Violeta Parra
 
 


Las Décimas
de Violeta Parra: Del Yo Individual a lo Universal

El yo lírico que se plasma en las Décimas trasunta un conjunto de experiencias universales en un estilo narrativo que, desde la lectura ingenua a la especializada, es inmediatamente reconocido como universal.


por María Ester Martínez Sanz, Ph. D.
Pontificia Universidad Católica de Chile


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..... En la antigüedad clásica los poetas sellaban su pacto con la verdad encomendándose a la Musa; Violeta Parra, en cambio, inicia sus Décimas invocando la "fuerza de un gallo castizo" que puede "asombrar hasta el diablo con muchas bellas razones." ¿Acaso los sobresaltos que las penas del alma le ocasionan al pensamiento oficial?
.... El yo poético subraya su propósito de veracidad cuando asegura que nada se lo impedirá:

A Dios pongo por testigo
que no me deje mentir,
no me hace falta salir
un metro fuera' e la casa
pa´ver lo que aquí nos pasa
y el dolor que es el vivir. (36)

..... Esta cita junto a los versos anteriores tienen un carácter declarativo que impacta con una fuerza y belleza equivalentes a las de la naturaleza cuando se destata una tormenta. La declaración coloca al lector en un estado de ánimo especial, deberá prepararse para que lo que narre la poeta lo afecte, pero -para que se convierta en experiencia humana- necesitará de altura de miras y conciencia de historia. ¿A qué historia se refiere? A la de Violeta Parra, vivida en la vulnerabilidad, lo que es, también, la experiencia de muchas otras mujeres.
..... El gallo castizo, como emblema de lucha y de entrega a una causa, está presente en la cultura popular desde los orígenes de América Hispana, cuando se enraizó como símbolo de libertad. Con esta imagen, la poeta nos asegura que su historia trascenderá los límites de su persona, familia y amigos. Sus Décimas versarán también sobre un pueblo, tal como Gabriel García Márquez lo sugiere con la imagen del gallo en El coronel no tiene quien le escriba. En este relato, el hijo es asesinado mientras lo prepara para la pelea más importante de la temporada, acontecimiento que lleva toda la carga simbólica de la libertad, la misma causa a que se habían consagrado sus amigos y finalmente, el coronel, su padre.
..... La décima como género lírico híbrido llega al Nuevo Mundo en el período colonial. Se deriva de la poesía culta de los siglos de Oro y del zéjel moro y judío del sur de España; su carácter reflexivo permite la expresión de lo íntimo. Violeta Parra la elige para cantar su vida, la que describe como un jardín abonado con fe y esperanza. En estos versos, el lector percibe que debe hurgar y cavar profundo hasta encontrar el verdadero sentido de esa realidad, que es la de nuestra tierra.
..... Desde el comienzo, Violeta Parra vincula su experiencia con lo auténtico: el agua cristalina y los frutos maduros. Al igual que Gabriela Mistral en "Elogio de las Materias", Violeta Parra muestra al agua como algo maravilloso y vivo. Para Mistral, es un espejo "que corre con los semblantes del paisaje" de todo lo creado. Ella y Violeta Parra subrayan un paraíso ya perdido. La autora de las Décimas lo hace con comparaciones que señalan la precariedad de lo fabricado por el hombre:

lo que fue vino, hoy es tinta;
lo que fue piel hoy es paño;
lo que fue cierto, hoy engaño
...................................................
lo que miran por seno
no es nada más que nilón.
Pregunto con emoción:
¿Quien trajo tanto veneno? (35)

