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      Echar raíces en la 
      arena que remueve el viento 
      ( no es fácil ) 
       Lo que olvidé decir antes de 
      partir 
        
      
        
        
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             Soy el doble 
            que alguien ve en la multitud a la hora del vértigo: peso y 
            cielos desfallecientes. Pero cualquier cosa es motivo de 
            alborozo; un payaso, un organillero, el crujido de una 
            hoja, cuando nos preguntamos para qué esperar tanto si las 
            nubes caen como fuegos artificiales y yo, pantalones de pana y 
            chaqueta de cuero, en los bolsillos llevo un libro y una 
            petaca y sueño hundir mis suelas en la arena de la playa tal 
            si fuera el parque en donde ahora camino entre el murmullo de un 
            sin fin de personas cuando Santiago se despoja de sus 
            máscaras. 
            Cualquier 
            cosa debería contentarnos el vapor de una taza de café, los 
            círculos imaginarios que haces volar en el aire, una postal 
            llegada desde Europa. Este parque se parece a una ciudad 
            cautivante como si sus desperdicios se esfumaran ante tu 
            mirada. En tanto, dejas correr ríos sobre la mesa de algún 
            restaurante.  
            Hay algo 
            subterráneo en Santiago, rostros inimaginables, muchachas 
            rapadas, ciegos; seres que como nosotros creen alejarse por un 
            instante del frío, del miedo y de la 
        muerte.  |   
        
      
        
        
          
            
            Fuga 
            Al fantasma de Rita en la poesía de Germán 
             Caminar, siempre caminar como la que partió hacia otra 
            parte con un morral de planes e ilusiones, dejando sin musa al 
            soldado sucio con saliva de palabras. 
            Nos parecemos a ella, manchando de tinta los 
            papeles, empuñando algo en la despedida. Intentando desbaratar 
            el sentido de las horas. Quizá porque nadie ha llegado a 
            conocernos y ese sea nuestro triunfo. 
            Cerca nuestro, objetos que callan y escuchan, trozos de 
            lunas que inventaba para seducirte, casas deshabitadas y sin 
            césped en las que nos amábamos violando cerrojos. 
            Así como la vida, la fiesta siempre está en otro 
            lugar; tal vez en Edimburgo, Quintay o Valdivia pero la llama 
            que queda en nuestros ojos ..................... nos acompaña cuando 
            partimos .................... y 
            olvidamos las fosas que se abren ................... cada día.
 
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            iii 
            Cicatrices y estrellas 
             Quiero 
            hablar de ti 
             A lo lejos, luces que se alimentan de nuestras vidas. Es 
            necesario despercudirse, escapar a los absurdos designios de la 
            muerte, buscarse en otros destinos, y arengar locuaz ante el 
            espejo. Mas hay árboles de noche, casas apenas iluminadas por 
            constelaciones lejanas al tedioso Santiago. Despierto bajo un 
            cielo color té y vino blanco. 
            Y 
            tú, centinela de una magia perfectamente factible, fiel y única 
            amiga, escorpión del día real, nacida en la primavera de 
            Santiago prolongas este viaje de vuelta a lo nuestro. 
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        PAÍS INSOMNIO Be-uve-dráis Editores. Santiago de Chile. 
      2000 40 páginas. 
  
      
         
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