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A ROJO CUMPLE 20 AÑOS Y BESA LA LUNA
(Antología de poemas y materiales para la crítica)

POR César Ángeles Loayza


.. .. .. .. ..

Este 2016, mi segundo libro A Rojo (Lima, posición.EDITORES™. 1996) cumplió 20 años y decidí conmemorarlo por diferentes razones. Primero, porque supuso mi cabal expresión, en poesía, de mi experiencia individual y generacional sobre el proceso de la guerra interna vivida en el Perú de los 80 y parte de los 90. Aunque en 1994 viajé fuera del país, aquella convulsa realidad siguió en mí –como tantas otras cosas–, como le sucedió a la mayoría de peruanos-as. Asimismo, recuerdo haber llegado a Madrid –donde tenía una beca– con la mayoría de estos poemas en la maleta. En los dos años siguientes, acabé de darles forma y diagramar todo con un amigo catalán en Barcelona. Sentí que cumplía con expresar, en poesía, mi experiencia y posición a partir de los acontecimientos de aquella época, nuestro tiempo en llamas. Sentí también que cerraba un círculo, y así lo testimonié en la única entrevista que di sobre este libro (Paolo de Lima me  solicitó una, vía fax –eran tiempos de papel y tinta–, para el diario El sol; lo que además fue simpática confluencia con el título de mi libro anterior, El sol a rayas, ópera prima con características de libro-objeto).

En realidad, A Rojo me supuso también un tour de force al proponerme realizar una poesía que se sintiese como tal –es decir, con ritmo, imágenes, intensidad y fluidez sincronizadas, entre mi mundo personal y colectivo, y el del potencial lector–, y que a la vez transmitiese, de manera directa o indirecta, aquella realidad explosiva de los 80-90. No me compete decir si lo logré o no, sino que prefiero reproducir debajo algunos comentarios críticos que aparecieron en su momento; los que cito, también, como memoria de aquella experiencia y agradecimiento a sus autores (se hace lo anterior manteniendo la fidelidad a los textos originales, con ligeras modificaciones gramaticales en algunos pocos casos: todas con la respectiva autorización).

Por otro lado, como dije, se trata de un libro culminado al otro lado del Atlántico, en tierras distantes y extrañas. Lo cual me permitió un distanciamiento mínimo que, como se suele decir, potencia cierta capacidad crítica que se torna difícil al estar en medio de una tormenta. Esto es relativo, en verdad, pero fue un hecho vivido en mi caso. Al mismo tiempo, me supuso un esfuerzo de imaginación significativo recrear todo desde realidades tan diferentes como el Madrid y, sobre todo, la Barcelona (mi segunda ciudad de corazón) posteriores a la movida española, cuando la fiesta post franquismo aún tenía cromáticas cenizas en el aire, y se hallaban en un plano tan distinto a lo vivido en el Perú de entonces.



A Rojo fue recibido, como dije, con algunos comentarios periodísticos que valoré y valoro, para luego advenir un silencio notable. Digo esto porque, como se sabe, aunque la guerra interna fue cerrándose –por diversos factores– en los años 90, es hacia el desenlace quebrado y corrupto de la dictadura fujimorista, y comienzos del nuevo siglo, cuando al compás de un retorno a la democracia.representativa burguesa se anima el ambiente cultural, y aparecen diversas manifestaciones críticas, académicas y creativo.artísticas sobre aquel período, que tuvo como protagonistas beligerantes al Estado y al PCP-‘Sendero Luminoso’, con los resultados ya conocidos. En dicho panorama de revisión y recreación de la conflagración interna, surgieron miradas sobre aquella época con una ola de publicaciones de diverso tipo. A Rojo fue una de las primeras realidades verbales, en poesía, en atreverse a expresar dicho período y cómo fue vivido por algunos de la promoción 80. Así y todo, considero que fue invisibilizado en la exégesis literaria ulterior. No especularé sobre razones o motivos. Solo señalo este hecho, y lo dejo a consideración de los lectores. Para lo cual,  acompaño las referidas noticias críticas con una antología de poemas de este libro (quien lo desee leer completo comuníquese conmigo), y adjunto su versión en alemán a cargo del amigo y académico Marco T. Bosshard, quien organizó la presentación de A Rojo, en formato bilingüe, en Berlín: alucinante ciudad donde radiqué luego de España.