..... El ubi sunt coloquial de Parra marginaliza los centros culturales; lo que Jorge Manrique expresa en el verso "¿qué se ficieron los Infantes de Aragón," ella lo hace con las montañas y el agua de los ríos.
..... La identidad que Violeta Parra construye como autora, voz poética y protagonista intenta crear una verosimilitud realista, sobre todo cuando la voz en primera persona enuncia un pacto autobiográfico con la verdad de lo narrado: autor, narrador y protagonista quieren hacerse uno. Para hacerlo, la voz en primera persona se desdobla en una tercera, se transforma en un yo, para nuevamente regresar a una voz impersonal. Esto sucede principalmente cuando Violeta Parra se traslada a su niñez y juventud, pero cambia a un yo en el presente, porque la descripción de una vida no puede presentarse simplemente como imagen de vida, ya que se vive, día a día. La exigencia emocional del yo lírico al enfrentar pasado y presente juntos, cuando compone el pasado, es tremenda y la obliga a constituirse no en una voz que observa objetivamente, sino desde la perspectiva de sus pasiones, contradicciones y complejidades. El hecho de que no exprese dudas y fabule libremente no es un asunto que pueda ser objeto de cuestionamiento, porque es un yo omnisciente que elige aquello que la marcó y la seguirá marcando. La reflexión posterior a la experiencia sensorial y espiritual le entregará comprensión, entendimiento y conocimiento de sí misma. Al narrar su vida, la voz autorial de Violeta Parra, poeta y protagonista, está satisfaciendo una necesidad de su propia naturaleza: expresar la verdad a través de su propia verdad.
..... Las imágenes que cultiva Violeta Parra en las Décimas se convierten en metáforas de la mujer heterosexual de todos los tiempos y espacios. Como diría James Olney (estudioso del género autobiográfico), la autora crea una imagen de sí misma capaz de imponer orden al caos personal y, a diferencia de lo que observa Soledad Loaeza sobre este género, los hilos de sus ideas y sentimientos no se trenzan con los aires de su tiempo y de su medio para atrofiarse y cruzarse de una determinada manera.
..... Las Décimas tienen una marca femenina y deben estudiarse como tal. Hay poetas que narran su vida, por ejemplo, la norteamericana Adrianne Rich, pero ella lo hace de una manera muy singular, prescindiendo de lo masculino y rechazando lo propiamente femenino. Como dice Barbara Johnson, Rich en "To a Poet", declara no aceptar los roles femenino. Por el contrario, Violeta se retrata a sí misma y, por ende, a la mujer, en directa relación con el hombre, la mujer como esposa, compañera y madre, y la posibilidad de realización en cada uno de ellos, dejar de reconocer que el sacrificio y el olvido de sí misma es algo muy lejano al estado de éxtasis que la voz tradicional consagra como propio de la mujer madre. De hecho, Violeta Parra describe con imágenes desgarradoras sus distintos estados emocionales, los momentos en que se construye y toma conciencia de sí misma, a la vez que reflexiona sobra la verdad del padre y de los abuelos, la ternura de la madre y de las abuelas, la realidad del que fue su marido y sus otras parejas, el sentmiento que experimenta por los hijos, la muerte de la infante y las otras experiencias que enfrentó en soledad. En la sección "Verso por confesión" hay un cambio muy ágil de voces, según quien haya sido responsable de la acción. La madre habla en primera persona para mostrar que acepta con dolor, pero conscientemente las consecuencias:

cuando yo salí de aquí [para Europa]
dejé mi guagua en la cuna,
.................................................................
el mundo será testigo
que hei de pagar esta falta.

..... En cambio, la autora vuelve a una tercera persona para declarar que la niña Violeta era inocente, ya que "el destino traidor, le arrebató sin piedad / por puro gusto no más, / su bonitura y candor" (47). Esta maldición sigue viva, por lo tanto, es la voz en primera persona la que debe afirmar el sufrimiento se ser "maleza / porque parezco un espanto." El yo sabe y seguirá experimentando que "la peste es un gran delito / para quien tiene su huella" (49).
..... Violeta Parra inicia las Décimas dejando en claro la característica principal de su discurso: verosimilitud de espontaneidad, lo que ella narre saldrá de lo hondo de su corazón, sin censuras ni elaboraciones. Es una cualidad que proporciona autenticidad al yo cuando confiesa sentimientos y percepciones. Se trata de experiencias que puede expresar poéticamente porque, como le dijo Nicanor, su hermano, [tú] conocía la treta / de la versá popular" (25). Al aceptar este desafío, se reconoce dueña de un talento que exige ponerse al servicio de los otros. Se resiste pero con humildad declara:

igual que jardín de flores
se ven los campos sembra´os,
versos tan delica´os
que son perfeutos primores;
ellos cantan los dolores,
llenos de fe y esperanzas. (26).

