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"Tardanza del Fuego"

(Poemas inéditos de un libro próximo a aparecer titulado "Tardanza del Fuego")

Sergio Ojeda Barías






Se miran
sin complicidad
A estampidos
amanece

 

La ciudad
es una isla
que perdió sus gaviotas

 

Las estaciones
trazan una cartografía
cuyas coordenadas
............. ............ abandonaron la ruta

 

Leemos imágenes desbordadas
y en cada seña un atisbo.

 

Nuestros ritmos enchufados
recuerdan ceremonias
que iniciamos
........a corta edad

 

Las estaciones
maquillan la ciudad

Los habitantes retroceden
cubiertos en trozos sombríos

El mar se ha retirado
a nuevas orillas

 

Lo cierto es que aquí
nunca hubo océanos
y nos conformamos con imágenes líquidas
................... ..........desvanecidas en el cuerpo


La ciudad - ahora-
es un árbol sin raíces
un mapa sin puntos cardinales
y -desde el borde- tú
pretendes
fotografiar el paraíso.


Las cabezas
archivan sus ojos
y el play
inicia un estribillo
en la penumbra de la bocacalle

Ella posa su calor
en un cuerpo que atardece
y en esa imagen lenta
cubre los días con presagios
y augurios de folletín.

Abandonadas
en festines de piel
las luces se refugian
en un recuadro de la vida
Anocheció
en la solapa del planeta
y es hora
de guardarse en la herida

La ciudad
quema sus naves
mientras cae el diluvio.

La muchedumbre
grito y desesperación
descuelga sus frutos
en el campo de batalla

El anverso de la vida
sucede como tráfico
y nos tiñe
huérfanos de colores.

En ese transcurso
conviven los que
-brújula en mano-
aprenden a leer sucesos
y a migajas
desprenden sus imágenes
En el acecho
deambulan indiferentes
tras su presa
Luego:
depositan
semillas de locura.

 

Él
tiene un reloj oxidado
y un gato que duerme
escuchando a Mozart
Apurado
destiñe sus zapatos
pensando qué dolor
habitará en la palabra

No importa
el gato duerme
él respira
y
afuera ha empezado:
"El delicado sonido del trueno".


En algún vagón del metro
todo arde
e inicia un tema de Hendrix.

 

Buda
ya está en casa
-A estas alturas
es uno más del lugar
pagano, occidental y suicida.

 

Eso le hace ver mejor
lo empuja por una senda
de carnalidad.

La soledad
turba de imágenes
donde reproduzco lentamente
las visiones
Percibo
que nos envolvemos
en algún juego de lenguaje

El ritmo se cuela
como mecanismo
interminable en mis células
......... y las tuyas
Arrepentidos
de la culpa
imaginamos una debacle extraña
y ya queda el acto, queda el píe
quedamos solos
quedas.



Hay límites
en el mismo lugar.
No cambian de calendario
ni de mirada
y dibujan el telón
que conocemos.

 

 

Ellos
nos cruzan como puentes
y nos recuerdan algo
se nos aparecen en sombras
y sospechamos

Creemos haber soñado esas fronteras
o haberlas compartido
Ignoramos
dónde acaban
ignoramos que nuestras presencias
no escogen caminos.

Muchas veces
al otro lado de la vereda
nos entrelazamos en ese devenir
sin dejar huellas de nada
Podía ser cualquier tarde
difusas señas
al ritmo de un borrador
inundando el agujero

Caía después
un aire azul
sobre los puentes
(esos que ilustran historias de terror)
Los lugares
llamados a recordar
se encapsularon y fundieron
en una estatua de sal

El lugar
de los afiches
y el afuera de nuestros cuerpos

Aferrados
a una agenda inconclusa
como si huyéramos
hacia la parte faltante
del rompecabezas
nuestros lugares en el vacío
pertenecen al paisaje.

En ese gesto lento
que se apoza en la retina
cambia el rumbo
de nuestras apetencias

y en el sentido contrario
de la carretera
.............. . suceden las cosas

Parece que nada
estuvo en su sitio
y tuvimos que arrendar
algunas historias
Guarecidos en la sospecha
como visión
somos paso al frente
Nuestros registros
están disponibles
en fotocopia a baja resolución.

Florecidos
miles
....... de estallidos

ocupan un lugar en la tierra
descienden de los escombros
(son los cielos que habitamos)

Cada puerta
un sello
la promesa
una traición

Difuso
el boceto cuelga
de esta historia
Nada acontece
en el habitar de las palabras

Este argumento
es un borde sin líneas
que depura el tono de los colores

No hay trazo posible
en estos pincelazos
una paleta de inimaginables
tonos y desentonos

La pared es el musgo
El puente quebrado
ue parecía una nueva ruta hacia
...................... ..................... el jardín

Un fondo
sin comentarios
ni acotaciones.

 

Una tormenta de pájaros
que traduce la vida
Ese breve límite en llamas
fluye a borbotones
desde la ceniza
Fluye la mirada inquieta
desde el peldaño más alto.

Deshojada
quietud de lo inmóvil
que atardece en tonos miel
En la profundidad de este odio
un puñetazo seco en el alma
despierta
Vamos de las manos
entretejiendo discursos
ausentes de destino.
Y desde la distancia cierta
bosquejando estos límites,
las fronteras permitidas
se cristalizarán en el frío.

 

Desde ahí hasta el final
hasta concluir con los delirios
una madeja elucubraciones
sobre cosas que nunca serán.

Cosas sin germinar
hasta sellar los delirios
El canto de las heridas
tatuadas y grabadas a fuego en la cercanía de estos mundos.

 

 

SERGIO OJEDA BARÍAS, Nació en Puerto Natales en julio de 1965. Es periodista, actualmente Editor del Periódico Literario "Carajo". El año 2000 editó el libro poesía "Pedazo de mundo". Docente de la Escuela de Periodismo de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano y Director de la Biblioteca del Círculo de Periodistas.

 
 

 

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"Tardanza del fuego".
Poesía de Sergio Ojeda Barías.