La penúltima cuestión que da sentido a esta celebración es que en el Perú se vive una coyuntura –una más– donde la izquierda legal, como en aquellos lejanos 80, alcanzó cierto protagonismo que la llevó a tener veinte representantes en el parlamento actual. En este momento, el fujimorato reciclado, y su aliado, el oficialista partido Peruanos Por el Kambio (PPK: siglas, claro, de su propio presidente Pedro Pablo Kuczynski) que surgió para la coyuntura electoral, se encargan de reproducir y profundizar el modelo de capitalismo dependiente que ha sido la constante de este país durante el siglo XX. Evidentemente, con las variantes de época que establece la realidad a fines de dicho siglo, con el triunfante capitalismo multinacional y el simultáneo desmoronamiento del bloque soviético, el modelo hegemónico neoliberal ha impuesto a escala a mundial sus coordenadas socio.culturales consiguientes y otros daños colaterales. La situación internacional ha repercutido en el Perú, como no podía ser de otro modo en un mundo cada vez más, desigualmente, interrelacionado. En dicho proceso, y en lo que va del presente siglo, la izquierda legal nativa buscó reconstituirse agrupándose, intermitentemente, tras algún caudillo que apareciese como outsider, y que cultive en las masas populares la imagen de algo diferente que viabilice x fin la auténtica democracia y justicia mayoritarias. Lo cual, por supuesto, fue otro cruel espejismo político, y la izquierda se fue articulando cada vez más con el sistema imperante. De ahí que no sorprende su apoyo a una serie de candidatos de la derecha peruana –con alegre participación en estos gobiernos, además–, incluso a un militar acusado de matanzas en tiempos de la "guerra sucia" como Ollanta Humala y, para rematarla, a un lobista representante del capital extranjero como el actual presidente Kuczynski.

Por todo eso y más, consideré muy pertinente conmemorar los 20 años de mi segunda creatura verbal. Los poemas de este libro, con sus virtudes y caídas –si las hubiera– expresan la autenticidad, la voz y el corazón de una parte de mi generación. Fue concebido como un homenaje a quienes han vivido mil batallas, en diversos frentes, contra las artimañas y tramposa educación de la historia peruana oficial, y a favor de la rebelión en sintonía con la tradición radical de la literatura peruana contemporánea. No es verdad que nuestro tiempo formativo de aquellos años se defina solo ni principalmente x la muerte, la sangre derramada o el miedo. Hubo  también elementos  constructivos, esperanzadores y renovadores en diferentes campos de la sociedad. Quienes ocultan esto lo hacen adrede, a sabiendas de que tergiversan la historia vivida, para apuntalar la democracia de papel que se (nos) vende.

He vuelto sobre las páginas de este libro con la misma fe de cuando envié el machote x avión a lima la P, en 1996, para que algunos amigos de entonces, y mi padre, se encargasen de hacerlo realidad, y presentarlo en sociedad, además, como correspondía a un recién nacido, robusto como un volcán. Que sus llamas y lava sigan corriendo en el río de nuestra poesía, y que se unan al mar de los mejores hermanos y hermanas, algunos de quienes tomaron el cielo x asalto en este impío año que termina. Sea este homenaje, ofrenda silenciosa, un responso colectivo y ritual propiciatorio para un nuevo año verdaderamente nuevo. Para eso también, erecto como un solo hombre y su bandera, está A Rojo pleno de humor y vitalidad a sus 20 años. La poesía no se vende. AbraSados seáis, forever&ever youngs.

