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Armando Roa Vial en Vuelan las Plumas


TRATO DE ESCRIBIR

........................ DESDE MIS DEMONIOS


Miércoles 31 de marzo de 2004



El multifacético escritor Armando Roa Vial expresó en Vuelan las Plumas que no escribe para el mercado ni se deja seducir por las modas. "Trato de vivir apartado de los poderes fácticos y de las pandillas literarias", afirmó en el programa literario de Radio Universidad de Chile, conducido por Vivian Lavín y Mario Valdovinos.

Armando Roa Vial -poeta, narrador, ensayista, antologador y traductor- puede definirse como un escritor solitario . Dice que trata de vivir apartado de los poderes fácticos, de las pandillas y de los "sindicatos"; que huye del anquilosamiento que viven muchos sectores de la cultura, como universidades y editoriales.

En esta actitud, dice, tuvo mucho que ver el ejemplo de su padre, el gran siquiatra y humanista Armando Roa, quien gustaba de un mundo plural, sin casillas ni compartimentos estancos, sin trincheras ni cortapisas. Un "antifrívolo", como la calificó el gran escritor Carlos Ruiz-Tagle.

Armando niño y adolescente vivió el compartir con grandes figuras de la literatura y la intelectualidad, provenientes de todos los sectores, quienes disfrutaban de la hospitalidad y la conversación en su hogar. Su padre pertenecía al notable grupo de la Generación del '38 y fue muy amigo de Huidobro, Neruda, Eduardo Anguita, Enrique Lihn.

Su padre también le abrió tempranamente el mundo de la poesía, y así se aficionó a los escritores ingleses que destacaban dentro de la biblioteca paterna. A los 13 años ya leía a John Keats, William Blake y Ezra Pound.

Dice que la herencia de su progenitor también está en los valores éticos que no "transa" con el mercado. Por eso siempre ha tratado de escribir desde sus demonios, desde su verdad literaria, sin importarle lo que está de moda ni lo que "sea aceptado como válido socialmente ni políticamente correcto".

Agrega que cada texto se transforma con el lector y por eso él no escribe pensando en determinados críticos ni en públicos específicos, sino en la mejor forma de entregar y plasmar lo que está ocurriendo en su interior.

Dice que uno de los grandes mitos de la cultura es verla como sinónimo de tolerancia, pues hay mucha tendencia a encasillarse en poderes fácticos que ven con recelo a quienes sólo tratan de ser fieles a sí mismos.

ROA UNO Y MULTIPLE

Roa es abogado y dice que eligió esa opción profesional, porque en dictadura lo grandes maestros no estaban en las cátedras literarias. "Derecho aparecía como una opción más rigurosa que la literatura". Dice que hay áreas del estudio del derecho que son muy interesantes y que fue una rica y sólida etapa formativa.

Pero Roa es múltiple en el resto de sus definiciones intelectuales. Es, también, traductor, un oficio muy especial en que dice que se mezclan muchos elementos. "Cada idioma tiene matices únicos e irrepetibles y uno tiene que hacer un trabajo recreativo, se juega con determinados márgenes y hay casos en que tiende a primar la fidelidad y otros en los que uno se aparta y hace más bien un diálogo muy rico con el autor".

Agrega que hay una "suerte de despersonalización". Agrega que "uno se sale de sí mismo y se pone en el papel, en los sentimientos del otro ". Es un ejercicio muy sano para aprender , como dice el poeta Eduardo Llanos, a tener un "ego portátil", tratando de lograr la negación para alcanzar el que la poesía no sea sólo un vehículo de emociones personales, tratando de lograr una mayor universalidad.

