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HUGO ZAMBELLI:

"De la poesía de hoy no va a quedar nada,
.............. ........................ excepto la de los grandes"


por Eugenio Rodriguez

 

Poeta viñamarino antologado en España y Chile doce veces cumplió un silencio
editorial de 30 años.
Recién jubilado de actividades nada que ver con la poesía, espera que ésta lo
encuentre de nuevo paravolver a las prensas.


Sigue el curso de su vida y de sus relaciones con otros escritores en cuatro libretas que le permiten encontrar sin demora la fecha y hora de algún encuentro importante del pasado. Alone lo fue a ver una vez con otros escritores a Valdivia. Busca el dato preciso en una libreta y lee: “Miércoles 16 de febrero de 1954. Valdivia. Almuerzo con Esthercita (Matte), Nicanor (Parra) y Jorge Millas. A la misma hora han ido a Corral a verme Alone, González Vera y Enrique Espinosa. Los encuentro en el embarcadero a las 4 de la tarde” ...

Se incluyó en una antología que publicó a los 22, más por accidente que por sobreestima. De todas maneras, es otra paradoja: la de un hombre que no practica la promoción personal. Lo que ha sido decisivo en su enclaustramiento.

Tiene pocos pero buenos amigos, entre los que se cuentan Ennio Molted0 y Juan Luis Martinez, con quienes más se acerca al centro de sus inquietudes. Se escribe con Gonzalo Rojas, así como lo hizo con Nicanor Parra, de quien tiene 14 cartas, pese a que el autor de los antipoemas dice no ser hombre de misivas. Retirado del trabajo hace apenas dos meses, se ayuda a superar el “síndrome del jubilado” ordenando lo que hay en los anaqueles de su casa y de su mente, a la espera de que “la poesía se vuelva a encontrar conmigo”.


SIN TRADICION FAMILIAR

En su familia no había una vena literaria. Sin embargo, fue lector voraz desde muy niño: “Apenas conseguía 10 centavos me iba a la libreria ‘El Pensamiento’ a comprarme los cuentos de ‘Calleja’. Después seguí con Salgari y otros, hasta que en 1941 cayó en mis manos la antología ‘Exposición de la poesía chilena’, de Carlos Poblete, y comencé con la poesía”.

Riendo de buena gana, cuenta que cuando estudiaba en el Liceo “Eduardo de la Barra”, hacían clases Gonzalo Rojas y Alfred0 Lefevre. A este último le presentó sus primeros poemas, y Lefevre a Rojas. Ambos dictaminaron después: “Los títulos son excelentes, pero las poesías no dicen nada”.

-¿Se desanimó con el juicio?

“No, no, en absoluto. Es que ellos también me estimularon. Sin embargo, para mi fue muy duro el comienzo ... Fíjese que en el liceo había una revista que publicaba poesías y a mi jamás me publicaron una ... Otra vez nos pidieron escribir un soneto y al único que le pusieron un 2 fue a mi... Me queda el consuelo, eso si, de que en ese curso no hubo ningún otro poeta”.

-En sus comienzos hay una etapa de poesía surrealista, tengo entendido ...
“No tan surrealista ... Pero todo eso se rompió. No queda nada de eso”.

-Después se fue a España ...
“En realidad yo iba a Italia. Viajo el 48, paso por España y sigo a Italia hasta el 50. De ahi me fui a París por un año y regresé el 52”. (Volvió a Europa en 1960, por “un año y tanto”).

-¿El motivo de este viaje era netamente de estudios?
“De estudios ... Quería deshacerme del ambiente de aquí y ver cómo lograba mi formación, todo en función de la poesía, que ya me había agarrado de frentón”.

-¿Hubo algo que lo marcara como poeta en esa primera experiencia europea?
“De Europa volvi escribiendo en endecasílabos y heptasílabos. Liquidé el asunto después de leerme a Dante en italiano en sus endecasílabos maravillosos, y no volví más al verso libre. Claro que sé que eso me afecta un poco, porque la poesía me sale a veces medio engolada”.

-¿Se ha arrepentido de haberse autoantologado en ese primer libro suyo?

“Sí, pese a que fue por accidente más que por otra cosa ... Era muy joven (22). Creo que me apresuré mucho en publicar en España e Italia”.


DIOS, EL AMOR, LA MUERTE


-Usted corrige incluso lo publicado.
“Sí, por lo mismo y porque estoy siempre revisando y mejorando”

-En cuanto a temas, en usted han sido recurrentes Dios, el amor, la muerte ...