dic 2016, virreinato del perú

 



 

* * *

 

 

A ROJO de César Ángeles Loayza
ANTOLOGÍA PERSONAL




1/2 EDAD

llueve. las rocas ahora semejan topacios. Eres
un blanco animal durmiendo sobre la hierba.
labios rojos. Desnuda. llueve poco en verdad.
Camino entre los árboles. Pienso que el sonido
de mis pasos puede despertarte. Mi armadura
pesa y gime con la lluvia. Me detengo
al filo de una planicie, abajo corre el río. Está
cargado. Ruge. El viento organiza la ópera del follaje.
Recuerdo los poemas más hermosos y pienso en
ti. Duermes. la última caricia te la hice
con el extremo de mi espada. De tu ombligo
brotó un hilo azul de agua dulce. Sonreíste
diciéndome que entre nosotros ahora habitaba
un dragón. Me estremecí con tu sonrisa. No
te reconocí, creo. tuve que voltear a ver otras
luces, urgentemente. Pero entonces arreció la neblina. No vi
nada.
Y te dormiste. Y llovió. He imaginado más de
una vez la escena. Decapitándote con el borde de
mi escudo. Amándote de modo patológico.
Me imaginé dibujando tu nombre con la
punta de mi lengua en una pared, sujeto por una
nube de fuerza. Sicótico, esquizofrénico, raro. Me
imaginé arrancándote los labios incendiados para incrustarlos
en el pecho de una paloma. E imaginé la muerte
del dragón cayendo en un pozo.
Vi el río y supe que no haría
nada. la  lluvia fue menguando. Des
tellos de luz
empezaron a brincar sobre las gotas. Algunos
perforaban las seminubes.
El cielo dijo un sol intenso. Volví hacia
ti. Aún dormías pero cambiaste de
posición. Algunos pétalos te abrigaban. Te contemplé
segundos pensando mil cosas. te abracé
imaginariamente y fui sobre mi caballo. Calcé
mi celada y enrumbé en otra
dirección. Eres un banco animal durmiendo sobre
la hierba o una porción de nieve (o un conejo) entre
los árboles alumbrados por el sol.

 

 

SIN TITULO
la soledad transita
acorazada
entre helechos y árboles
de espaldas

aquí la mayoría dormita
el pequeño burgo
no olvida una bacinica bajo
la cama
porque las noches suelen enfriar demasiado

aquí se juega a la traición mayor
y se llora generalmente o
se sonríe con lágrimas invisibles

reposo herido
sobre una roca del mar

mi primer amor perdió conmigo
la virginidad y
se me adhirió parasiempre,
estrella roja sobre piedra bajo las olas

ella sangraba
como sangró mi amigo
en DINCOTE varias noches
pero ella sangraba de hijos microscópicos
y él de las botas del mejor oficial

canción
la vida no siempre es una canción

 

 

SIN TITULO[1]
                                   yo maté al sheriff
                                           Bob Marley

Sad Linton separó delicadamente
. . . . . . . . . . . . . . . . . las persianas tembladoras (por el viento)
. . . . . . . . . . . . . . . . . de la frente de Victoria
estaba radiante y
hermosa
perfecta como bosque de acero sobre la sup
erficie del mar

Villano y Lizbel aguardaban serenos
abrevando
y con las sillas sobre sus lomos de tierra
Sad la tomó de la cintura (suave como
cerezo) y
la ubicó sobre la yegua Lizbel
de un brinco trepó después sobre Villano
estaban las escopetas y las cantimploras
donde debían estar

Sad y Victoria se besaron quizá
por última vez
e iniciaron el trote hacia el Chase Manhattan
Bank

sería el robo más inolvidable
del milenio

–¡Silencio, carajo! -gritó Linton
desde la puerta del Chase
–¡Rápido! ¡Todos contra la pared! -remató, agitando la escopeta como cuchillo
y todos
aburridos funcionarios y aburrida clientela
acataron en silencio de muerte
Victoria dejó la calle
y avanzó hacia el sillón del geren
. . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . te