ROA Y TEILLIER

Armando Roa contó a los conductores Vivian Lavín y Mario Valdovinos, cómo fue su acercamiento al gran poeta Jorge Teillier, con quien escribió un libro. Dice que lo conoció en 1986, a los 18 años, cuando lo entrevistó para una revista universitaria. Más adelante, cuando era asesor de Editorial Universitaria, y después de haber leído el Benito sereno, de Melville, habló con Eduardo Castro, el editor, para proponerle la idea de una colección de libros escritos por autores universales -que nunca hubieran estado en Chile-, pero cuya trama transcurriera en el país.

Jorge Teillier había tenido una idea muy parecida y había escrito el artículo Invención de Chile. Así se puso en contacto con el poeta, quien había tenido la idea de hacer un volumen con estos textos. Ese fue el vamos para empezar a trabajar en el tema, durante dos años y dar vida al libro Invención de Chile (editorial Universitaria, 1994).

También Jorge Teillier tenía la idea de hacer un trabajo sobre los poetas malditos. El era historiador, explica Roa, "en él no sólo estaba la idea del vate, del vaticinador, el tipo que se anticipa al futuro, sino también el tipo que logra integrar el futuro con el pasado".

Roa dice que Jorge Teillier ha sido un poeta muy mal leído en Chile, "Creo que hay que leerlo desde una óptica distinta; él es un uno de los primeros que ve en la poesía no la obra de un solo autor, sino la obra de una multiplicidad de voces. De hecho los juegos intertextuales de Teillier , es decir, la presencia de citas y referencias, está desde su primera poesía, y contrariamente a lo que se suele pensar, es uno de los primeros poetas que trata de romper el cerco como voz única y excluyente y ve al poema como un trabajo colectivo. Su poética es más cercana a poetas Elliot y al resto de los poetas ingleses, afirma Roa.

BORGES: UN ENCUENTRO MEMORABLE

Amando Roa también tuvo, a los 16 años, un notable encuentro con el escritor Jorge Luis Borges. De visita en Buenos Aires, el dueño de la librería Tomás Pardo les dio su teléfono y su padre lo llamó. Tuvieron un encuentro muy grato en su casa.

"Fue un encuentro muy lindo; me impresionó su profunda sencillez. Nos mostró su casa, su biblioteca, la pieza de su madre. Muy cariñoso y cordial, con un gran cariño hacia Chile (era la época post conflicto del Beagle); se refirió muy afectuosamente a María Luisa Bombal, nos recitó poesóa en español y anglosajón antiguo; su sencillez era de verdad".

Roa corrobora el hecho de que Borges no tenía libros suyos en la biblioteca, tenía un gran pudor respecto a ello y estaba siempre lejos de la autorreferencia.

Como hombre múltiple, Roa cree que todos los géneros están imbricados unos con otros. Y resalta los males que existen en la educación literaria, donde no se lee al autor en sus fuentes. "Los autores son reemplazados por los comentaristas y la huella del autor se va borrando".

Esa falta de lectura de fuentes, dice, aleja al autor del lector y los comentaristas y teóricos toman el lugar principal. "Los teóricos son derivativos, y los grandes hitos en el tema del lenguaje están ausentes", añade.

Para Armando Roa los grandes afluentes de la literatura chilena parten desde la Colonia -Lacunza, el padre Ovalle-; y están en la obra de Neruda, Huidobro, la Mistral, Eduardo Anguita, Díaz Casanueva, Lihn, Carlos Droguett, Juan Emar, Claudio Yaconi ( al que califica como "el último de los insobornables"), y en poetas vivos como Nicanor Parra y Armando Uribe. "Hay un legado literario y en el campo del pensamiento y la filosofía muy importante", explica, resaltando en esta última vertiente a figuras como Clarence Finlayson, Jorge Millas, Jorge Eduardo Rivera y Carla Cordua, a la que alude como "Carlamagna".

Roa termina diciendo a Vivian Lavín y Mario Valdovinos que él es menos pesimista en su vida personal que en su literatura. "Soy un optimista de la voluntad y un pesimista de la inteligencia, aunque no sé quien dijo esa frase, me interpreta muy bien", concluye.

