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Naín Nómez

 

 

Exilio Infinito

Al Premio Nacional del Consejo del Libro y la Lectura recientemente obtenido por su poemario "Movimiento de las salamandras", Naím Nómez suma este año la publicación del segundo tomo de su "Antología Crítica de la poesía chilena" y una segunda edición de la primera parte de este trabajo.



El movimiento de las salamandras es ágil y agazapado, huidizo e inteligente. Tiene la belleza extraña de los reptiles. Para Naím Nómez es la belleza oculta tras la desesperanza, esa en que culmina el exilio interno, como el que viven los personajes de "Movimiento de las salamandras" (LOM), premiado por el Consejo del Libro y la Lectura como el mejor texto de poesía editada de este año. "Nunca creí que esta obra fuera a ganar un premio porque no es una lectura amena ni popular. Es un trabajo muy personal. Realmente fue una sorpresa", confiesa el autor.

Y es que el descreimiento, la amarga experiencia del desarraigo apenas endulzado por una fe inexplicable e intempestiva en la vida cruza la escritura de este libro, donde abre, anunciando con intensidad dramática el tono que seguirá más adelante, un largo poema dedicado al hijo muerto: "Es muy personal sobre todo por eso, por la elegía dedicada a mi hijo, que jamás he sido capaz de leer. Paradojalmente, es el poema que más ha gustado, el que más gustó al jurado y - según me dijeron- fue fundamental para que el libro fuera premiado".

Parte del trabajo de los últimos diez años está reunido en "Movimiento de las salamandras", período que da cuenta de un largo proceso de llegada inconclusa, un regreso imposible porque invariablemente la experiencia biográfica del exilio deviene para el autor en un otro desarraigo, perenne que se instala en la escritura como una enfermedad crónica: "El gran tema de este libro es el exilio interior, el de los románticos, el hombre exiliado en la tierra. Este tema se entronca con el exilio real y lo que hay son sujetos que van de ciudad en ciudad, de un espacio a otro. Atormentados por un intento de arraigarse en el entusiasmo, en el amor, en un espacio idílico; o que buscan asirse de acontecimientos como posibles revoluciones, pero terminan permanentemente por desencantarse, sin jamás encontrar asidero. Son sujetos que están dándose cuenta finalmente que lo único que queda es el lenguaje, el encuentro fortuito, el lugar precario".

En este contexto, las ciudades del mundo son todas iguales, todas hostiles, aunque en todas se funda un hogar provisorio. Canadá, Los Ángeles, Santiago son paisajes que fugazmente aparecen en estos poemas, lugares por donde se mueven las salamandras de Nómez: "Es el movimiento de esta gente que ha andado por todo el mundo, la salamandra es un bicho hábil, que cambia de color, se mimetiza, se transforma y de algún modo tiene que ver con la manera cómo funcionamos en el mundo. Pero también la salamandra es el fuego, y el fuego es lo que se contrapone al desencanto, es la pasión y el entusiasmo, la posibilidad del amor. Porque finalmente es el movimiento hacia la pasión lo que permite que estos personajes funcionen y sobrevivan".

Este ha sido un año pródigo para Nómez, ya que al "Movimiento de las salamandras" el autor suma el segundo tomo recién publicado de la "Antología Crítica de la poesía chilena" (LOM) y una segunda edición de la primera parte de este mismo trabajo: "Esta antología no es una simple recopilación. Estoy tratando de hacer un planteamiento que remueva un poco la tradición y que permita situar a los autores y las corrientes. Es un libro que puede resultar medio latoso para quién sólo quiera leer poesía porque tiene muchas introducciones. Es un estudio donde intento mostrar que lo que hay es una gran cantidad de movimientos que están a distintos niveles pero coexistiendo. Nunca hay una sola corriente en la poesía chilena, sino muchas".


El Mercurio Miércoles 6 de Diciembre de 2000




El Mercurio
Miércoles 6 de Diciembre de 2000

 

 

 

 

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