Sad retrocedió hacia afuera
. . . . . . . . . . . . . . . . . mirando como ardilla o puercoespín
(ya era una leyenda)

ella, radiante y hermosa,
piano de esmeralda sobre el sol,
encañonó radicalmente al apuesto director del Chase

–Abra la bóveda
–No tengo la llave
–Tiene cinco segundos  -rastrilló

Sad encendió un hamilton
Villano y Lizbel se comían sus piojos particulares
el director del Bank era calvo
y su frente reprodujo perlas sin descanso

al tercer segundo caminó hacia la bóveda
Victoria, detrás

cuando la bóveda fue abierta
Victoria Linton observó boba decenas de cráneos-paracas

MONEY
TIME IS MONEY
THE POWER OF THE MONEY
. . . . . . . . . . . . . . . . . -pensó así en varias consignas
. . . . . . . . . . . . . . . . . pro lucro

automáticamente escupió al piso

–¡Coloque todo en este saco!  -ordenó
–¡Apúrate!  -gritó Linton

el director cumplió perfeccionista y
luego fue encerrado
en la vacía bóveda
ella corrió hacia la puerta y pusieron todo
sobre los caballos
montaron y torcieron los arneces
alguien fue tras ellos brincando iracundo sobre los
. . . . . . . . .. 2 guardianes muertos
y antes de que acertase un bang en la Victoria's nuca
Sad Linton
le atinó un puñal rojo (rubí)
en el ombligo peludo

“así mueren los traidores” -recordó acremente

y trotaron en polvo
rumbo al sol
al mar
a las cervezas (cerezas)
al
amor


[1] Esta composición corresponde a la serie de canciones -serial- cuyo protagonista es Linton. Ello se publicó en libro, en diciembre de 1989.

 

 

SAIMAA
Tu cabeza llena de trompetas
y  tambores
tu vagina con violines
tus pechos plenos de platillos tu
boca en arpas y armónicas tu
sombrero de notas
musicales tu
desnudo de eléctricos pianos
recorridos
y por supuesto
tus ojos y tus manos
de tomates alcachofas
raíces
gusanos
y piedritas

 

 

EN ITALIA
Sin vergüenza en un campo italiano. Desnudos con Lucía
en el campo italiano. Lucía recoge el saco de granos.
Veo la luz reflejarse en su espalda, en ambas nalgas,
Donde una ranura oscura provoca imaginar su sexo, sus
vellos, sus aguas eróticas.

La piel refleja la luz solar. Lucía tiene cabellos como
crines que vuelan cuando la llamo y ve que soy yo.
Habíame dejado la barba.

Ahora sentado en esta tierra que ella pisa, los mismos
pies que desayuné de madrugada.

Sin vergüenza desnudos los dos, cultivando este campo
de trigo que será nuestro algún día. Mantenemos –con otros
campesinos de manos más callosas– a la
vida que bulle en la ciudad.
Este instante solo tengo ojos para contemplar su cuerpo.
Dejo de trabajar.

 

 

• Los poemas POETA EN MECEDORA y LA GUERRA Y LA PAZ (INCRUSTACIONES EN UNA PARED) se reprodujeron en el siguiente enlace:
http://www.andes.missouri.edu/andes/Literatura/CAL_ARojo.html

• Los poemas ANTOLOGADOS, con excepción de “EN ITALIA”, tienen versión al alemán en el siguiente enlace:
César Ángeles L. Anthologie ausgewählte Gedichte. Traducido por Marco Thomas Bosshard

 

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OTROS LIBROS DEL AUTOR:

Sagrado Corazón
http://intermezzotropical1.blogspot.pe/2010/10/presentacion-de-sagrado-corazon-de.html y http://letras.mysite.com/ca221110.html

