"Falta", poesía de Víctor Hugo Díaz 
      Días de bajón
    Por Fernanda Donoso 
      La Nación, 
      Miércoles 12 de marzo de 2008
  
           Víctor Hugo Díaz se deja llevar por el curso intermitente y entrecortado, lo   que queda de pequeñas historias neblinosas que debe narrar, pero nunca   linealmente, historias inconclusas donde hay complicidades, parejas endeudadas,   cortes inminentes de luz o de agua, muertos insepultos debajo de los puentes,   niños en una redada del Sename, marginalidad. 
          "Falta" es una breve colección de poemas que no hace concesiones a nadie, y   mucho menos a ciertas alegrías demasiado frágiles. Es una poesía desolada, con   raros momentos de juego. Después de todo, la  palabra falta es otro modo de decir   ausente.
palabra falta es otro modo de decir   ausente. 
          Víctor Hugo Díaz hace un retrato en movimiento de un país y de una ciudad con   demasiados heridos. Al final puede dejar el efecto minimal de un discurso   entrecortado, a ratos feroz, a ratos lejano. En algunos momentos, es como leer   una mente sorprendida de sus propios hallazgos -"Nunca es tarde para perder   algo". "Solo falta el cuerpo. Eso falta"-. O: "Hay que infligir el mayor daño/   porque si se mira bien / el desierto está lleno de vida / (las piedras por   ejemplo) maniobrar, avanzar con armas clásicas: / teléfono, control remoto,   llamadas perdidas, / silencio radial / no lo conozco y no lo quiero conocer,   etc.", en un poema llamado "Fuego amigo".
          El autor de "Doble vida", "Lugares de uso", "No tocar", se deja llevar por el   curso intermitente y entrecortado, lo que queda de pequeñas historias neblinosas   que debe narrar, pero nunca linealmente, historias inconclusas donde hay   complicidades, parejas endeudadas, cortes inminentes de luz o de agua, muertos   insepultos debajo de los puentes, niños en una redada del Sename, marginalidad. 
          "Sí, tú eres el culpable del contagio / Ave de caza esquizo / que propaga la   enfermedad / Víctima y verdugo que abrió la puerta a los roedores / permitiendo   que se reproduzcan / El que mató a su familia/ o la abandonó en el desierto de   la pobreza".
          Después, el que falta está en todas partes, en la ropa que cuelga sin   contenido en un patio, en los que se fueron o llegan de uno u otro modo, en la   brujería de una Penélope moderna que teje y desteje sin esperanza, en el cuerpo   no destinado al placer, ni a la risa, ni al baile. Víctor Hugo Díaz escribe   sobre un Chile pálido y temible, el Chile de las canciones pegajosas-tristes,   que sobrevive en los no-lugares, que va por las calles y los ascensores en un   estado de ánimo fatal. El hablante es un "afuerado", diría Raoul Ruiz ("Los   chilenos somos afuerados"), un bajoneado, que habla desde la dificultad y   encuentra otro lenguaje, propio y distinto. 
          Jamás dice yo, ni tú: habla siempre desde una borrosa tercera persona, desde   un cuidado desapego verbal. Pero sobre todo, "Falta" no está hecho para   entretener, sino para desafiar: "Lo único terrible sucede a plena luz/ a ojos de   todos".
          FALTA
              Víctor Hugo Díaz
                Editorial Cuarto   Propio
                Santiago, Chile, 2007
                47 páginas