Cualesquiera de ellas van complementando, de modo siempre inesperado, las visiones que arrancan de las otras en vibrante chisporroteo. Las palabras, cargadas de electricidad, revientan en el aire y lo inundan de cintas multicolores, de una música imprevista. Sonido y color se persiguen para crear figuras que suelen ser un buen hallazgo de la imaginación".
Hernán del Solar, en "El Debate", 18 de abril de 1953.

….. "Sabella saca motivos de la naturaleza mineral, llenándola de fantasías y transfigurando poéticamente el medio circundante".
Milton Rossel, en "Zig-Zag", el 18 de octubre de 1947.

….. "Mi querido Andrés Sabella: Leí y celebre en muchas partes sus poemas de niños, agradeciéndole a cada paso el que se haya acordado de ellos y el que no trabaje solamente para los grandes. Y le he agradecido haber puesto una infinidad de poesía –de metáforas y amor palpable- en ese libro pequeño y generoso a la vez".
Gabriela Mistral. (En carta enviada al autor, desde Brasil, en julio de 1944, refiriéndose a la obra Vecindario de palomas).

 

SELECCIÓN DE TEXTOS DE ANDRES SABELLA

 

LOS VOLANTINES

…..También jugué yo con volantines:
aprovechaba el viento del mar, en una playa donde las gaviotas raspaban sus alas para mantenerla blanquita y acogedora…

….. Contra un cielo límpido, donde jamás gruñía el invierno, garabateaban mis volantines sus caprichos.

….. El mar hacía coro a mis gritos: era mi compañero de guardapolvo azulejo.

….. Yo creía poseer infinitos corazones. Y, cuando encumbraba un volantín, pensaba, seriamente, que uno de mis corazones salía de paseo por el cielo.

(De Chile, fértil provincia…)

 

EDICTO EN LA PLAZA DE TRAPALA

Baje la nube por la escalera,
¡baje ligera!
Póngase el congrio sombrero y guante,
¡oh, qué elegante!
El río quede como pulsera
De la palmera;
Y entre las patas de un elefante,
La luna cante.
Suene la cola de las ardillas,
dancen las sillas,
trine la rana.
Dentro del bosque de un viejo cuento,
Se casa el Viento
Con la Campana.

(De Canciones para que el mar juegue con nosotros)

 

OJO DE GAVIOTA

Pequeña perla del viento,
el ojo de la gaviota
podría ser una gota

De firmamento

(De El mar tiene veinte años)

 

SARAO DE BIENVENIDA A UN NIÑO

Entra el faisán al castillo
De mi tía Juana Rana.
Con la noche en el bolsillo
Entra, también, la faisana.
Apenas comienza el grillo
a tocar una pavana,
en un vértigo amarillo
bailan faisán y faisana.

(Del libro inédito Tú no tienes fin)

 

 

 

 
 

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