Los amantes del acantilado
http://letras.mysite.com/cang291213.html

CANTOS A LA LUNA (Inédito)
http://letras.mysite.com/cange021016.html

WANDEL (Inédito)
http://letras.mysite.com/cang021016.html

Cortes Intensivos. Entrevistas Y Crónicas - 1986-2014
https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=1803628029909844&id=1659147461024569 y http://letras.mysite.com/cang140916.html

 

 

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EL CAMPO DE LA CRÍTICA

 

PARA EL POEMARIO DE CÉSAR[1]
(Fragmento inicial)

POR Eduardo Ángeles Figueroa

Señoras y Señores:

Les será fácil comprender a Ustedes la doble sensación que siento en estos momentos de la presentación de un pequeño libro escrito por mi
pequeño hijo César.

Satisfacción rayana en alegría por tener en mis manos el trabajo de mi hijo y un poco de nostalgia por no tenerlo presente.

Dicen que los del signo de géminis tenemos doble personalidad, por eso tal vez siento hoy alegría y tristeza al mismo tiempo. Pero la presencia de ustedes colma mi satisfacción, y otorguémonos entre nosotros por eso una sonrisa de orgullo.

Yo no sé qué pudo influir en mi hijo para dedicarse a la literatura y la poesía. Cuando él de pequeño me decía que qería ser médico e incluso me hablaba de enfermedades peligrosas. Lo que sé es que él no quería ser militar como su padre o su hermano mayor.

Tal vez, digo yo, será porque a veces le contaba del cariño que un tío mío me dispensaba cuando era niño y sentándome en sus rodillas me recitaba algunos versos. Me acuerdo de un soneto titulado “Cosmopolitismo”, aunque no recuerdo el nombre del autor:[2]

Cómo fatiga y cansa y cómo abruma
el suspirar mirando eternamente
los mismos cielos y la misma bruma
los mismos campos y la misma gente.

Huir quisiera por la blanca espuma
y al sol lejano calentar mi frente                    
Oh si me diera el águila su pluma
Oh si me diera el río su corriente.

Yo no seré viajero arrepentido
que al arribar a playas extranjeras
exhale de mis labios un gemido.

Donde me estrechen generosas manos
donde me arrullen tibias primaveras
ahí veré mi patria y  a mis hermanos.

Puede ser que César haya aprendido de memoria aquellos versos, porque solo así me explico por qué se ha quedado tanto tiempo en Barcelona […].

 

 

 

PRESENTACIÓN DE A ROJO, DE CÉSAR ÁNGELES LOAYZA[3]

POR Miguel ldefonso

 

El primer libro de César Ángeles, El sol a rayas (the-posición EDITORES 1989), terminaba con un texto que precisamente se titula “Palabras finales”: el verano ya empezó / mi barco parte en una hora / aquí me tienen / compatriotas / me voy, me largo // sigan mi consejo / Besos. Ahora, veamos los versos iniciales del primer poema de A rojo (posición.EDITORES™ 1996) titulado –como la mayoría en este libro– “Sin título”: Cámara sobre una colina violácea / inicia el raconto: / tempestad / sobre la cubierta de una carabela despedazándose / la tripulación grita y corre / de un lado a otro. No sólo no estamos en la misma nave, sino que ahora se trata de una carabela: la de los conquistadores, a punto de naufragar. Definitivamente, estamos en otro libro, más ambicioso, más desgarrado, y más novedoso, sin dejar de ser el desarrollo de los logros de su primera poética.

A rojo comparte con Rimbaud (cuyo célebre poema “Voyelles” aparece citado en el primer epígrafe y da sentido al título de este volumen) la rebeldía, la ironía, la soledad del poeta joven e infalible; mientras que el simbolismo es atacado, desde el pórtico, con el segundo  epígrafe tomado de Vallejo: Hacedores de símbolos, presentaos desnudos en público y sólo entonces aceptaré vuestros pantalones. Y Vallejo es esencial en este libro.

