Judas, ¿con un beso entregas al hijo del hombre? 
(Sn. Lucas – 22,48)
¿Quién sacrificó su carne de cordero?
¿El besador o el besado?
Ya no se escucha el 
rumor de Jerusalén
 
¿Dónde Adán fue rescatado?¿En el madero o el beso de 
Judas?
El hombre ha debido su incienso a otro ídolo como 
suele ocurrir con Aarón
modelando el becerro al pie de Moisés 
o como en el blues de Salomón
inclinado ante los amigos de 
Saba.
A veces sucede que un martirio se recuerda más que un 
suicidio
Las monedas en manos de Judas y ausentes en las de 
Cristo
hicieron a uno dios y al otro puerco a éste cordero y 
a aquel daga
Desde entonces nuestro desprecio por el 
dinero
Desde entonces las bolsas de 
valores
Tú Judas Iscariote apedreado por los niños de la 
tierra
quemado en vísperas del domingo de resurrección
Por 
favor
Por un momento detengamos los proyectiles
Aclaremos 
un malentendido:
Tú no resucitaste
y puesto que un dios no 
eras
no tendrías porque haberlo sabido
Sobre esta piedra fundarás mi iglesia
mientras yo al 
sepulcro con dirección al paraíso voy
Pedro se disfraza de 
Papa
Sobre este beso fundarás mi muerte
y por el pan que 
tocas el elegido has sido
para besar eternamente a 
Cristo
hasta empaparlo de saliva del Mesías
Judas se 
descubre a sí mismo un Isaac 
Llegó a las cortes ostentosas:
Padre he venido ante ti 
porque al hombre perdono
decidido estoy a 
salvarlo
Entonces el padre se sintió celoso
porque el gran 
banquete del Hades
el gran sacrificio del cordero 
gigante
acabaría con las cenas de mañana
mediodía, tarde y 
trasnoche
Padre con este beso libero al hombre de tu 
señorío
y le lanzo a quedarse esperando
y le obsequio un 
becerro crucificado
mientras esperan y me 
apedrean
mientras continúo en el trapecio de mi horca
al 
vaivén del canto en las iglesias
y la danza en todas las 
dicotecas de Europa
He traicionado por salvar al hombre
mi 
salvación de apóstol
Y es que se estaban olvidando de la 
profecía
Dijeron los jueces
Es que si lo tenemos ahora no 
es razonable matarlo
y esperar y esperar y esperar 
tanto 
                lo hemos hecho
para ahora tener que recordarlo
El hombre 
                habló así y casi se frustra
la expansión del 
                Big-Bang
                Cuando el hombre reconoce a su profeta
hay que 
                largarse enseguida o guiarlo al patíbulo
desde Isaías 
                dispuesto 
                Yo que sé todo porque todo soy desaparezco
en la 
                esfera de ninguna virgen
en el pan que por descuido he 
                tocado
El mendrugo de mi carne
la carne obsequiada 
                
No me consolará que en la cima de catedrales
la cruz 
                cambien por la santa horca 
                Padre no pude sino traer a los sacerdotes y 
                oficiales
que arrestan a mi hermano en su milagro de oreja 
                repuesta
                
                Padre desde 
                mi columpio yo Judas
te digo en mi completo 
                sacrificio
Padre tú no me abandonaste como a 
                Cristo
porque yo te abandoné a ti.
                 
 
                
                
                
                  
                  ENTRADA FUNEBRE DE MACBETH EN PALACIO DE 
                GOBIERNO
                a propósito del asalto a la Moneda
                
                Fue al compás del regimiento
y los enjambres de 
                hawkers
como Macbeth llegó ante su Rey
Decía que el trigo 
                lanzado contra su boca
y el batir de ollas día y noche
lo 
                habían impulsado a la entrada fúnebre
                Pero las brujas está vez no dijeron ni pío
porque 
                saben que el destino no está para inminencia 
                Parecía un atardecer enrojecido
mas la lluvia no había 
                venido aún
Parecía un lodazal de lágrimas
el sudor en los 
                edificios del enemigo
y sin embargo todos los abrigos 
                calzaban a sus dueños
Los collares de perlas furiosos 
                también
querían ser horcas en el pescuezo de sus 
                patronas
                Fue con una sirena en ultraje continuo
como ardía el 
                mismo palacio
donde Agamenón se socorría de su esposa
Allí 
                Egisto era MacBeth y viceversa
                Un andamio colgando de las nubes
volaba para rescatar 
                a sus nuncios
Es una madre caprichosa: La Unión 
                Soviética
                Una balsa entumecida
por el mar lanzada a tierra se 
                repleta
como de los náufragos de la Atlántida
Es una 
                hermana manos en cintura: Cuba
                Un corcel casi tanque de museo
disparó miles de 
                alcobas con puertas abiertas
Es una anciana violada por su 
                toro: Europa
                Pero aquel cielo en humareda
no conoció tanto batir de 
                palmas
en las oficinas del Santo 
                Pentágono
                Desde lejos las tres brujas
presenciaron la caída del 
                Rey
con un puchero en sus labios y los 
                maleficios
                Pobre esta Lady MacBeth jamás arrepentida
Tendremos 
                que llevarla ante un espejo
Pobres vasallos y cohorte de 
                Chicago
Tendremos que privatizar sus enaguas para la Mass 
                Media
                Me impiden matar a estos susurrantes
las normas del 
                buen gusto que ellos no respetan
                
                Vengan ahora 
                los cobardes sobrevivientes
acérquense por esta noche
A la 
                habitación acompáñenme donde a MacBeth
las pesadillas visitan 
                para tomar el té
Donde su esposa sonríe viendo
a sus hijos 
                sacrificar sus propios hijos
frente al altar del viejo 
                Rey
del cónsul ascendido para el ultraje
al Emperador del 
                mausoleo
más grande y modernizado de Escocia.