“Sí, es algo que no sé de dónde viene ... No sé por qué, pero el tema vuelve”.

-Al parecer usted no ha sido buen relacionador público de sus obras.

(Ríe) “Claro; yo he sido muy mal gestor de mis obras. Cuando publico un libro mando unos ejemplares, y ahi acaba todo. Nunca he pedido un favor, que se me haga una entrevista o algo así, y sin embargo tengo muchas referencias a mi obra. Esos dos archivadores (muestra, y son gruesos) son puros artículos sobre lo que he publicado. En realidad, la crítica ha sido benévola conmigo, me han tratado bien, salvo alguna excepción”.

-¿Habrá influido en su aislamiento, además de su falta de aptitud para promoverse, el hecho de no estar en Santiago?
“No creo, por una razón muy sencilla: Aquí hay una Sociedad de Escritores. Tienen publicadas 10 o 15 antologías y yo no he salido en ninguna .... ¡Menos mal que no he salido en ninguna! ... Pero figuro en las de Santiago, figuro en las grandes a nivel nacional”.

-¿Su forma de ganarse la vida ha sido siempre distante de la poesía?
“Claro ... Mire, los romanos ya decían: ‘Carmina non da pane’, la poesía no da pan. Salvo de repente, que alguien paga por una publicación, como la revista ‘Atenea’. Los demás no”.

-¿Cómo salvaba en la práctica la dicotomía trabajo-poesía? ¿Se aislaba del mundo; qué hacia?
“Para mi la poesía es diferente a escribir novelas. Yo creo en la inspiración, aunque esté pasada de moda o lo que se quiera. Creo que a uno le dan un verso y de ahí se parte, en el momento menos pensado, como cuando llegan los resfrios ... (Rie). Uno no se da ni cuenta. Yo no busco a la poesía; la poesía tiene que buscarlo a uno, por eso escribo poco. Veo gente que escribe, que escribe, que escribe, y nada que ver. Lo que busco, si, es perdurar, eso si que me interesa. Por eso me satisface haber quedado en la antologia de Editorial Andrés Bello, aunque no me gusta lo que me seleccionaron ahí. También aparecí en la antología “Poesía de siempre”, donde estoy con Gonzalo Rojas ... Copian las mismas cosas, eso sí ... No sé por qué”.


LOS CONCURSOS

-¿Le han interesado los concursos?
“Dejé de interesarme hace 40 años cuando envié a unas Jornadas Literarias donde estaban de jurados Nicanor Parra y Esther Matte, grandes amigos míos, entre otros. No quedé ni seleccionado. Se lo dije después a ellos y me respondieron: ‘¿Y por qué no nos avisaste?' ¡Imagínese!. Ahí ya supe cómo eran los concursos por dentro”.

-Usted no se relaciona mucho con la gente de aquí de la zona...

(Ríe) ...“ Son unos muchachos tan locos, en el sentido de que son tan ‘lanzados’, digamos ... Publican al tiro, no tienen rigor ... Sobre todo los jóvenes, llegan y se lanzan”.

-¿Le gusta la poesía de hoy?
“Muy poco. De la mayoría de la poesía que se escribe hoy no va a quedar nada, excepto la de los grandes ... Los libros femeninos parecen tratados de ginecología por sus contenidos. Es una locura. No hallan qué meter, predominan el mal gusto y la falta de rigor”.

 

 

POESIA de HUGO ZAMBELLI


Pero después de todo

Pero después de todo,
callejón sin salida.
He vivido esperando
-huidiza la corriente- nada, nadie.
¿El reino del poeta
es sólo de este mundo?
Mas resta breve vida por delante.
Y si nadie responde mi pregunta,
continuaré marcando equivocado.
Inaccesible el cielo para el ojo,
hondura de las madres.
El castillo de naipes se derrumba,
pues Dios nunca responde
mientras el río pasa.

 

Un mundo tuyo y mío


Un mundo tuyo y mío sólo existe
en el tiempo remoto.
La vez que yo y tú fuimos Adán y Eva.

Lejos del Paraíso
aún tu voz me cautiva.

Hoy junto al árbol del bien y del mal
las manzanas mordidas
se pudren en la tierra.
Nunca será lo mismo la condena.



Poemas tomados de "Temporal" y de "La mano del tiempo".

 

 

 

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Hugo Zambelli: "De la poesía de hoy no va a quedar nada, excepto la de los grandes",
por Eugenio Rodríguez,
Fuente: El Mercurio de Valparaíso,
Domingo 26 de julio de 1992.