En la dedicatoria de El sol a rayas, el propio César Ángeles decía que era un libro de AMOR / ODIO; pero de odio El sol a rayas tiene tanto como lo puede tener Archivo de huellas digitales (1985), de Eduardo Chirinos, por citar un libro de un poeta también de los ochenta, e incluido, como Ángeles, en La última cena (Asalto al Cielo/Editores, Lima, 1987: selección de 12 jóvenes poetas de aquella década). A rojo, en cambio, que podemos interpretarlo igualmente como acción de arrojar, sí posee ese equilibrio de AMOR y ODIO, para el cual el poeta se ha servido de muchas técnicas teniendo como base el ritmo del discurso fragmentado. Así como Trilce, que según algunos críticos es la combinación de triste y dulce, A rojo, rabia dulce, se presenta en una situación de encarcelamiento: la sociedad que aprisiona al poeta que,  aun entre las rejas de su celda, arroja estos versos que rescatarán a su muchacha del naufragio de la nave que la tiene prisionera: memoria del perro despanzurrado/ bajo la luz bilingüe del poste / y memoria de tu mirada / brillante / entre las rejas y las cejas / una sonrisa en sol / atrás de los barrotes húmedos o los dientes de perla (de “Poema anafórico o casa con reja”).

Entre los dieciséis poemas que conforman este libro, no sólo encontramos la vinculación vallejiana de sexo, cultura andina y política, la unión sexual como arma y creación dialéctica de un nuevo ordenamiento de justicia y libertad; aquí está también García Lorca, poeta asesinado en la guerra civil española, símbolo de su generación, con su inocencia cabalgando sobre el océano en su caballo verde; aquí está Eielson vinculando el universo sentimental (el crepúsculo, el mar) a los cuerpos extasiados en mística materialista; y un poeta marginal, con el que comparte el paradigma de sus imágenes y su coloquialidad, Luis Hernández, la Lima de las cervezas (cerezas) a contraparte de la Lima pacata y segregadora racista.

Solapadamente, A rojo, con su escritura polifónica donde se funden diferentes discursos simultáneamente, a lo largo de las escenas, y donde en muchos casos se invierte el orden del poder en situaciones carnavalescas –bajtinianas– como en "Tapada limeña (Feliz 28)", va haciendo una lectura crítica e irónica de las últimas cuatro décadas: y los héroes no siempre han de ser los rubios(as)/ de mayo del 68, leemos en el primer poema, refiriéndose al desborde popular que llegaría durante los 80 con actores con otro tipo de rostro. Y lo mismo apreciamos en el segundo poema, que también tiene y no tiene título: tus piernas y mis piernas / entreveradas sobre la arena / eran la ilustración más acabada del / ocio-creativo / durante las asambleas universitarias / (otoño 78). En el tercer poema, viene un salto del relato: estás en una luna distinta / a la mía / nos / separa el mar rojo de estos años / lima 1990 / tu cuerpo y / mi cuerpo se han desunido / en desarmonía. El conflicto entre el discurso oficial (del poder) y el discurso marginal que existe en este libro podemos apreciarlo en el poema titulado "La guerra y la paz", ubicado como mural o epicentro al centro mismo del volumen (se reproduce al final: ver link).