El invitado recibió al finalizar Vuelan las Plumas un vino 35 Sur, gentileza de CCU, auspiciador del Programa, y los auditores recibieron ejemplares de Hotel Celine, de Armando Roa, publicado por Editorial Universitaria.

 

Próximo invitado, Miércoles 7 de abril: El escritor y cantante Patricio Manns.


Santiago, 1 de abril de 2004

 

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Armando Roa Vial
POESIA PARA SORTEAR LA OSCURIDAD

 

Como la multiplicidad de voces que él dice habitan en cada literato, así de múltiple es su propia escritura. La poesía, el ensayo, la traducción, la antología, son algunas de las vetas que este abogado de profesión y músico por vocación ha surcado con talento y lucidez. Lo suyo no es lo fácil ni lo suave. El sin sentido, la oscuridad, la paradoja de la vida misma, las ilusiones que nos forjamos, los caminos que andamos y desandamos sin saber a dónde nos conducen. Pero en clave poética, la palabra parece salvar y contener las tinieblas, dando un respiro a la razón descontrolada.

"La poesía, sin embargo, de alguna manera consigue sortear este abismo; contra toda esperanza, en una conjugación indisoluble de fugacidad y plenitud, logra trastocar la oscuridad primordial de las fuentes originarias de la vida, su 'horror vacui', en un fenómeno estético, en una afirmación y divinización de la existencia, aun en sus aspectos más sombríos o desconcertantes" (De la poesía y las influencias).

Cada obra de Roa es una búsqueda de salvación en la palabra. Allí están sus poemarios: El hombre de Papel y otros poemas, Mosquitos Editores, Santiago, 1994; El Apocalipsis de las Palabras/La dicha de Enmudecer, Beuve-drais Editores, Santiago, 1998-2001; Zarabanda de la Muerte Oscura, Beuvedrais Editores, Santiago, 2000; Estancias en Homenaje a Gregorio Samsa, Editorial Universitaria-Beuve-drais Editores, Santiago, 2001; Fundación Mítica del Reino de Chile, Beuve-drais Editores, Santiago, 2002; Hotel Celine, Editorial Universitaria, 2004.

Roa también es autor del ensayo Elogio de la Melancolía, Beuve-dráis Editores, Santiago, 1999, y en narrativa, Para no morir tan despacio, Dolmen Editores, Santiago, 1999 y El Mito y la Sombra, Ediciones Delirio Poético, Santiago, 2000. Ha escrito las antologías Cartas a la Juventud, Editorial Universitaria, Santiago, 1993; La Invención de Chile (en coautoría con Jorge Teillier), Editorial Universitaria, Santiago, 1994; Ezra Pound. Homenaje desde Chile (en coautoría con Armando Uribe), Editorial Universitaria, Santiago, 1995; Georg Trakl. Homenaje desde Chile (en coautoría con Francisco Véjar y Sven Olson), Editorial Universitaria, Santiago, 2002.

Armando Roa también ha incursinado en la traducción: Ezra Pound. Poesía Temprana, Editorial Las Dos Fridas, Santiago, 1999; El Navegante (The Seafarer). Poema anónimo anglosajón, Editorial Universitaria, Santiago, 1999; Robert Browning. Poesía Escogida, Editorial Universitaria, Santiago, 2000.; Macbeth, de William Shakespeare, Editorial Norma, Bogotá – Buenos Aires, 2001; Lecturas Anglosajonas, Ediciones Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, 2002; This be the verse. Poesía en Lengua Inglesa del siglo XX. (En colaboración con Marcelo Rioseco y Diana Dunkelberger), Editorial Beuve-dráis, Santiago, 2003.


La obra poética de Roa Vial ha aparecido en diversas antologías publicadas en Chile, Perú, Argentina, México, España y Estados Unidos.

 


 

 

 

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Vuelan las Plumas: Armando Roa Vial: "Trato de escribir desde mis demonios",
miércoles 31 de marzo de 2004.