..... La autora ha comprendido que su voz sirve "pa´ dar el grito de alarma" (27) a los que quieran o necesiten escucharla. Así, el magnetismo que brota de cada verso y estrofa confiere dramatismo, sin que por ello las experiencias pierdan un ápice de dignidad.
..... La personalidad cálida y vigorosa de Violeta Parra se destaca en las Décimas con un sello inconfundible de humanidad que hace al lector sentir que su experiencia se ahonda sin falsos pudores. Es la historia fuerte y valiente de las mujeres que luchan y se levantan por su propio esfuerzo, sin doblegarse jamás.
..... Las obras biográficas generalmente presentan una perspectiva o estructura lineal, a pesar de no ser ésta la forma más adecuada para contar una vida, puesto que la experiencia no se da linealmente y tampoco se recuerda en su cronología. En las Décimas, la voz del poeta muestra momentos del ser que están presentes a lo largo de sus recuerdos. En este sentido, el uso del tiempo va desgranando los hechos tal como se desgrana la vida, sin un plan preconcebido. Sin embargo, el desarrollo de este despliegue y la recurrencia de los temas no arroja un mejor entendimiento de Violeta Parra o de su vida, por el contrario, a medida que más conocemos, más misteriosa e inconmensurable se nos hace.
..... Como todo relato biográfico, las Décimas muestran un viaje. En este caso, no es un viaje íntimo o una toma de conciencia de una experiencia privada o meditativa, por el contrario, se torna en algo más bien público: la gran andanza de las Violetas por un amplio territorio geográfico y experiencial. La protagonista, como tantas otras mujeres, recorre etapas de dolor, angustia y dificultad, siempre con ternura, solidaridad, amor y simpatía.
..... Otra de las cosas que llama la atención a lo largo de la obra es la agilidad con que se despliega. Es una dinámica que, sin duda, está dada por la forma poética, la décima espinel, pero también por la manera con que ella enfrenta la vida. El presente es breve, sin embargo, está dosificado o repartido de tal modo que irrumpe continuamente en la historia que narra, la cual toma años y se hunde en leyenda. cada momento presente va determinando el recuerdo que brota desde lo más hondo del corazón de la poeta.
..... León Edel sostiene que el relato biográfico se estructura creando un retrato a través del cual el protagonista enmarca su entorno y, por este proceso, se legitima como protagonista o narrador omnisciente de su historia. Es lo que hace Violeta Parra en sus Décimas donde da cuenta de la vida e historia de un clan. La voz poética toma un carácter de oráculo que, aunque no revele sueños, está atisbando la realidad. Al capturar la memoria, el yo se hace más sabio, ha aprendido de encantamientos y secretos de curandera. Los temas son determinados por los fantasmas que rondan al yo cuando transcribe su vida. Entre la figura de la madre que predomina y la del padre que se atenúa, el yo hace un bosquejo no comprobable, con pérdidas, en la medida en que la memoria escapa hacia lugaresy tiempos familiares en que la vida no era fácil ni política ni económicamente. Es la vida del clan Parra y por eso caben abuelos, vecinos, amigos, convicciones políticas y culturales, y también la especie.
..... Esta modalidad descriptiva cobra el carácter de una revelación en la que las experiencias, imágenes de objetos y situaciones cotidianas se revisten de más realidad y, con esto, favorecen una aprehensión dinámica capaz de ser hecha carne por los lectores. Las Décimas se transforman así en obra de arte por su peculiar proceso de enmarcamiento, por su audición curandera de la memoria del clan, por sus bosquejos fallidos de una patria madrastra, castigadora, que trascienden el territorio de lo evocado como un espacio propio, peculiar del diálogo familiar entablado por la protagonista con nosotros, sus lectores. Es el motivo por lo cual lo narrado por Violeta Parra no neceista de confirmación, lo que ella hace en cada una de las décimas es rescatar sus recuerdos y sentimientos y expresarlos en motivos que se van repitiendo a lo largo de las distintas secciones. La vida aparece como si fuera un fresco múltiple, con muchas perspectivas, altos y bajos; las cicatrices que la marcan y distinguen están claramente delinedas, sin exageraciones o transformaciones, ni siquiera por acontecimientos que se esfuman. Es el itinerario de un alma, las más de las veces sin pasaporte, pero con epifanías y, sobre todo, momentos de revelación. Los versos transmiten una variada gama de percepciones, opiniones y sentimientos, a veces en forma contradictoria, como la vida. En ningún caso hay aprobación o desaprobación moral, el discurso es una toma de conciencia de que el ser humano es falible. La vida se hace palpable mostrándola como un proceso de reconocimiento de cicatrices y verdugones. Este vero movimiento Violeta Parra lo llama cantar la vida "pa´dar el grito de alarma".
..... En resumen, la veracidad poética de las Décimas: autobiografía en verso transforma el aquí y el ahora de una mujer llamada Violeta Parra, en símbolo de lo femenino. El yo poético revela imágenes tan preñadas de significación, que las ideas y sentimientos devienen un discurso cultural y, claramente, una conciencia femenina heterosexual. Lo poético deja de ser metáfora del yo autobiográfico, para transformarse en identidad que no requiere de justificación. El imaginario se hace más poderoso que lo verificable, por lo tanto la objetividad se impregna de sentimiento, pierde subjetividad y se universaliza, lo que Violeta Parra es universalizar su particularidad de borde para legitimarla. No se trata de la universalidad sino de la suya, propia: universalidad de su particularismo.



BIBLIOGRAFÍA

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en Taller de Letras
Noviembre de 1997.



 
 

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