Si en El sol a rayas, libro donde la ironía era más alegre, estaban los 80 desafiantes en el erotismo y la marginalidad del personaje Linton (quien propició una serie de poemas con que Ángeles parodia las películas de vaqueros –el film western–, donde los estereotipos del bueno y el malo se desmoronan en pleno desierto norteamericano, y con una perspectiva de izquierda), en A rojo encontramos, sobre todo, una melancolía o memoria de lo que significaron los 80: la represión en “Poema anafórico o casa con reja”, las desapariciones en “Noche de boda (simplísimo)”. Aparte del sosegado poema “En Italia”, el poeta sólo se permite un refugio onírico en el poema “1/2 edad”, locus amenus de la Edad Media y que hace recordar al trovar clus, al amor cortés medieval que sólo se daba a la distancia de los amantes, en la imposibilidad de consumar la transformación para “trocar lo viejo por lo nuevo”: porque no sé como recuperarte / o vencerte / cuando disparo / pienso en ti / en tu sonrisa obli / cua / diciéndome ya me voy / [...] / si tus labios fundidos / me mirasen como tus ojos abiertos / esos quienes ahora disparan / y avanzan heridos a mi lado / no acabarían de amarte // porque si tu voz / si cantara también / y si desnudo aun tu cuerpo estuviera / no habría aviones que nos rocen / ni acorazados en el mar // habría tu frente con mi frente / olas / depositando secretos en tus hoyos / risas / multitudes en tu garganta / y pájaros árboles y ríos / inundando tus entrepiernas sucesivas (“Sonrisas en el ocaso...”).

Así, la vieja carabela se va hundiendo en la tormenta de los cuerpos desnudos (del poeta y la tapada limeña), desnudez que es la vaina de su mejor arma: la poesía. Porque si, como leemos en el poema final, Ginsberg se calateó ante la poderosa sociedad / norteamericana / para escandalizar y hacer cambio / de conciencias, en esta tierra de calatos, sólo los neófitos se podrían escandalizar de quien arroja estos poemas de A rojo, de A amor.


 

Presentación de A ROJO en la Escuela Superior de Bellas Artes ‘La Hispana’ / 4 febrero 1997, Lima.
De izquierda a derecha: Paolo de Lima, Eduardo Ángeles, Róger Santiváñez y Miguel Ildefonso

 

 

SOBRE A ROJO DE CÉSAR ÁNGELES[4]

POR Róger Santiváñez

Me une un cariño de hermano con César Ángeles, a quien conocí una tarde de verano de 1984 en casa de José Antonio Mazzotti, cuando ambos leían textos frescos que César traía en su mochila de hippie-mayo del 68 y nos parecía una revelación ese ritmo de sus trabajos, tan coloquiales pero con un sabor inédito, en aquellos instantes de la ruptura de la generación surgida en los años 80. Luego vendría La última cena, antología que preparó Asaltoalcielo.editores, en 1987, recogiendo los poemas de Linton, el malo de la comboyada, personaje principal de El sol a rayas (1989), el primer libro de Ángeles Loayza, y que reaparece en un excelente texto de esta segunda entrega del poeta joven aún que ahora vive y vive en Barcelona: A Rojo (posición EDITORES/T.M., 1996). Este poemario, como se nos dice a primera vista, toma su nombre de Rimbaud, orto de la poesía moderna y supremo tótem de la Vanguardia Permanente: ideal posición que la poesía de César parece observar.

Con un lenguaje lo más descarnado y desprovisto de ‘adorno literario’, los poemas se van sucediendo como un expresionista concierto de rock subterráneo y no exentos de bello tono urbano: Un paradero de plata / en la noche / y este loco calato / abre sus alas de lata y ahuyenta a las / vendedoras de flores ornamentales. O también: […] ópera prima / la contempla / la idealiza / la va a firmar / pero primero la acaricia / la besa como me besó ayer / y firma con sus labios vírgenes. Y así encontramos incrustaciones rarísimas como versos de nuestra tradición y resonancias a letras de canciones de los Beatles en una suma cultural que dice mucho del deseo cosmopolita de Ángeles L.

En lo personal, me agrada el poema sobre Linton, con su epígrafe de Bob Marley (Yo maté al sheriff), por su aire a serie de TV o historieta que me refresca vivos sentimientos de la niñez y su imaginación pura vertida en nueva poesía. Sin embargo, el poema “En Italia” sobresale en el conjunto pues la constante preocupación política del libro encuentra aquí su cauce poético insoslayable. En este texto, Ángeles hace gala de calidad entregándonos un poema que es de antología: la intención política queda clara, pero está humanamente fundida al amor y a la exaltación de la belleza de la mujer, comunicándonos una paz que solo la poesía de buena factura ofrece.

César dice en el último poema de A Rojo que Allen Ginsberg tuvo que calatearse ante la poderosa sociedad yanqui para cambiar conciencias. Pues bien, a César Ángeles le ha bastado escribir un libro, que es un paso adelante en nuestra conciencia y en nuestra poesía.

 


LETRA ROJA[5]

POR César Pita


 Cámara sobre una colina violácea / inicia el raconto


César Ángeles es un poeta peruano de la generación del 80 que radica en Alemania. Su último trabajo se llama A Rojo, estableciendo desde el título esa suerte de juego de las definiciones e indefiniciones de la palabra. Se dirige hacia el rojo, lo que constituye un símbolo de arrojo. Nos introduce en su mundo, lleno de referencias a lo peruano y de ciertos guiños a la cultura europea. La mirada es nostálgica, y se emparenta con el de una cámara de cine que registra la realidad y da cuenta a los espectadores. No en vano muchos de sus poemas tienen gran influencia de las escaletas y guiones cinematográficos. Son personajes y situaciones de una gran riqueza psicológica que alcanza su punto más alto en “Sin título”: Sad Linton separó delicadamente / las persianas tembladoras (por el viento) / de la frente de Victoria… Ángeles no cree en la paz como instrumento mediador del bienestar de la humanidad. Al contrario, la destruye con sus versos con un gran sentido del humor también rico en multisignificantes (-Who are you? / -Atahualpa, and you? / -Shit!). Erotismo, desengaños, esperanzas, proyecciones del individuo frente a los personajes que crea. Todo esto constituye la poética de Ángeles, quien mira hacia su tierra de origen sabiendo que permanecerá intacta (pasta pasta ropa zapatos botellas / coca coca periódico-compro pacos pacos / quetes dos por cinco / cambio cambio bajan suben amarillo verde rojo // en todas partes se cuecen habas / pero en el Perú sólo habas).

 

Juan Javier Salazar: "Náufrago" (desde 1985 a 2013). Elemento de instalación, 40 x 40 cm. (aprox)

 

 

LA ENTREVISTA 

 


 

* * *

 

Notas

[1] Leído en la presentación realizada en la Escuela Superior de Bellas Artes ‘La Hispana’ (Lima, 4 febrero 1997), de la pintora y galerista Borka Sattler. En la mesa, participaron los poetas Róger Santiváñez, Domingo de Ramos, Miguel Ildefonso y Eduardo Ángeles Figueroa, padre del autor.

[2] Este poema es de Manuel González Prada. Lo cito tal y como lo recordaba mi padre, con ligeras variantes del original. Poco tiempo después de esta velada, mi segundo hermano mayor, Roberto, me envió una postal donde anotó lo siguiente: “Me gustaría mucho viajar con mi papá, sobre todo después del día de la presentación de tu libro. Nunca en mi vida lo vi emocionado. Rodeado de Róger (inteligente hasta en las pausas), Paolo y Domingo”.

[3] Leído en la presentación realizada en la Escuela Superior de Bellas Artes ‘La Hispana’ (4 febrero 1997).

[4] Leído en la presentación realizada en la Escuela Superior de Bellas Artes ‘La Hispana’ (4 febrero 1997). Reproducido en La República, 15 febrero 1997: 19.

[5] Columna “La montaña mágica”. Cambio, 17 agosto 1998: 17.

 


 

 

 


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A ROJO CUMPLE 20 AÑOS Y BESA LA LUNA.
(Antología de poemas y materiales para la crítica)
Por César Ángeles Loayza